Imagen retrospectiva del economato de la antigua Bazán que ya cerró en los años 90 |
El economato de
la antigua Empresa Nacional Bazán -que cerró en los años 90 y en compensación
los trabajadores generaron una paga de 300 euros anuales- y el
"cartucho" de Navidad formaban parte de la tradición y de las señas
de identidad de un tiempo y unas generaciones de "bazanistas". Así
como el economato pasó página hace más de dos décadas, lo que no había
sucumbido todavía era el tradicional "cartucho" de Navidad, ahora en
capilla debido a la crisis, según un plan elaborado por la empresa. El
"cartucho" o cesta navideña que el personal recibía cada año cerca de
las fiestas tiene una carga en la que se mezcla lo social con lo emotivo,
sentimental, nostalgico y, cómo no, lo económico. Lleva el sello de fechas
festivas y entrañables, de reuniones hogareñas e incluso de cierta distinción
interclasista porque en tiempos difíciles pocas empresas se podían permitir el
lujo o no querían apencar con ese gasto a mayores, aunque otras pequeñas
industrias aspirasen a la "prebenda". Es lo que diferencia, en este
caso, lo público, que se pierde en lo impersonal y genérico, de lo privado que
tiene nombre y apellidos. Ha de tenerse en cuenta que la antigua Bazán siempre
fue un referente para la negociación colectiva de las empresas radicadas en la
comarca. Si bien nunca se llegaba a los niveles de la factoría naval, lo cierto
es que actuaba a modo de espejo al que se miraban otras plantillas laborales. Lo mismo
ocurría y ocurre también en el ejercicio reivindicativo. De hecho, me tienen
contado que había empresas que declinaban asentarse en territorio próximo a los
astilleros por esta especie de simbiosis o contagio proletario que, fijando el
listón de sus reivindicaciones muy alto, alertaba a inversores, que ponían pies
en polvorosa. No sé hasta que punto este argumento tiene mucha o poca validez.
Pero, volviendo a lo del "cartucho", aunque pueda parecer anecdótico,
ha de tenerse en cuenta que de este aguinaldo se beneficiaban actualmente unas
ocho mil personas: empleados en activo, prejubilados, jubilados, viudas y
huérfanos, y la empresa se gastaba alrededor de 500.000 euros, cantidad que
forma parte de la masa salarial y está recogida en convenio. En los últimos
años, al no existir economato, se ponía en marcha un concurso que viene ganando
la firma Eroski. De la importancia del susodicho agasajo da razón el hecho de
que hace unos años el comité de empresa propuso eliminar el reparto y que el
dinero pasase a los obreros y en una
asamblea, sometido el asunto a votación, prosperó con mayoría aplastante
mantener el "regalo" navideño, ahora sentenciado.
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