Una de las entrevistas que hice para FerrolAnalisis (núm. 10/1996. Director, Germán Castro) tuvo como protagonista a José Leyra Domínguez, intelectual y artista, discípulo de Martínez Vilela y Bello Piñeiro, en la plástica, y de Shopenhauer, Nietzsche y Unamuno para la vida. Contaba entonces 84 años y en aquella ocasión, pese a su avanzada edad, hizo una auténtica exhibición de ejercicio memorístico. Lo mismo recitaba párrafos de obras de pensadores ilustres, que recordaba su amistad con literatos gallegos, anecdotario incluido, entre ellos Camilo José Cela, que se investía de la solemnidad del rapsoda para declamar poemas de aquellos vates que él admiraba. Es curioso, a don Pepe Leyra yo lo había tenido como profesor -era abogado, maestro, escritor, ensayista y pintor- en la academia Jorge Juan, que se ubicaba muy cerca de la actual sede de Diario de Ferrol, pero de esta etapa conservo muy vagos recuerdos. Sí se comentaba entre los alumnos que era republicano y que cuando Franco visitaba Ferrol, lo arrestaban en su casa. "Yo le decía a mi madre que prefería ser fusilado que fusilador", confesó evocando los años de la Guerra Civil. Pues bien, en su retiro de Ares, en donde vivía solo, asistido por una señora, nos contaba que rezaba todos los días y miren por donde sus jaculatorias eran frases y pensamientos de Miguel de Unamuno. Leyra Domínguez vivía en aquel chalé bautizado con el nombre de "Acougo", rodeado de una biblioteca que constaba de siete mil volúmenes y de una parte de su producción plástica que cifraba en tres mil obras paisajísticas: sus "excelentísimas cañotas" ríos y marinas, fundamentalmente. Sostenía que Ferrol era la ciudad de Galicia que diera más pintores. Fue, en suma, una de las entrevistas de las que hice en mi larga trayectoria periodística que más me impresionó y gratificó. Yo creo que en aquella conversación, de varias horas, contó casi toda su vida, que luego hubo que condensar, tarea siempre difícil. Y una última cosa. Leyra Domínguez -el día 6 se cumple el centenario de su nacimiento- decía esto, cuando le pregunté por su relación con Carballo Calero. "Así como podíamos hablar de Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal y Rosalía de Castro, podíamos señalar también a Carballo Calero, Torrente Ballester y Cela. El más serio para mi y de cultura no inferior a la de ellos era Carballo... siempre tuve por Carballo admiración y aprecio, aunque chocábamos muchas veces". Que le pasen el recado a la RAG, que no le quiere dedicar el Día das Letras Galegas.
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