El día 2 de abril de 1980 Ferrol Diario se despedía para dar paso al día siguiente a la cabecera El Norte de Galicia |
"Hasta mañana", "Buenos días" eran los
títulos de sendos y sucesivos editoriales que hace 35 años publicaba el rotativo local que
manteniendo el día 2 de abril la cabecera de Ferrol Diario, al día siguiente pasaba a llamarse El Norte de Galicia. Se trataba de una
huida hacia adelante, con un reajuste del grupo de accionistas, al frente de
los cuales se erigía como presidente Juan Fernández García, marino, ingeniero
naval, popularmente conocido por su notoria gestión al frente del OAR de
baloncesto.
En el
"Hasta mañana" del último día de FD se decía "Creemos
sinceramente -lo dijimos hasta la saciedad- que el malparto, la congénita salud
precaria y, en definitiva, la inviabilidad de Ferrol Diario no constituyó sino otra de las incontables
manifestaciones de la enfermedad aún sin cura de nuestro organismo ciudadano.
Incluso los propios yerros de que adoleció Ferrol
Diario no fueron extraños, sino asimismo inherentes a este espacio y tiempo
concreto". Esto justifica la teoría oficial de
que Ferrol Diario sucumbía porque la
ciudadanía le había dado la espalda. Personalmente, lo dije en diversas
ocasiones, sostuve la antítesis porque creí siempre que la causa del desplome radicó en que no supimos
hacer el periódico que la sociedad ferrolana demandaba en ese momento.
Al día siguiente,
3 de abril, en el editorial "Buenos días", ya con la cabecera de El Norte de Galicia (en un recuadro en caracteres más pequeños se podía leer "2ª época Ferrol Diario") se
justificaba: "El Norte de Galicia
porque seguimos siendo , naturalmente, un diario para los ferrolanos, pero no
solo para los ferrolanos, para los comarcanos, pero no solo para los
comarcanos. Un periódico provincial, un tipo de periódico que, a despecho de
ciertas arrogancias, no cederá nunca mientras la gente muestre más interés por
lo próximo".
Con El Norte de Galicia se estrenaba un consejo
de administración formado por cuatro grupos: la familia Botas,
hasta entonces mayoritaria, que cedió una parte de las acciones a los
trabajadores; un grupo afín a la UCD, liderado por Miguel Maristany; otro grupo
nacido de las filas de los directivos del OAR, encabezado por Juan Fernández y
la plantilla laboral representada por este periodista que suscribe, con el aval
del personal de redacción, y José Pita, un linotipista, que representaba a la
sección de talleres.
Lamentablemente,
esta aparente oxigenación del periódico ferrolano duraría poco porque un año
después sus máquinas enmudecían. Ya no volvería a salir a la calle. En realidad
habíamos asistido trabajadores y ciudadanos a una muerte aplazada.
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