La General Motors instaló su planta industrial en Figueruelas (Zaragoza) el año 1982 |
Aquellos anuncios fantasmas de
grandes industrias que a finales de los años setenta supuestamente pretendían asentarse en nuestra comarca,
únicamente servían para entretenernos a los ferrolanos ya que, a la vista está, a lo largo de más
de tres décadas ninguno de los proyectos divulgados llegaron a cuajar. Ni la Comisión
de Acción Industrial (CAI), que estaba en vigor entonces, ni las posteriores Zona
de Urgente Reindustrialización (ZUR), Zona Industrial en Declive (ZID), ni
todas las siglas que se han inventado en este tiempo dieron fruto alguno.
Traigo a colación el caso de la "General Motors" porque en el año 1979 por estas fechas ocupaba titulares en la prensa local. El asunto se trató
en el seno de la Mancomunidad de Municipios que entonces presidía el titular
del Ayuntamiento de Ferrol, Julio Pisos Solmo "donde se tomaron acuerdos
sobre ubicación de la "General Motors en la ciudad departamental o
comarca" rezaba una información en el desaparecido Ferrol Diario. En esa
sesión, los alcaldes que se integraban en el mencionado órgano supramunicipal
plantearon dirigirse a la presidencia del Gobierno y a los ministros de
Economía, Industria y Trabajo ofreciendo zonas para la citada planta industrial.
También se pedía la colaboración de las organizaciones sindicales, partidos y
entidades patronales. La "General Motors", finalmente, acabó
instalándose en Zaragoza. Paralelamente, sin salirse de ese período, el titular de
Industria, Rodríguez Sahagún, anunciaba que hasta 1985 no mejoraría
sustancialmente el sector naval barajando, como condición indispensable, la
reducción de la capacidad de los grandes astilleros. En definitiva, mientras se avecinaba el gran desmantelamiento industrial, la firma de
coches acabó ubicando su factoría española en Figueruelas. Seguro que esto ocurrió, entre
otras razones, porque en el año 1979, como en lo sucesivo y hasta hoy, el peso político de Ferrol para influir en las grandes decisiones del Gobierno de
turno, era y es escaso, por no decir nulo. Por otro lado, los inversores no veían por donde sacar su
producción, ya que Ferrol, no siendo territorio de paso, estaba aislado en lo
que a infraestructuras de comunicación por carretera se refiere. No hago caso
del "sanbenito" que nos habían colocado de que éramos una comarca
singularmente conflictiva, leyenda que se lanzó desde instancias
gubernamentales con el objeto de frenar la capacidad de movilización que
entonces tenía el movimiento obrero en Ferrolterra y que no sé hasta que punto
era disuasorio o de alguna manera espantaba a las grandes empresas.
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