martes, 14 de agosto de 2012

Gordillo, de plató en plató

Sánchez Gordillo está siendo la comidilla del día. Ayer estaba en la Sexta, hoy estará en ese canal que él tanto ha denostado por derechón, Intereconomía, y me imagino, porque tampoco me esfuerzo en el zapping, que estará solicitadísimo en otros medios audivisuales. Además, aparte de sus acciones efectistas, ha pillado un mes habitualmente carente de contenidos informativos debido a las vacaciones de ahí que se pasee por los platós en una turné interminable. Ya hice referencia recientemente al fenómeno Gordillo, sacándole hierro a la demonización de que era objeto tanto desde las filas conservadoras como del propio centro izquierda. Me parece que lo que hace, incurriendo en la transgresión, desobediencia civil, etc, es advertirnos de lo que puede llegar a suceder si no se cambia el ritmo de los acontecimientos en la gestión de la crisis. ¿Por qué tiene tanto éxito y demanda su discurso? Pues porque dice lo que muchos españoles están pensando y actúa de aldabonazo a las conciencias de los que tienen el poder económico que es el que nos está gobernando. El neoliberalismo salvaje nos ha llevado a esta situación de la que trata de sacar tajada cargando todo el sacrificio sobre los hombros de una clase media y baja que empieza a ponerse a la cola de los bancos de alimentos. En medio de la verborrea -tiene madera de telepredicador- que exhibe en sus manifestaciones, Sánchez Gordillo dice verdades como puños y de alguna manera encarna la defensa del oprimido, lenguaje que cala, como no podía ser de otra manera, cuando se da, como en el presente, una situación de emergencia con degradación de la acción política y ataque a la línea de flotación del Estado de bienestar. Y a todo esto sorprende con el pie cambiado a la propia izquierda y organizaciones sindicales que no saben muy bien qué actitud adoptar ante las iniciativas que capitanea el alcalde de Marinaleda, parlamentario andaluz y profesor. Este hombre parte del hecho de que el capitalismo engorda las diferencias sociales y de que el sistema no vale. Recuerdo que al inicio de la crisis el entonces presidente francés Sarkozy llegó a decir algo así como esto no vale y hay que revisarlo. Luego nunca más volvió a tocar el tema. Bueno, pues esto mismo con más contundencia y convicción es lo que nos está diciendo, ahora con una gran megafonía, el líder del SAT.

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