La
ausencia de Miudiño en el Diario de Ferrol, otro signo más del
mundo convulso en que vivimos. Vicente Araguas continuará con su sección
dominical de crítica literaria en el Nordesía,
pero se ha "caído" de la columna diaria. El poeta, escritor y crítico literario ya no
compareció el pasado domingo. En los últimos meses, a partir de junio, firmaba dos
veces a la semana, los jueves y domingos. Era una manera de ir rompiendo el
contacto con sus numerosos lectores sin que se notara mucho, para que doliera
menos, para evitar el trauma. Araguas dijo en diversas ocasiones que le debía
mucho al Diario de Ferrol, lo que no
dijo, porque no tocaba, pero lo decimos otros es que Diario
de Ferrol ganó prestigio, prestancia y fortaleza a raíz de su incorporación. Para que
nos entendamos, era y es un amor recíproco. Echaremos de menos sus Miudiños,
verdadera obra maestra de obligada lectura, primero en la contraportada del
periódico, luego en la página de opinión. Dominaba con elegancia todos los géneros.
De hecho confesó en más de una ocasión que lo suyo era el periodismo. La crónica
de viajes, el artículo costumbrista, el análisis de acontecimientos
importantes, sus aportaciones a la historia local, de su Ferrol de adopción
(medalla de la ciudad) y de su Neda natal (hijo predilecto), empleaba cuando el
caso lo requería el afilado aguijón de la crítica "e bótalle fío ao
papaventos da súa erudición e sabedoría". Nada se le resistía. Toda su producción era una feliz
recreación literaria. Araguas no escribía dos palabras que no fueran bañadas en
una extraordinaria musicalidad lírica, poética, además del plus que aporta al verbo, por su riqueza y recursos, nuestro propio idioma gallego. Pero, ¡alto! Vicente Araguas no
se va, sigue con nosotros. Se van, eso sí, sus Miudiños. De los males, el menor. Por la parte que me toca, siempre
agradecido, amigo Vicente.
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