miércoles, 1 de abril de 2015

Semana Santa ferrolana: escribir por intuición


Tengo entre mis voluminosos archivos de papeles, documentos gráficos, literarios y demás, unos ejemplares de las revistas que se editaban en la Semana Santa de Ferrol en los años 50 del siglo pasado. En este tipo de publicaciones, lo mismo sucede con los folletos de las fiestas, suelen insertarse opiniones y comentarios, algunos de los cuales llaman la atención por su "originalidad". Por ejemplo, en la revista del año 1950 (dirección Julio A. Marco Hernáez y asesor técnico Emilio Paramés Allegue) se incluye una aportación de E. Borrás Vidaola en la que el autor "ensaya" sobre una Semana Santa, la ferrolana, que nunca ha visto. Es más, confiesa que solo una vez estuvo en Galicia, concretamente en Santiago. Escribe por intuición, como en el propio título figura "Intuición de la Semana Santa Ferrolana".
            Obviamente, el trabajo se reduce a un mero artificio literario, preñado de especulaciones. "Saldrán -supone el escritor- procesiones lucidas, reinará el recogimiento y el buen hacer de los votos y aquí y allá brotará ese plantel inexhausto de florecimiento en la vida familiar intensificada y gozada bajo el auspicio y la ventura de la meditación, más o menos explícita, sobre los Sagrados Misterios". Más adelante señala "no será esa Semana Santa galaica la radiante visión artística, impresionable en lo externo, de la andaluza...pero tampoco será una Semana Santa tan austera, silenciosa y sobria como en la vieja Castilla...será más semejante a la Semana Mayor de Madrid...Allí, en la Galicia marinera y prodigiosa, en los verdes de sus rías..."
            Y de esta guisa sigue el autor lanzando al aire una florida pirotecnia de vocablos y epítetos con el propósito de "llenar" unas cuartillas sin tener ni la menor idea del asunto que trata. Osadía sin límites por parte del articulista, frivolidad por parte de quien solicita la colaboración. Menos mal que al final reconoce su pecado "Así concibo yo la Semana Santa de El Ferrol del Caudillo. Si yerro tendré perdón, porque solo dos tardes, desde la Herradura y entre los azares de la crónica apremiante, pude comtemplar el diamantino brillar de los vitrales catedralicios de Santiago...."

            Por cierto, al lado de la "obra", totalmente vacua de contenido, que comento, aparece un trabajo nada menos que de José María Pemán sobre "Las mujeres en la Resurrección", que confiere a la publicación esa espiral de contrastes que, sin duda, nacía de la precariedad con la que muchas veces se elaboraban estos folletos y un criterio "laso" a la hora de "construir" dichos documentos.

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