Rajoy ha empezado a hablar de eurobonos, es decir, comienza su maniobra de aproximación al presidente francés, que sigue empeñado en su teoría de equilibrar austeridad y estímulo para el crecimiento. Esto ya lo debió de hacer antes el presidente español, pero estas cosas de las afinidades ideológicas provocan, como suele ocurrir en muchas ocasiones, que los intereses de partido estén por encima de los intereses generales, lo que no deja de ser una perversión que puede tener dramáticas consecuencias para los administrados. Si Mariano Rajoy sigue alineado con Angela Dorothea Merkel corre el serio peligro de perecer asfixiado por la mano amiga y lo que es mucho más grave de llevarnos a todos los españoles al abismo del rescate y de la intervención. De hecho, Berlín presionaba estos días para que España pidiera el rescate. Europa tiene también que refundarse y adquirir poder, aunque sea a base de que los países miembros cedan soberanía. Es la forma de que pueda planearse un futuro más esperanzador y, sobre todo, de armarse de mecanismos que le permitan actuar con firmeza ante situaciones como la que estamos viviendo. La actual es una Europa escorada y débil que no sólo ante la crisis sino ante muchas otras circunstancias de la política internacional da la sensación de ser un instrumento flácido, a veces perdido en la espesura de la política y llegando tarde mal y arrastro ante determinados acontecimientos. El presidente francés esgrimió en su campaña electoral propuestas que han parecido razonables a la opinión pública y publicada. Se decía que Mariano Rajoy podría estar deseando que Hollande se impusiera a Sarkozi, totalmente entregado a Merkel, aunque hiciera el paripé y quisiera dar la impresión de que eso del eje franco alemán funcionaba y él representaba a uno de los polos del poder. Al ex mandatario galo le faltó criterio propio, algo que Hollande ha sabido captar proyectándolo en sus proclamas y mitines. No quiere ser marioneta de Merkel. Y esa parece ser la nueva actitud de Rajoy, hasta ahora muy desnortado, incumpliendo totalmente su programa y desmintiendo un día lo que manifestaban sus ministros el anterior, atacado, incluso, por la derecha mediática. ¿Asistimos a un giro de Rajoy, a un cisma con sus amigos de la Unión Demócrata Cristiana alemana, a una visión más motivadora de la gestión de la crisis? Estaremos atentos. De momento, tres portadas de periódicos extranjeros influyentes que salen hoy a la calle parecen presagiar lo peor: SOS de España, España en estado crítico, son algunos de los titulares. Otra prueba de fuego para Rajoy. Y van...
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