domingo, 9 de diciembre de 2012

No hay recetas

La verdad es que los italianos lo tienen crudo. La alternativa al tecnócrata "enviado especial" de la Troika Mario Monti es "Il cavaliere" , metido en mil líos, que anuncia su regreso en las próximas elecciones. La democracia está tan contaminada y los ciudadanos tan amnestesiados o despistados que no es fácil ver la luz al final del túnel por mucho que se esfuerce uno en desbrozar la maleza que se interpone. Tanto Monti Monti tanto el técnocrata como el Berlusconi, a no ser que los votantes italianos peguen un puñetazo en la mesa y rompan con el miedo a lo desconocido. No obstante, en este sentido los "cambiazos" que las urnas puedan propiciar tampoco alumbran nada singularmente esperanzador. Ahí tenemos el caso de Francia con Hollande, que se vislumbraba como tabla de salvación para variar la correlación de fuerzas y plantar cara a la "mandarina" Alemania y sin embargo todo el gozo en un pozo. Nada nuevo bajo el sol. Qué decir de nuestro propio país que mayoritariamente apostó por dar portazo al socialista Zapatero depositando la confianza en el PP de Mariano Rajoy y las cosas no solo no han mejorado sino que se han puesto peor, según revelan las cifras del desempleo que siguen in crescendo, entre otros indicadores. Los europeos del sur, clases medias y bajas, han perdido el referente y cunde la sensación de la ratonera, el laberinto, la impotencia. El experimento de la austeridad a ultranza no ha dado resultado, a la vista está en los países más afectados: Italia, Portugal, Grecia, España. La excepción la encontramos en otras latitudes, concretamente en Islandia, que le echó un par y cogió el toro por los cuernos para darle la vuelta a la tortilla, pero la receta de no inyectar dinero a la banca y llevar a políticos y banqueros a los tribunales lamentablemente por estos pagos "ni está ni se le espera".

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