Xosé Chao Rego, a la izquierda, y Vicente Couce Ferreira, a la derecha, en fotos retrospectivas del archivo gráfico de Ferrol Diario |
Las octavillas
Respecto
a los hermanos González López expuso que en los últimos meses de 1968 y
principios de 1969 confeccionaron quinientos ejemplares a multicopista de una
publicación clandestina, además de que le fueron intervenidos periódicos
editados por un partido político declarado fuera de la
Ley. El juicio se celebraría a puerta
cerrada "por la presencia de los dos sacerdotes en el banquillo".
Como se puede observar, la dictadura represaliaba a los curas, aunque al mismo
tiempo les otorgaba el "privilegio" de preservar su intimidad
cerrando las puertas de los juzgados. Este es un episodio más de los muchos que
coronan una valiosa historia marcada por la presencia de los "curas obreros"
en el "cinturón rojo" de la ciudad de Ferrol, sacerdotes que
desempeñaron un papel decisivo en el tardofranquismo y transición a la
democracia, como de ello da testimonio el libro de la profesor Rosa Cal
titulado "Los curas contra Franco" (Embora. Ferrol. 2012) y otros
tratados o ensayos cortos como el firmado por el propio Chao Rego en la revista
FerrolAnalisis nº 2, que edita el Club de Prensa de Ferrol, "Lembranzas da
igrexa ferrolá".
Absuelto
Recuerda Chao Rego que en el juicio del TOP a que hago
referencia "fun absolto, non sen reticencias por parte do presidente,
Maxistrado Mateo -a quen logo deu morte a organización etarra- e o meu
compañeiro Vicente foi dar cos seus osos á prisión "concordatoria" de
Zamora, que habilitaran para cregos nunha argucia cínica de non violaren o non
concordato". Cuatro décadas después recupero esta incidencia histórica en
honor de aquellos cuatro ferrolanos que
saltaron a los titulares de prensa,
simplemente porque defendían la democracia y la libertad y apoyaban la causa obrera.
Lamento no haber conocido a los dos seglares, pero sí que mantuve contacto con
los dos sacerdotes que, recogiendo enseñanzas del Vaticano II, se alineaban con
una iglesia renovada y comprometida. Los ferrolan@s que vivimos y asistimos a
aquella experiencia no olvidamos y, además, queremos transmitirlo a las nuevasa
generaciones.
La libertad no fue gratuita aunque luego se haya hecho tan mal
uso de ella, como estamos viendo a diario con la "rutilante" pasarela
de los corruptos y la pésima gestión de una crisis que están pagando, en muchos
casos dramáticamente, quienes no han tenido nada que ver en ella. La gran
injusticia.
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