Creo que cualquier excusa es buena si se trata de recuperar
e incorporar a la memoria colectiva de la sociedad actual aquellos hechos y
figuras que están en nuestra intrahistoria, en no pocas ocasiones envueltos en
el manto del olvido. Viendo la relación de efemérides que acostumbro a revisar
-con la cautela de que a veces en las fechas hay errores que se reproducen de
unos a otros- hallo que tal día como
hoy, 23 de marzo de 1873, hace justamente 140 años, se iniciaban las obras del
dique de la campana e inmediatamente se me ocurre establecer el paralelismo
para el titulo de este post: del dique de la campana al dique flotante, ya que
este último está en el clamor de los trabajadores ferrolanos para el
establecimiento de un centro naval de reparaciones, como paliativo a la
carencia de pedidos de nuevas construcciones navales militares, que es lo que
sigue siendo una seña de identidad de esta ciudad y su comarca. Sin duda, la
construcción de barcos va desde la propia transformación de villa en ciudad en
el ADN de los ferrolanos. También el dique de la campana fue considerado en su
momento por nuestros ancestros como una infraestructura decisiva para la
proyección de los astilleros de la ría ferrolana en el competitivo marco
internacional del sector. Tal es así que cuando se inauguro en agosto de 1879,
seis años después de haberse empezado los trabajos, fue objeto de una gran
conmemoración popular. A las 3 de la tarde del día 18 del mencionado mes de
agosto se iniciaba el llenado del dique "por medio de vistosísimos y
caprichosos juegos de agua, previa la bendición con asistencia del ministro de
Marina y y de todas las
autoridades...corporaciones y prensa...constituyendo este acto la verdadera
inauguración de esa obra colosal, orgullo de la nación española", reza una
de las crónicas de la época extraída de El
Correo Gallego. Aun cuando la iniciativa actual da vueltas y vueltas, va y
viene en acuerdos y desmentidos, mareando no la perdiz sino la paciencia de la
ciudadanía, hoy, 140 años después del comienzo de las obras de aquel dique de
la campana, abrigamos la ilusión de que el dique flotante salga adelante más
pronto que tarde. Vaya, que nos ponemos optimistas en lugar de llorar nuestra
desesperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.