miércoles, 11 de diciembre de 2013

El periodismo de guerra




Javier Espinosa, durante su estancia en Ferrol
(Foto Xoán Rubia)
"El periodista no tiene que ser el protagonista sino contar lo que pasa" declaraba en mayo pasado en Ferrol Mónica García Prieto, premio Couso 2013. Pues, la crónica en esta ocasión tiene como centro de atención el periodista, concretamente en su pareja, Javier Espinosa que, junto con el fotógrafo Ricardo García Vilanova, está secuestrado por los rebeldes de Siria desde el mes de septiembre. De lo ocurrido no se ha querido dar noticia hasta ayer por expreso deseo de las familias de ambos profesionales, que se ocupaban hasta ahora de las gestiones para su liberación. Se especula con la posibilidad de que los contactos se han estancado, de ahí que se haya dado a conocer lo ocurrido. El periódico El Mundo, del que Espinosa es corresponsal, lo sacaba en portada, mientras Mónica García Prieto, su pareja, ha leído un comunicado dirigido a los secuestradores, documento que está colgado en Internet. En un encuentro con el matrimonio de periodistas celebrado en Ferrol con motivo de la entrega del premio Couso, Javier Espinosa, premio Manuel Leguineche 2012, comentaba a preguntas de los presentes los riesgos y peligros que entraña el periodismo de guerra. El relato mantuvo en vilo a todos los asistentes al describir la facilidad con que eran quitados de en medio (asesinados), tanto en escenarios bélicos como en países convulsionados por conflictos latentes y mismo en aquellos en los que las mafias de las drogas actúan abiertamente y con absoluta impunidad. Javier Espinosa ya estuvo secuestrado unos días en Siria, en 2012, y en 1999 fue capturado y retenido por la guerrilla de Sierra Leona. No quiero incurrir en demagogias ni falsos sentimentalismos, simplemente, toda vez que se da la circunstancia de que lo conocí personalmente, de que estuvo en Ferrol para acompañar a su pareja en la entrega del premio Couso, frente a la inquietud que causa la noticia de su secuestro, expresar el deseo de que Javier Espinosa, un hombre que me pareció muy honesto y especialmente discreto, quede pronto en libertad, deseo extensible, obviamente, al fotógrafo Ricardo García Vilanova.

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