Optimismo contenido

Acuerdo sorpresa. Mariano Rajoy afirmaba al iniciarse la sesión de la cumbre europea que no se esperaba que prosperase el tema de la recapitalización directa a los bancos. Mientras, la dama de acero (la de hierro ya existe en la historia de la política) negaba insistentemente dicha posibilidad. Quién lo diría, pero horas después, muy de madrugada, salía humo blanco y los Monti, Rajoy y Hollande habían logrado vencerle el pulso a la canciller que luego sería recibida en su país con titulares de castigo en la prensa. El caso es que se aprobó la recapitalización directa, teima que protagonizaba Rajoy para evitar el agravamiento del déficit y ahora habrá que ver cuales son los efectos colaterales. Al respecto, lío y confusión. Draghi, presidente del Banco Central Europeo y Angela Markel se esmeraban en acentuar la condicionalidad de esta concesión, mientras que esto mismo era negado por Mariano. También el presidente de la UE, Van Rompuy dijo que no había nada gratis. Está por ver, entonces, de qué manera va a pagar Juan Pueblo la derrota sufrida por los alemanes, no en la cancha de fútbol sino en la sede de Bruselas. Todo apunta a que se ha dado un paso importante y la mejor prueba son los indicadores bursátiles. La Bolsa española ha registrado la mayor subida en dos años y la prima de riesgo cae hasta los 474 puntos básicos. Pero dicho esto, coincidir con quienes sostienen que no hay que cantar victoria, ya que falta por ver los términos de la condicionalidad, que se verán el día 9, y los inversores pueden dar aún muchas vueltas y hacer el péndulo hasta tanto no vean las cosas claras, de ahí que esa sesión del día 9 es decisiva. Por otro lado, hay ya un signo de alarma instalado en la sociedad, además de la subida del IVA que parece inminente,  que viene originado en que a estas alturas del ejercicio ya casi tenemos alcanzado el déficit que se preveía para final del año. Si tuviera que simplificar mi modesta opinión, recurriría a algo tan manido como lo de optimismo contenido.