El Ateneo Ferrolán

Hoy, tema local. El Ateneo.  Fui socio fundador, condición que mantengo, colaboré con las diversas directivas, incluso fui favorecedor de la entidad en su arranque disponiendo de un piso, con la autorización del propietario, que era mi suegro, para que lo utilizasen como sede, en la calle María. Algunos socios de edad madura recordarán la ubicación aunque a lo mejor desconocen el detalle. Y que conste que la provisionalidad duró bastante tiempo. El piso, obviamente se cedió en alquiler simbólico. Traigo esto a colación precisamente ahora, que ha saltado a la actualidad el tema de la sede de Magdalena 202-204 y al respecto tengo que confesar que no dejó de sorprenderme la decisión tomada por el concejal de Cultura, Reyes García. Hay quien piensa que es una operación política para difuminar la histórica sociedad ferrolana, porque se eclipsa su nombre, dándole el de Concepción Arenal, y se adjudican nuevos compañeros de vivienda: la SAF y una asociación de vecinos. El hecho de que se haga invocando la crisis, criterios de ahorro, etc, le da cierto peso a la iniciativa, pero tengo la sensación de que las formas no han sido las idóneas. Esto tenía que haber sido objeto de un diálogo moderador, buscando la conciliación de intereses y respetando derechos adquiridos en el tiempo. A mi modesto entender, las partes tendrían que poner encima de la mesa sus necesidades respectivas y pienso que si eso es un centro cultural lo normal es que los espacios estén ocupados por entidades de ese signo. Seguro que la Filarmónica, que es una sociedad de gestión, encajaría mucho mejor, si es que sus socios quieren. Luego me pregunto, ¿la SAF con biblioteca, hemeroteca, pinacoteca, un despacho de presidente, no necesita más que 30 metros cuadrados? Por último, el hecho de que lleve el nombre de Centro Cultural Torrente Ballester no debe ser incompatible en que debajo aparezcan las entidades que allí se alojan. Me gustaría que esto fuese retomado y espero y confío en que el alcalde José Manuel Rey Varela aporte su mediación de la que pueda resultar acuerdo satisfactorio entre las partes.