Difícil momento para Rajoy

Veo a Rajoy francamente tocado. Hay politólogos y analistas que preconizan su inevitable caída y algunos de ellos creen que la fórmula del rescate puede ser decisiva. Empecemos por señalar la "liorta" interna que afloraba días atrás aprovechando el siempre polémico asunto de la política antiterrorista. Los Mayor Oreja, Aguirre y otros le metieron un meneo al ministro de Interior teniendo que poner un poco de orden el propio Rajoy. Pienso que el caso del preso enfermo de ETA no fue más que la excusa para echarle tierra encima a Mariano. Hay  revolución interna. En el PP tocan a zafarrancho de combate. Por otro lado, vemos que la órbita mediática afín está fallando. Desde dichos frentes le llueven los "palos" al presidente del Gobierno, que se suman a los que le propician los medios habitualmente más críticos, con lo que el cerco está tendido y el acoso en marcha. Se observa, asimismo, que ha quebrado el principio de autoridad. Un coronel franquista, del que ya me ocupé recientemente, que dice del ministro de Defensa que no tiene cojones para hacerlo callar y que no repara en manifestar la amenaza de sacar los tanques a la calle contra el independentismo catalán, sigue paseando arrogante sus galones, jaleado por dirigentes "populares", con un Gobierno que se inhibe o mira para el otro lado en una clara y preocupante demostración de debilidad. Ese militar tenía que haber sido destituido hace ya bastantes días. A Rajoy, que se le escapó un día que los desfiles militares eran un coñazo parece que alguno aquellos mandos lo está esperando. En definitiva, podríamos concluir que a la quiebra económica se suma la quiebra democrática y social. Con este panorama no resulta difícil aventurar que Rajoy, solo a meses de tomar las riendas del Gobierno de España, está atravesando por serias dificultades y que ya ni los suyos ocultan el controvertido momento que se vive en el seno del Partido Popular. El tiempo nos dará la medida del alcance de todo lo que está sucediendo.