miércoles, 7 de marzo de 2012
Miradas
Relevar a Vicente Araguas, casi nada. Esta columna tiene el listón muy alto: el talento creativo, el bagaje erudito, la cultura del hombre leído, la "vis" del crítico literario, la sensibilidad del poeta "e bótalle fio ao papaventos" de un perfil repetidas veces laureado. ¿Quién da más? "Regresar" a Diario de Ferrol y que me pongan ante este reto hizo que súbitamente palideciese el airoso impulso que traía, con fuerzas acumuladas tras casi un año y medio sabático después de jubilarme. El chirriar del frenazo ocurrido en Galiano, se oyó en Papoi. Vicente Araguas fue una feliz adquisición en mi anterior etapa como director. Habíamos dado en el clavo. Estábamos todos contentos, sobre todo después de que abrazó las nuevas tecnologías y abandonó la Olivetti, algo que alteraba el biorritmo del periodista que se veía obligado a "picar" los textos todos los días. Al final, logróse que el hombre abandonase las cavernas. Y así llevábamos un largo tramo recorrido. De todas maneras, Vicente seguirá con nosotros en otras secciones. De los males, el menor. Por mi parte, únicamente puedo manifestar, marcando barreras preventivas, que compensaré la cualificada ausencia con una gran dosis de voluntad. Es lo que puedo ofrecer, la cultura del esfuerzo. Tenía interés en que esta salutación inicial quedase envuelta en la admiración y afecto que profeso y profesamos a Vicente Araguas. A tal señor, tal honor. Por lo demás, mañana es otro día. Nos vemos.
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