El Ateneo Ferrolán, en situación de espera



El Ateneo Ferrolán afronta una nueva etapa con una nueva junta directiva, presidida por Ramón Veloso, técnico del Sergas y ex concejal de Hacienda en el mandato de Vicente Irisarri. Las obras de rehabilitación en la sede de Magdalena están ultimándose y se espera que puedan ser reinauguradas a la vuelta del verano. De hecho, ya hay compromisos adquiridos de actividades varias para el último trimestre del año. Según me cuentan, las instalaciones cobran un nuevo y moderno sentido del espacio (lleva el sello del arquitecto Alfredo Alcalá) con el fin de ofrecer una funcionalidad acorde con los tiempos que corren. Resta confiar en que las previsiones que baraja Ramón Veloso y su equipo se cumplan. Desde luego, el nuevo presidente está muy ilusionado con abrir la remozada sede, marcar un nuevo ritmo en la entidad y lanzarse a una campaña de captación socios. Mientras tanto, hagamos una concesión a la historia para recordar que el Ateneo fue fundado en el año 1878, aunque en el primer recorrido duró solo unos seis meses. La iniciativa se recuperaría en el año 1902, se cumplen 110 años, pero desapareció tres después, en el 1905. Volvería a resurgir en el 1933 y se extinguiría, de nuevo, en el 1936 (Guerra Civil). También su ubicación sorteó diversos avatares. En el siglo XIX, el local radicó en la calle Gravina y posteriormente pasó a la calle Real. Ya en la etapa reciente, a su nacimiento, hasta que no se asentó en  el emplazamiento actual, (antigua sede de juzgados) ocupó interinamente un piso en la calle del Sol. Esta nueva etapa echa ya a sus espaldas más de treinta años de actividades ininterrumpidas jugando un papel decisivo en la dinamización cultural de nuestra ciudad. En su refundación, década de los setenta, los periodistas, que por aquel entonces habíamos instituido el premio de Ferrolano del Año, que elegíamos en el curso de una cena en las fiestas navideñas, concedieron un accésit al Ateneo con el afán de reforzar los apoyos con los que partía.