Casi se podría concluir que una campaña electoral como la que tenemos a la vista podría entrañar riesgos para la salud mental y no sé si para la democrática. Si pusiéramos en la calle algún equipo interdisciplinar a buen seguro que obtendría perfiles de patologías varias. Lo cierto es que la lucha por el poder arroja a la luz políticos que se enrocan con la demagogia, falsa promesa, discurso enardecido pero vacuo, etc . Ahora bien, estas próximas elecciones autonómicas se dan en un escenario social completamente distorsionado por la crisis, absolutamente diferente al de otras consultas anteriores. Y en ese sentido, los resultados que hayan de darse van a tener diversas lecturas, desde el índice de abstención hasta el signo de los sufragios. Vamos a las elecciones con una sociedad encogida por los sobresaltos que se producen a diario, los temores que surgen en torno al futuro inmediato, los recortes, las reformas, todos esos conceptos que de pronto han cobrado nuevo valor pero en tono negativo, ya que la clase media y proletaria acusan hartazgo de tanto sacrificio como se le impone mientras los gobernantes cuando se les habla de que metan también en cintura a los que más tienen miran para el otro lado. La crisis tumba a los gobiernos, ya lo hemos visto y estamos viendo y por mucho que se quiera llamar la atención de que se trata de de una convocatoria doméstica, de andar por casa, autonómica, sobre la conciencia y memoria de los electores estará muy presente cuanto está ocurriendo, de modo que podemos hablar de un posible plebiscito a los gobernantes actuales. Estos son unos comicios distintos y eso entraña mucha curiosidad desde el punto de vista periodístico. Estaremos pendientes de las habituales iniciativas demoscópicas, contenidos de los discursos, asistencia a mítines, reacciones populares de desazón y protesta... y de ver como torean los efectos de esta crisis tanto tirios como troyanos. Me he referido a las elecciones gallegas porque es el PP el que va a medir su confianza. Las vascas son otra cosa y daría para otra reflexión.
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