Estamos en
el año y el mes (la fecha si no me traiciona la memoria fue el 28) del décimo aniversario del
fallecimiento del ferrolano Jaime Quintanilla Ulla, médico, conferenciante y columnista científico
y primer alcalde de la actual etapa democrática, aupado al sillón por
las siglas socialistas. Si bien es verdad que, con toda lógica y sobradas
razones, la dimensión política y humana de su padre, el también alcalde
Quintanilla Martínez, fusilado en el 36, se eleva por encima de la personalidad
de su hijo, ello no debe ser óbice para que se reconozca en Quintanilla Ulla el
papel que ejerció en el advenimiento de la democracia. Llegué
a aproximarme a su figura favorecido por el hecho de cubrir yo en ese momento
la información municipal para La Voz de
Galicia, también porque fue desde el nacimiento de la entidad un seguidor fiel de las actividades
del Club de Prensa e incluso lo invité a formar parte del consejo de redacción de la revista
FerrolAnalisis en la que colaboró
como ensayista de temas relacionados con su profesión de médico y
su especialidad de forense. Fue un socialista con reminiscencias ácratas,
contenido y tutelado siempre por su adlátere Celestino Llano Cotrofe,
también fallecido. Jaime Quintanilla Ulla tiene muchas anécdotas que yo le conozca, pero en todo caso las reservo para ese libro "De Ferrol Diario a Diario de Ferrol" que no deja de ser proyecto, pero que algún día, más pronto que tarde, me obligo a sacar adelante. Simplemente, quería hoy recordarlo al cumplirse diez años de su
óbito.
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