domingo, 6 de enero de 2013

La mejor entrevista, ninguna


Hay cosas que tienen difícil explicación o justificación. La entrevista que hizo Jesús Hermida al Rey es una de ellas. ¿Cómo puede haber personas tan torpes que no adviertan que una entrevista en las circunstancias actuales, obviando temas que son de candente actualidad y que afectan a la familia Real, será más escandalosa por lo que omite que interesante y jugosa por lo que diga?  O el monarca actuó por su cuenta y riesgo, en un arranque emocional como aquel de "lo siento, me he equivocado, no volveré a hacerlo" , pero en este caso con condiciones, o, de lo contrario, quien haya planificado la televisada entrevista con el televisivo Hermida, con cuestionario impuesto, pensando que favorecería la imagen de Juan Carlos ha cosechado un solemne fracaso. El asunto es hoy objeto de críticas y chanzas en las redes sociales y prensa convencional. En estos momentos o se plantea un diálogo abierto, tocando todos los palos o lo prudente sería non meneallo. La mejor entrevista, ninguna, antes de incurrir en un flagrante patinazo. Tampoco entiendo que el hombre que narró la llegada a la luna, periodista de labrado prestigio, al menos hasta ahora, haya aceptado la escenificación de una entrevista insulsa, de escaso o nulo valor testimonial, encorsetada y vetada para algunas cuestiones. También lo mejor hubiera sido declinar la invitación, pero, aunque no se compartan, son decisiones de signo personal que, por encima de cualquier consideración, hay que respetar. En definitiva, daría un cate a las personas que tienen como misión velar por la imagen de la familia Real, tema harto difícil por lo que todo el mundo sabe, y, cuando menos, expreso mi sorpresa y perplejidad por el papel que aceptó Jesús Hermida.

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