Jovalo, en la primera foto a la derecha, con unos amigos; en la segunda también a la derecha acompañando a Eugenio Peña y Teodosio Ramírez (Panchete) en la retransmisión de un partido de fútbol. |
Hace tiempo que el periodista Jovalo (José Varela Losada) se
mueve de mesa en mesa, de estantería en estantería de mi modesto estudio o sala
de trabajo. Parece que me estuviera pidiendo paso. El año que viene se
cumplirán 40 años de su fallecimiento. No tengo la certeza de la edad a la que feneció, pero creo que no llegaba a los cincuenta años. Ahora que tengo fresca la memoria,
después de haber revisado buena parte de la colección de Ferrol Diario, poseo
los datos suficientes para decir que era un plumilla todoterreno, que tocaba
todos los palos, aunque sus géneros preferidos eran el reportaje y la entrevista,
a través de los cuales tejió una amplia red de contactos y, en el campo humano,
de innumerables amigos. Me refiero al Ferrol Diario incipiente, de 1969 y
primeros años de los setenta. Se murió el 26 de diciembre de
1974. Comenzó a ejercer el periodismo, según algunas fuentes que he consultado,
en los últimos años de la década de los cincuenta del siglo pasado en El Ideal
Gallego, luego pasó a El Correo Gallego, en el que se dio a conocer como ágil
reportero. Leo en el propio Ferrol Diario, a su muerte, "enseguida pasó a ser un periodista
popular muy conocido en todos los ambientes de la población, al mismo tiempo
que se convertía en persona capaz de despertar los mayores y más firmes afectos
a causa de su bondad y dotes naturales de inteligencia y comprensión".
Dejó el FD en el año 1973. Fue corresponsal de la agencia Europa Press y de
As, al tiempo que hacía colaboraciones para la antigua La Voz de Ferrol, luego Radio
Popular. En la necrológica que he recuperado, se subraya la condición de hijo
de la Real Villa de Mugardos en la que fue enterrado. Al sepelio -falleció repentinamente- habían
asistido autoridades, encabezadas por el alcalde, y representaciones varias. Físicamente, Jovalo
era un hombre de muy corta estatura lo que contrastaba con su singular grandeza
humana y, desde luego, brilló como innegable figura en el campo de la profesión
periodística de la época. Quiero que quede en mis "Acotaciones", precisamente
porque considero que ha sido/es un compañero un tanto olvidado.
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