Alemania acabará estrangulándonos, tras echar la soga a nuestra economía y a nuestra soberanía. Es verdad que la nefasta gestión de la crisis viene favoreciendo de manera generosa la "desfeita", pero no lo es menos que Alemania, que es la que manda en la UE, y en el Banco Central Europeo, como estamos viendo, ha echado el resto, más interesada en que pidamos el rescate que en que encontremos alguna solución o paliativo. Y a mi lo que más me fastidia de esta bravuconada teutona, es que Alemania se regocije con las miserias de los demás, es decir, de los países que estamos con problemas. Esa Alemania que obligó a pagar a Grecia en el año 1964 unas deudas pendientes del siglo XIX y sin embargo, hasta nueve veces Grecia le reclamó el importe de un préstamo impuesto por Hitler y ni puñetero caso. Jacques Depla, economista francés que fue asesor de Sarkozy estimó recientemente que la deuda alemana con Grecia ascendería a 575 mil millones de dólares, dinero con el que resolvería todas sus angustias. Esa Alemania a la que en los años veinte EEUU prestó un billón de dólares, que nunca llegó a pagar porque en operaciones de amaña y compón logró cancelarla en un 98%. Esa Alemania, la más beneficiada con el Plan Marshall muy respaldada por toda Europa cuando se produce la unificación que, por cierto, implicaba la obligación de retomar las indemnizaciones que habían sido congeladas y el canciller Kohl se negó a pagarlas. El profesor e historiador Edmundo Fayanas dice que "Alemania ha sido en el último siglo el país que más se ha negado a pagar sus deudas, como consecuencia de las dos guerras mundiales ocasionadas por ellos mismos". Tampoco se puede poner como ejemplo cuando entre los años 2008-2009 rescató a sus bancos con 480.000 millones de euros. En fin, buena parte de los columnistas y especialistas que he consultado ponen en entredicho la actuación de Alemania acusándola de estar explotando y sometiendo a extenuantes sacrificios al resto de los países miembros, de manera especial a los que están atravesando por serias dificultades. Alemania nos está empujando al precipicio. Gracias, Alemania.
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