El periodista, poeta y escritor ferrolano Mario Couceiro (1920-2003) |
-Mire, esto "le" es una "parvada"
(tontería). Yo aprendí el castellano en el "colo" (regazo) de mi
madre, pues "de aquella" nadie hablaba gallego en casa. Recuerdo que
un día que "fuéramos" a merendar a Cobas "no dimos hablado"
con la gente de allí, pues no entendíamos una sola palabra. (Por cierto que mi
hermano Lucho se cayó en una "silvera" (matorral) al atravesar un
"carrero" (sendero)). ¡Oh! La gente de ahora "anda
hablando" gallego por los codos, pero tales "nachos" (tipos) son
unos "tordas" (poco listos). Merecen tres o cuatro
"babicas" (collejas) porque son unos "malleiras" (pesados).
Mario decía que así como había algunos vocablos de fuentes
más o menos conocidas, había otras palabras de las que no se tenía ni idea.
"Los eruditos, que los habrá, sigue escribiendo Mario, podrían comenzar a
trabajar semánticamente sobre la esotérica palabra "piocha", pongo
por caso. "Tomar la piocha es, entre nosotros, algo así como el dolce far
niente -hay quien le atribuye la acepción de siesta- pero con unas connotaciones muy particulares que dan a la expresión
significaciones de soterrada ironía". El periodista añadía que quizás
sonaba a palabra ultramarina o con un ligero esfuerzo de imaginación, a vocablo
francés un tanto prostituido. "Que sepamos no tiene respuesta en la
Galicia extraferrolana ni en el resto de España. Si más allá de Cabeza de
Manzaneda alguien asegura que fulano está tomando la piocha el oyente puede,
tal vez, interpretar que Fulano es un drogadicto y que "piocha" es un
eufemismo de porro". Volveré con Mario Couceiro porque tiene varias, además de interesantes, también divertidas, aportaciones sobre el particular vocabulario ferrolano.
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