No queda palo por tocar. Ya están
todos los sectores en pie de guerra: ciencia, cultura, educación, sanidad,
pensiones...Cada vez más deficitarios, cada vez más pobres, cada vez más
impotentes como país para salir del atolladero. Mientras, el debate
parlamentario cada vez más enrocado en el "tú más", como si de la
discusión de unos adolescentes se tratara. Y por si fuera poco, ahora el
Gobierno piensa en ¿cómo sacar de en medio la norma que exige que a los
jubilados se les revaloricen las pensiones de acuerdo con el IPC, para así anular
el argumento y el debate? Aboliendo la norma. Punto pelota. Muerto el perro se
acabó la rabia. Es desesperante, por otro lado, observar en todo tipo de
foros y tertulias la falta de alternativas, el derrotismo en el que se ha caído. Cunde el
principio de las lentejas: las tomas o las dejas. O "es lo que hay".
o "Yo o el caos". Solo un par de sectores ha sido declarados
intocables en todo este proceso de degeneración: el del fraude fiscal que
practican con cuello duro y guante de seda los más poderosos. Y el otro sector,
el de los políticos, que se blindan sus sueldos, en el "mejor" de los
casos, cuando no incurren en la prevaricación, falsedades, blanqueo, sobornos,
en la peor de las situaciones. Y no son pocos los que andan metidos en estos
berenjenales. Y para evitar tanto escándalo se le dice a la Guardia Civil que se
informe con tiempo de registros y detenciones a cargos públicos ¿Para qué? Huele
mal la cautela. Y, en favor de la "casta" se resalta hoy en algunos
titulares mediáticos que no se va a exigir la dimisión al político que resulte
imputado, aunque esto ya venía sucediendo. "Noxento" (asqueroso)
panorama el que un día tras otro se viene dibujando en nuestra quebrada piel de
toro.
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