El Club de Prensa de Ferrol está inmerso estos días en la programación de los actos con motivo del 25 aniversario de la entidad. Recientemente se editaba el "Cuaderno" de FerrolAnalisis con la historia gráfica de la sociedad. En días venideros se inaugurará una exposición y hacia final de mes tendrá lugar otro acto público. Yo quiero dejar constancia en mi blog de la memoria a las personas, socias y socios, que ya no están. "Todos ellos nos han dejado su
imperecedero recuerdo junto con su legado y mandato como motores activos de
aquella iniciativa, hoy traducida en parte indisociable del acervo cultural de
la ciudad de Ferrol", dejé escrito en el mencionado "Cuaderno". Aquí queda una breve semblanza de cada uno de aquellos que fueron entrañables amigos y compañeros y que hoy no pueden festejar con nosotros la efeméride.
Encarnaba este veterano socio,
director y propietario de La Voz de
Ortigueira, un periodismo sagaz, de
fino olfato, rico en matices. Desde su observatorio ortegano controlaba todos
los movimientos de los muñidores de la política y aunque no disimulaba sus
afinidades no dejaba por ello de aplicar su ojo crítico, actitud propia de
cualquier profesional que se precie. Desde luego, no comulgaba con ruedas de
molino, lo que le permitía mantener en activo su capacidad de objetivar las
cosas y, por encima de todo, tutelaba siempre el
buen nombre de su amada y señorial villa. En su actitud vital, era un gran romántico
y tal vez la opción tomada para morir así lo refleja. David Fojo fue
homenajeado en vida, incluso por aquellos que no coincidían con sus postulados
ideológicos, diferencias que sus adversarios
solían salvar porque intuían o sabían que el director de La Berza como
entrañablemente se apellidaba a La Voz de Ortigueira, no hacía ejercicio de militancia ciega y con
relativa frecuencia acostumbraba a llamar al pan, pan y al vino, vino. Fojo fue
un entusiasta socio fundador del Club de Prensa de Ferrol. En algunas asambleas
figuró en la mesa por razones de edad y en todo momento fue activo participante
en diversas iniciativas promovidas por la entidad, sobre todo en las
lúdico-festivas. Quienes le hemos conocido guardamos de él un entrañable
recuerdo como hombre culto, gran
conversador y distinguida talla humana.
Antonio Martínez Barcón (Ambar,
siglas con las que solía firmar sus colaboraciones) fue un activo columnista de
prensa y, sobre todo, poeta. Periodismo y creación literaria fueron dos
constantes en su vida, ya desde su adolescencia. Narran quienes disfrutaron de su amistad que en el seminario de Mondoñedo,
en donde pasó unos años, gustaba de hacer las crónicas de las competiciones de
fútbol que allí se organizaban y ya por aquellas fechas, años cincuenta,
insertó un día en una especie de periódico del internado una poesía dedicada a
su madre que enterneció a compañeros y superiores. Y es que Ambar se quedó
huérfano de madre muy joven, circunstancia que marcaría su trayectoria vital.
Martínez Barcón recibió en su día el homenaje de las instituciones ferrolanas y
el propio Club de Prensa editó un fascículo de Testemuñas da memoria en el
que varios autores glosaban la figura de este hombre. Fallecido joven, a los 47
años de edad, Ambar vinculó su vida al
desaparecido periódico local Ferrol Diario (1969-1981) y posteriormente llegó a
tener relación con La Voz de Galicia, El Ideal Gallego y El Correo Gallego, en
los que nos legó una muestra de su quehacer como hombre de vena crítica e
intelectual. En el campo de la poesía dejó obra sin publicar que años después
de su óbito fue reunida en el libro Poemas de la tarde antigua.
Vicente Alfonso Castro
(Vicentón) fue un periodista deportivo (Ferrol Diario) que marcó época. Su
crítica mordaz, en ocasiones, original y cargada de recursos, en otras, dotado
de una memoria cristalina, casi enciclopédica, fue capaz de remover cimientos.
Su sección de "Punto y seguido" era de
obligada lectura para deportistas, aficionados, directivos e incluso, cómo no,
periodistas de otros medios para los que su opinión era un referente. Dotado de
un gran temperamento vocacional, después de pasar en sus años jóvenes por la
radio REM 15 (Red de Emisoras del Movimiento), Vicentón abrazó la profesión de
periodista en la prensa escrita, incorporándose a la plantilla fundadora de
Ferrol Diario (1969-1981) en la que permaneció hasta su cierre. Luego pasaría a
la situación de jubilado. Vicente Alfonso Castro era un gran conversador y
animador de tertulias por su sentido del humor y fácil oratoria. A pesar de su
proverbial escepticismo se alineó con el grupo de periodistas, columnistas y
colaboradores que pusieron en marcha en el año 1987 el Club de Prensa de Ferrol
en cuyas filas se mantuvo hasta que falleció. Además de ejercer la profesión en
Ferrol Diario, desempeñó corresponsalías de publicaciones importantes de alcance
nacional, como la del diario Marca. A su muerte, la revista Periodistas de la
Federación de Asociaciones de Prensa de España le dedicó una semblanza
biográfica bajo la firma del destacado columnista y presidente de la Unión de Periodistas
Deportivos de España, Miguel Vidal.
Andrés París Rico, pertenece a
esa clase de periodistas de raza, de actitud honesta e insobornable, auténtico
y voluntarioso gestor de la información, que dejó huella de su impronta
profesional en diversos medios de comunicación. Fue uno de los periodistas
fundadores de Ferrol Diario en el que se distinguió por su labor como reportero
de calle, cronista de la vida municipal y agudo observador y comentarista de la
vida ciudadana en sus diversas manifestaciones. Quienes le conocieron dan fe de
su alto concepto del compañerismo y generoso y solidario talante. Arturo
Lezcano (Ferrol Diario-El Norte de Galicia (1969-1981) Agonía para una
expresión de seu) escribía: "un
compañeiro entrañábel, traballaou arreo nos últimos anos de FD despois dunha
longa carreira na axencia EFE e El Ideal Gallego, contribuíndo coa súa
fichaxe ao reforzamento da información
local, na que salientaba". También desempeñó la corresponsalía de Radio Nacional
de España, enviando a diario sus jugosas crónicas de la actualidad de
Ferrolterra. Era hombre de tertulia, no
exento de cierto barniz bohemio, con gran sentido y gusto musicales.
Antiguo trabajador de Astano
(hoy Navantia-Fene), perteneciente a una saga
de empleados (entre ellos el que fuera presidente del Club de Prensa, José R.
González Varela y los socios Juan Barro y José M. Orriols) que se pasaron al
campo del periodismo, Francisco de Ayguavives (Chisco) se hizo reportero,
realizador e incluso editor de televisión. Se inició en los años setenta como
profesional de la fotografía para pasar
luego al campo de la tv. Cuando falleció, a los 52 años de edad, era uno de los
cámaras más veteranos de Galicia y estaba vinculado a la TVG. En sus comienzos
como fotógrafo firmó sus trabajos en las páginas de Ferrol Diario. Chisco marcó
un estilo e incluso una escuela, como lo prueba el hecho de que algunos jóvenes
que se incorporaron luego al mercado de la imagen evidenciaron sus influencias.
Además, según consta en una necrológica de la época, fue un profesional que
supo remontar las adversidades y mantenerse en permanente estado de alerta para
adaptarse a la vertiginosa evolución tecnológica. En el plano personal, Chisco
era un hombre muy apreciado por sus amigos y compañeros, y sin abdicar del
ejercicio crítico, supo granjearse la simpatía de numerosos ciudadanos.
Javier Fernández Justo estuvo
vinculado muchos años a los medios, pero nunca contractualmente. Era funcionario
civil al servicio de Defensa y en sus
horas libres se dedicaba por vocación a actividades informativas, destacando,
sin duda debido a su magnífica agenda de contactos, en el género de los
sucesos, materia en la que dio en diversas ocasiones “pisotones” adelantándose
en las noticias o aportando datos a los que, como ningún otro profesional,
tenía acceso. Javier Fernández Justo liga su trayectoria a distintos
medios de comunicación. Fue colaborador del Faro de Vigo en la época en la que
el rotativo vigués tuvo una pujante presencia en Ferrol (en los años ochenta);
prestó servicios a Radio Popular de la cadena COPE para la que realizaba
información de la vida municipal, también hizo sus pinitos en la televisión
local y los últimos años de su vida los dedicó a La Opinión de A Coruña, en el espacio destinado a Ferrol y su comarca, después de
haber retomado su colaboración con el Faro de Vigo, ya en manos del grupo
Prensa Ibérica al que también pertenece La Opinión. A su muerte, el director de
Faro de Vigo, Pedro Pablo Alonso escribía: “ A los lectores de Faro de Vigo tal vez les
resulte sorprendente descubrir que uno de los puntales informativos de este
diario vivía en Ferrol”.
Juan Jorge Bruquetas (Coque) no
perteneció a la plantilla de periodistas de la COPE, empresa en la que siempre
trabajó, pero sí fue columnista en temas musicales del desaparecido periódico Ferrol Diario. Es decir, no fue ajeno a la profesión al vivir estrechamente
vinculado a ella por su cometido de técnico de sonido de la emisora ferrolana
que le permitió ser testigo excepcional a diario de toda la programación,
incluidos los informativos que seguía con especial interés y que comentaba con
los amigos de su círculo al poseer una fina capacidad de observación y de
análisis de todo lo que acontecía en la proximidad y más allá de las fronteras
gallegas y españolas. Hombre de profundas convicciones democráticas y de un
generoso sentido de la solidaridad no dudó en entregar horas de su ocio o vida
personal a la defensa de los intereses de los trabajadores de la cadena
habiendo ostentado la presidencia del comité intercentros de COPE. Inquieto, intelectual y culturalmente, también ejerció su compromiso con la sociedad
siendo un activo precursor del actual "Club del Mar", entidad que hace unos cuantos años le rindió homenaje con la organización de una mesa redonda con la participación de sus
mejores amigos, todos ellos ahora ya veteranos periodistas. Coque Bruquetas fue
uno de los principales impulsores del Club de Prensa en el proceso de
gestación. Una locutora de COPE, Maite López Teijeiro escribió "Era control
de sonido, fue delegado de los trabajadores y, hasta su muerte, presidente del
Comité Intercentros. La mejor persona que he conocido y maravilloso compañero.
Estar de turno trabajando codo con codo con él era una auténtica delicia.
Personas como Coque tienen que tener un rinconcito en el cielo" (De la publicación 35 años de
radio en Ferrol. 1966-2001)
Manuel Nadales Castro, a pesar
de morirse joven -lamentablemente como casi todos los que aquí se recuerdan- tiene
una trayectoria variopinta toda vez que habiendo pasado por la órbita mediática
ejerció con anterioridad de asesor laboral en el sindicato de Comisiones
Obreras y en un momento de su vida también de jefe del gabinete de la dirección
general de Correos con el Gobierno de signo socialista. No obstante, fue uno de
los impulsores, junto con Jesús Gómez “Miño”, de una emisora obrera que durante
un tiempo funcionó en CCOO. Tras esta experiencia en la mencionada organización
sindical, se incorporaría a la cadena SER coordinando unos informativos muy
ágiles y de ameno e interesante contenido. Manolo Nadales fue un cronista
singular de todo el proceso conflictivo que arrastró la reconversión naval y un
agudo observador de la evolución de la vida social, política, cultural y
económica de Ferrol. A la vuelta de su periplo por la política, trató de
alimentar el gusanillo de la profesión periodística en alguno de los canales
locales de televisión. Fue directivo del Club de Prensa y el que abrió marcha
en una serie de entrevistas que se publicarían en las páginas centrales de la
revista FerrolAnalisis. Su bonhomía y talla humana brillaban a la altura de su
profesionalidad, gozando de un numeroso círculo de amistades.
Bernardo Castelo Álvarez es
otro de los casos que sin llegar a alinearse en el periodismo propiamente dicho
vivió muy de cerca la profesión como columnista especializado en temas de
arquitectura y diseño, facetas en las que luego destacaría en su condición
académica de profesor de la Universidade da Coruña. Es el ejemplo de persona
de retos que, en determinado momento de su vida conjuga el trabajo con sus
estudios universitarios hasta acabar consiguiendo los objetivos perseguidos, no
sin derrochar gran empeño y sacrificio personal. Castelo Álvarez fue socio
fundador del Club de Prensa de Ferrol formando en las primeras directivas en
las que trabajó denodadamente sobre todo en el área de la imagen (Galicia en
Foco) y Revista Oral en la que ejerció de entrevistador de cara al público,
siguiendo la pauta de esta actividad. Del interés y el valor que dio a la
entidad valga la anécdota de que sus artículos de opinión iban firmados con su
nombre y la apostilla de “miembro fundador del Club de Prensa de Ferrol”.
Hombre de peculiar carácter, poseía vastos conocimientos sobre arte (fue el
impulsor de Novíssimos, una iniciativa vanguardista en el campo artístico) y
arquitectura, tal como dejó constancia en la revista FerrolAnalisis, mientras
que en uno de los cuadernos FA se ocupó del teatro Jofre. Es también coautor de la obra Rodolfo Ucha Piñeiro y la arquitectura de Ferrol (1909-1949) (Diputación de A Coruña, 2000)
El caso de Jaime Quintanilla
Ulla entra dentro de la categoría de firmas habituales de los medios de
comunicación. Con independencia de su relevante arista política, al haber sido
el primer alcalde democrático tras la dictadura de Franco, el Dr. Quintanilla
mostró siempre un gran interés por pertenecer al Club de Prensa de Ferrol hasta
el punto de que quiso inscribirse y participar en alguna de las actividades
siendo todavía primer edil. Bajo el consejo del presidente fundador de la
entidad periodística, el médico, alcalde, articulista y ensayista de numerosos
temas científicos, decidió esperar al final de su mandato para sumarse al
consejo de redacción de FerrolAnalisis a cuyas reuniones, convocadas en el
renovado hotel Suizo, no dejaba nunca de asistir y en cuya revista publicó
diversos trabajos. Era también un asiduo de la Revista Oral y un apoyo, siempre
que se le requería, para mediar ante gestiones de distinta índole. De Jaime
Quintanilla Ulla cabe subrayar la magnífica relación que siempre mantuvo con
los periodistas, lo que explica su fidelidad al Club de Prensa hasta que
falleció. Uno de sus mejores amigos y a la vez paciente era el escritor, poeta, periodista y compañero
del consejo de redacción de FerrolAnalisis, Mario Couceiro.
José Pérez Costa era otro de
los ejemplos de socios del Club de Prensa, ajeno a la profesión de periodista,
pero vinculado con un medio de comunicación, en este caso con La Voz de Galicia
en la que era administrativo, después de haber empezado en las labores de
distribución. De Pérez Costa se puede decir que entró de pantalón corto en
dicha empresa en la que se mantuvo hasta su fallecimiento. Era un gran amante
de la pesca deportiva de mar, practicada desde tierra, y la fatalidad quiso que
una ola le asestase un trágico golpe pereciendo cuando era todavía
relativamente joven. Pérez Costa se alineó desde el primer momento con
aquellos que apoyaron la creación del Club de Prensa, participando en muchas de
sus actividades y manteniendo la condición de socio hasta el final de sus días.
Nunca regateó su aliento a los promotores de la entidad brillando en su
condición humana un gran sentido de la amistad y de la lealtad lo que le hizo
gozar del general aprecio no sólo de sus compañeros de La Voz sino también de
los de otros medios que convergían en el Club de los periodistas.
Joaquín Campoamor Brea (1957-2009)
José María López Ramón (1916-2009)
Mario Couceiro Bescos (1920-2003)
Fue
periodista y poeta, Cronista Oficial de la Ciudad, socio del Club de Prensa y
miembro del consejo de redacción de FerrolAnalisis. La vida y obra de Marius,
alias que utilizaba en prensa, trasciende, como puede colegirse de las primeras
líneas de presentación, en varias dimensiones. José María López Ramón escribió
en Testemuñas (Club de Prensa) "Tenía una amplísima cultura y una inquieta
y constante preocupación por el hecho literario. Su espíritu crítico no tenía
fronteras...Mario era un poeta de fina sensibilidad que, en su tarea
periodística, se derramó incontenible
sobre su prosa. Otro periodista, Ángel Padin subrayó A Mario Couceiro
siempre lo recuerdo revestido de parsimonia en su más amplio sentido de hombre
cachazudo o dotado de templanza...Utilizaba su aspecto bonachón e irónico para
convencer al más empecinado adversario. Y perdonaba con una sonrisa a quien se
atreviera a denostar a su querido ferroliño". Carlos Agulló señaló "bajo
la apariencia de oficinista despistado se agachaba un espíritu libre y una
imaginación portentosa...Un sabio que hablaba en ferrolés". Mario Couceiro
dejó mucha literatura en forma de piezas periodísticas en El Correo Gallego,
primero y en Ferrol Diario, después. Hay par de opúsculos publicados, Carta de algunas islas y varios ríos (Ediciós do Castro, 1982), en materia de poesía, y Primeira fase e outras narracións (Tambre, 1996), de relato breve. Ha sido
uno de los fundadores de la revista de poesía Aturuxo, reeditado hace algunos
años en edición facsimilar. Ya jubilado
firmó durante algún tiempo una columna en La Voz de Galicia.
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