En mis manos, un libro, que compré hace ya algún tiempo a través de internet: "La Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de El Ferrol (1902-1977). Historia de una institución ferrolana", obra de José Francisco Fornies Casals, Alfredo Ortega Gómez y Luis Palacios Bañuelos, editado en el año 1977, con motivo del 75 aniversario. El manejo de este documento me permitió trazar una mirada muy somera sobre el recorrido de la vieja institución. Lo que va desde la iniciativa abanderada por el Círculo Católico de Obreros hasta la Novagalicia Banco que hoy conocemos y que trata de abrirse camino en el marco de la reestructuración que vive el complejo entramado financiero. En definitiva, lo que fuimos y lo que dejamos de ser. Corría el 1902, hace cien diez años, cuando el Círculo Católico de Obreros abría al público la primera sede de la Caja General de Ahorros de Ferrol y un año más tarde lo hacía el Monte de Piedad. Poco más de un cuarto de siglo después, en 1929, un Real Decreto-Ley establecía que las Cajas Generales de Ahorros tenían que estar desligadas de toda relación de dependencia respecto de cualquier otra entidad, aunque fuera de carácter benéfico. El Círculo Católico de Obreros perdía la titularidad. En 1978, al año siguiente de conmemorarse aquel 75 aniversario, nace la marca Caixa Galicia tras fundirse las Cajas de Ahorros de Coruña, Lugo y Ferrol. Ahora es Ferrol quien pierde la titularidad. Ya en el 2010, se fusionan Caixa Galicia y Caixanova, para terminar en el proceso actual, que es público y notorio y que en absoluto tgiene que ver con sus orígenes. Una brevísima reflexión: vemos como la clase trabajadora ferrolana ha estado en no pocas ocasiones detrás de iniciativas que han sentado precedentes en el devenir cotidiano de nuestra historia local. Estoy pensando no solo en el Círculo Católico de Obreros con la Caja de Ahorros, sino también en los obreros del Arsenal que en el 1894 impulsaron las fiestas en honor del filántropo marqués de Amboage, recaudando dinero por los tajos. Mucho más recientemente, operarios de Bazán en alianza con las fuerzas de la cultura contribuyeron, en el advenimiento de la democracia, a la refundación del Ateneo Ferrolán y, en general, cabe destacar el papel que el proletariado tradicionalmente ha desempeñado en el movimiento ciudadano y cultural, además de haber sido pionero en el fomento del cooperativismo.
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