Buena nueva para el matrimonio homosexual

El País digital informaba ayer que el Tribunal Constitucional avalará la ley que regula el matrimonio homosexual, ley que había sido recurrida por el PP. El fallo se viene a dar siete años después. La primera conclusión es obvia: más vale tarde que nunca, pero, todo hay que decirlo, no fue sin tiempo. Estos silencios tan prolongados tienen su lectura. El asunto era una patata caliente, precisamente por el rechazo del partido conservador. Yo celebro esta decisión porque, sencillamente, no encontré razones que me llevaran a la objeción. Vayan por delante mis parabienes para los afectados, que ayer celebraban el día del orgullo gay. Cabe a España y al Gobierno de ZP (2005) el prurito de haber sido uno de los Estados pioneros en favorecer el matrimonio homosexual. Antes, en 2001 lo hizo Holanda, el primero, dos años después Bélgica y al mismo tiempo que España lo aprobó Canadá. Si bien es verdad que el Partido Popular atacó de salida el acuerdo poniéndolo en manos del Constitucional, no lo es menos que en determinados sectores de dicha formación política había disonancias. Y qué casualidad, uno de los dirigentes que escenificó su discrepancia con el recurso fue el hoy ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, que llegó a oficiar una boda gay en la que se esposaban dos afiliados o simpatizantes del PP. Por supuesto, en las filas de dicho partido habrá también  numerosas personas a las que beneficie la ley por su condición gay y consecuentemente nada les habrá gustado la iniciativa que tuvieron los "populares" cuando hace más de un lustro instaron al Tribunal Constitucional a que se pronunciase. Unos meses atrás era el propio Obama el que se pronunciaba públicamente a favor del matrimonio homosexual y lo hacía ante una sociedad muy conservadora como la estadounidense. Creo que fue un paso valiente del presidente de EEUU que acalla incluso las denuncias de otros países y otras capas sociales homologables con la norteamericana.