Relevar
a Vicente Araguas (aunque sea eventualmente), casi nada. Esta columna
tiene el listón muy alto. Con el paso del tiempo se ha convertido en
un espacio emblemático: el talento creativo, el bagaje erudito, la
cultura del hombre leído, la "vis" del crítico literario,
la sensibilidad del poeta "e bótalle fio ao papaventos" de
un perfil repetidas veces laureado, la última recientemente en
Moaña... ¿Quién da más? "Regresar" a Diario de Ferrol y
que las necesidades del momento impongan este reto hizo que
súbitamente palideciese el airoso impulso que traía, tras un año y
medio sabático, que siguió a mi jubilación laboral. Vicente
Araguas fue una feliz adquisición. Habíamos dado en el clavo.
Estábamos todos contentos, sobre todo después de que abrazó las
nuevas tecnologías y abandonó la Olivetti, algo que alteraba el
biorritmo del periodista que se veía obligado a "picar"
los textos. Al final, logróse que el hombre abandonase las cavernas.
Y así llevábamos un largo tramo recorrido. De todas maneras,
Vicente Araguas seguirá con nosotros, aunque su presencia pueda
perder cierta intensidad. De los males, el menor. Compensaré la
cualificada ausencia con voluntad y la cultura del esfuerzo. Tenía
interés en que esta salutación inicial quedase envuelta en la
admiración y afecto que profeso al escritor y poeta. A tal señor,
tal honor. Por lo demás, mañana es otro día. Nos vemos.
Nota.-Con esta aportación inicio hoy en Diario de Ferrol mi nueva etapa como columnista.
Nota.-Con esta aportación inicio hoy en Diario de Ferrol mi nueva etapa como columnista.
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