No puede uno apartarse de la actualidad porque la actualidad es sumamente preocupante. La prima de riesgo sigue en valores superiores a los 520 puntos básicos, a lo que se suma la baja calificación de la agencia Moody's que poco menos que declara a España insolvente, justificando su criterio con el aumento del déficit que acarrea el rescate de la banca. Y aquí me quiero detener porque el asunto responde a lo que en términos coloquiales diríamos un absoluto cachondeo. Moody's como vemos sostiene que el préstamo repercute en el déficit, Bruselas ayer confirmaba que el rescate agravaría el déficit, también lo dijo Guindos cuando dio cuenta del acuerdo del Eurogrupo, aunque por otro lado dice que el dinero se presta en muy ventajosas condiciones. Mientras tanto el presidente del Gobierno sigue diciendo que el rescate no afectará al déficit. ¿Con qué nos quedamos los ciudadanos? La pregunta casi es impertinente porque precisamente debido a las contradicciones cotidianas del Ejecutivo, el personal ya no cree nada que pueda proceder de la fuente gubernamental. Uno no tiene otra opción que en todo caso fiarse de los organismos europeos que, dicho sea de paso, responden descaradamente a las imposiciones del gobierno alemán. No cabe duda que la UE es un fiasco para todos los países, menos para los alemanes, claro. Rajoy pedía auxilio hace unos días, a través de una carta que ayer se filtró a los medios, al BCE y este pasó olímpicamente porque en el Banco Central Europeo manda Merkel. Recordaba el profesor Vicenç Navarro que el euro se estableció "bajo una serie de condiciones impuestas primordialmente por el capital financiero alemán, básicamente la banca, y también por el establishment empresarial industrial de aquel país, orientado principalmente a la exportación". Las condiciones consistían en mantener el dominio monetario e industrial del estado alemán en la Eurozona. Hoy, los bonos del Estado alemán, argumenta Navarro, son los más seguros de Europa. Finalmente, no hay que olvidar que están pendientes de redactarse, o se está en ello, las condiciones del rescate a la banca que, para qué vamos a engañarnos, serán aquellas que Alemania decida. Una cosa es ceder soberanía y otra escenificar el papel de títeres. O al menos esa es la impresión que yo tengo.
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