Los
ferrolanos "que se jodan" -parafraseando el exabrupto lanzado en sede
parlamentaria por Andrea Fabra- parece decir la UE en cuantas decisiones
afectan a esta comarca. Primero nos prohíben hacer barcos, veto que no quiere
ser levantado hasta que finalice su vigor en 2015, y ahora nos vienen con que
el dique flotante "podría" contravenir la directiva comunitaria. Lo
que ocurre es que, lamentablemente, España no cuenta y en esa posición de
debilidad -comprobada ya con Zapatero que había tomado el asunto personalmente
de manera infructuosa- los astilleros de otros países europeos defienden mejor
sus intereses y zancadillean cualquier intento que pueda tener nuestro país de
levantar cabeza en el terreno de la construcción naval. Y eso lo hacen porque
somos buenos y competitivos. Porque nos temen. La ingeniería puntera y mano de
obra cualificada de esta comarca han sido capaces en los períodos más boyantes
de la antigua Astano de construir los petroleros más grandes del mundo e
incluso más tarde, ya con el veto encima, desarrollar la tecnología offshore haciéndose
un hueco entre los mejores astilleros internacionales. Por su parte la antigua
Bazán incorporándose en tiempo récord (bajo la sabia dirección de Natalio Rodríguez,
jubilado hace ya unos años) a la construcción integrada, con abolición de
gremios incluida sin que hubiera movimientos telúricos en el potente
sindicalismo que entonces operaba en "La Constructora", mérito que
también hay que apuntarle al citado ingeniero naval, fue el primer país del
mundo que empezó a construir unidades militares para terceras naciones. Ese es
el envidiable balance de nuestros astilleros y por eso nos temen y porque, además,
si pensamos en el gran centro de reparaciones de la ría ferrolana nos íbamos a
llevar el gato al agua porque estamos situados inmejorablemente, al pie de las
grandes rutas atlánticas. El gran problema de Ferrol es que, gobernara el PSOE
o el PP, nunca tuvo un peso específico para hacer mover ficha al Gobierno
central y por si fuera poco tampoco éste, cuando lo intentó, logró mover
posiciones en el seno de la UE. Y ahí estamos desempeñando el papel de pariente
pobre, recibiéndolas en el mismo lado y poniendo la otra mejilla, si hace
falta. ¿Y la SEPI? Viene ahora, meses después de crearse una comisión de
seguimiento, a decir que la UE veta el dique flotante. Y el PP culpa a la
Sociedad Estatal de Participaciones Industriales del desaguisado ¿Por qué no
destituyen ya a la cúpula directiva si tiene la facultad para hacerlo? Está visto, los ferrolanos no levantamos cabeza.
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