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De izquierda a derecha, Felipe Sas, gerente del grupo
Austen, el alcalde Rey Varela, que inauguró las Smart
Cities-Ferrol y el titular de este blog |
Recordaba en alta voz este día, con motivo de las I Jornadas
Smart Cities,
que el concepto de
inteligencia hasta hace poco estaba asociado a su definición natural, como
capacidad para comprender, saber, etc, y a estrategias de información, léase
servicios de inteligencia de los Estados, por citar otro ejemplo. No obstante,
de un tiempo a esta parte, las nuevas TIC (Tecnologías de la Información y
Comunicación) nos sirven el concepto de ciudades inteligentes, es decir,
aquellas que sacan provecho de las múltiples aplicaciones informáticas,
poniéndolas, naturalmente, al servicio de los ciudadanos. De esto, de la innovación, se habló
largo y tendido en esa interesantísima sesión promovida por el grupo Austen,
cuya gerencia -dicho sea entre paréntesis- es ostentada por un nombre que en
este caso está asociado al baloncesto ferrolano, Felipe Sas, hijo de aquel otro
Felipe, histórico de las alineaciones del baloncesto de la antigua Bazán y
posteriormente OAR. Retomando el hilo de esta "acotación" diré que me gustan menos los anglicismos (Smart Cities), aunque
hemos de reconocer los ferrolanos que la lengua inglesa ha tenido un fuerte
impacto local, debido a la presencia de los técnicos británicos en los
astilleros de Esteiro allá por los años veinte del siglo pasado. Además de sus
conocimientos y experiencia, nos dejaron los famosos cañones
Vickers, de los que me ocuparé en otro momento,y, para la
jerga ferrolana, expresiones como "a todo filispín" (full speed),
Chony (Johnny), machina (machine)etc. Pero, además de las ciudades inteligentes se habla también
mucho de ciudades humanizadas. La primera vez que me llamó la atención esta
expresión fue a través de un titular de prensa. Inmediatamente fui al texto y
pude comprobar que humanizar una calle, por ejemplo, es dotarla de aceras y
árboles, fundamentalmente, es decir, el concepto de ciudad o espacio público al
servicio de las personas. De modo y manera que, si los políticos, tan renuentes
a soltar o compartir el poder de la información, se incorporan a la red de
ciudades inteligentes y, por otro lado, continúan diseñando espacios urbanos
humanizados, creo que estamos en el buen camino, rompiendo con la
impersonalización de servicios como el urbanismo, la arquitectura, etc. El
progreso tiene sus servidumbres, pero también sus ventajas, aprovechémoslas.
Como siempre, tendremos que ser los ciudadanos los que les tiremos de la oreja
a nuestros representantes en las administraciones para que estos nuevos
conceptos se conviertan en algo tangible y podamos disfrutarlos los administrados.
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