Los manifestantes circulaban por la plaza de España (en la foto) poco antes de que la policía franquista abriera fuego con el resultado de dos muertos y numerosos heridos. |
La fecha del 10 de marzo en Ferrol, particularmente, pero
también en Galicia y España, con gran repercusión internacional, fue, es y será
imborrable. Dramática para dos obreros de la antigua Empresa Nacional Bazán,
Amador Rey y Daniel Niebla, que en 1972, se cumplen cuarenta y dos años, cayeron
mortalmente heridos por las balas de la policía franquista, cuando, junto con
sus compañeros, se manifestaban por las calles y avenidas de Ferrol. Trágica
también para las familias que perdían a sus seres queridos y para trabajadores
y ciudadanos en general que, inmediatamente, respondieron con el silencio y la
inactividad industrial y comercial, protagonizando una huelga general como
contestación a la aberrante represión. El personal, que se movilizaba por
cuestiones de índole laboral, quería abrirse paso hacia la factoría de Astano
con el objetivo de invitar a los operarios de aquella empresa, a que se uniesen
a su protesta. En el intento se produjo un acalorado enfrentamiento, con la
inesperada respuesta de los "grises" que utilizaron balas asesinas para
frenar la marcha de los obreros, con resultado de dos muertos y numerosos heridos. Los nombres de Amador -que era esmudiense, nacido en la parroquia de
San Juan de Esmelle, paisano del que suscribe- y Daniel quedaron prendidos para
siempre de la memoria colectiva. A raíz de este conflicto y ante la represión
desatada contra los dirigentes laborales, muchos trabajadores huyeron hacia
Francia, en donde se exiliaron, otros fueron encarcelados y, obviamente, despedidos, en el afán de la
dictadura de lograr de esta manera el descabezamiento del movimiento obrero
ferrolano. En la transición se desagraviaría a estos luchadores, permitiéndoles
el retorno a su país a unos y quedando en libertad los otros, mientras que
todos fueron reincorporados a sus puestos de trabajo en la Bazán, hoy Navantia.
Desde entonces, Amador y Daniel son el símbolo de un sacrificio en la defensa
de los derechos laborales y de las libertades democráticas, ya que sectores
importantes del proletariado se alineaban a la sazón en la lucha antifascista,
animados por la clandestina Comisiones Obreras y el también ilegal Partido Comunista, que
lideraba Santiago Carrillo desde el exilio en París. Hoy, al conmemorar
"los sucesos del 72" recordamos a Amador y Daniel, expresamos el aliento
y la solidaridad con sus familias y lamentamos que, precisamente, todas
aquellas conquistas sociales y laborales han quedado desactivadas bajo las
razones de una crisis que, sin comerla ni beberla, estamos pagando todos los
asalariados.
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