Los servicios que presta la
hemeroteca son incalculables, a la hora de construir la intrahistoria, ya que
permite la revisión del tiempo pretérito para situar el presente y edificar el
futuro. Incluso vale para divertir y entretener. También para poner en evidencia a
los que mienten y a los que utilizan la promesa como cebo para lograr sus
objetivos. Pero, no es este el caso. No he de excluir, por último, que la
hemeroteca también te quita de dudas o te facilita la recuperación de la
memoria cuando esta había depositado en el cuarto oscuro algún hito o episodio.
Y he aquí el caso. Si a mi me dicen hoy que el premio "Ferrolano del
año" cambió de denominación en el año 1979 para pasar a llamarse premio
Benito Vicetto, negaría rotundamente la mayor. Diría que siempre, hasta su
pérdida de vigor y posterior adopción por parte del Ayuntamiento local, se
llamó "Ferrolano del año", entonces en castellano. Recordaré que la
marca fue concebida hace cerca de 40 años y algo tuve que ver en ello y seguro
que algo tuve que ver también con la modificación, pero este paso dado había
sido borrado de mi conciencia. La hemeroteca de Ferrol Diario, ejemplar del 6
de febrero de 1979, me dejó boquiabierto. Como luego ilustro con el recorte de
prensa, en efecto, se le cambió de nombre con tan mala fortuna, además, que el
premio principal se declaró desierto y se acabaron concediendo unas menciones.
Y creo, ya no me atrevo a afirmar a la vista del precedente, que ahí si se extinguió definitivamente el dichoso premio. Reza la nota de prensa de FD que los profesionales de los medios
de comunicación se reunieron para almorzar en el Parador de Turismo, pero,
previamente, debatieron la conveniencia de modificar el nombre "y el
ámbito" del galardón, que en los dos años anteriores se llamó "Ferrolano del año" y que
ganaron en sus dos primeras ediciones
Gonzalo Torrente Ballester y Ricardo Carvalho Calero. Argumenta la información
"la razón de este cambio es la lamentable dificultad de encontrar cada año
a una persona que reúna los méritos mínimos exigibles para ostentar la recompensa."
Agrega que en adelante se otorgará a personas o colectivos ferrolanos que
obtengan en votación secreta la mayoría absoluta. En caso contrario se
declarará desierto. En el señalado año se dieron menciones especiales al
Ateneo Ferrolano, por sus esfuerzos en pro del desarrollo cultural de la
ciudad; al ingeniero naval Primitivo González "por su ambicioso y
prometedor proyecto de buques-aljibes para el transporte de agua potable desde
Galicia a zonas áridas, y al doctor Méndez, médico ferrolano afincado en EEUU
quien, junto con un colega británico protagonizó el primer trasplante
"supersónico" de riñón. Después de extraérselo a un ciclista muerto
en accidente, el órgano fue trasladado en un recipiente especial a bordo del
"Concorde" de Nueva York a Gran Bretaña, donde le fue implantado a un
enfermo que lo precisaba para vivir.
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