Capa de "Sabencias" con una superposición (montaje) de la imagen de Álvaro Paradela |
El 1969 fue el más productivo del médico, escritor y poeta,
Álvaro Paradela (1911-1979). Fue en ese año cuando se publica el único libro,
"Sabencias" que saldría de una editorial, "Galaxia", ya que
todos los demás, dentro de la serie "Cuadernos de Amaro Orzán", (seudónimo) respondían a la fórmula de edición de autor, no venal. Los regalaba a sus
amigos con motivo de su cumpleaños. Tenía entonces, en el 1969, 58 años de
edad. "Sabencias" contiene una serie de definiciones de cosecha propia, no en vano él mismo lo epigrafió en las
páginas interiores como "Definicionario". Quienes lo recuerda saben
que Álvaro Paradela era un auténtico fabricante de neologismos (es el padre de
"Ferrolterra"), escribía con una gran carga de humor, ironía,
mordacidad...Jugaba con el lenguaje y en algún momento escribió que el
vocabulario reconocido por la Real Academia Española le venía estrecho. Se
refugiaba en el bilingüismo, en tiempos en que utilizar la lengua gallega podía ser
indicio de una ideología separatista. Barbaridades de la dictadura. Pues bien,
en "Sabencias" encontré una definición del optimista que yo invoqué
en no pocas ocasiones. "Outimista. O que sae da casa ás sete en ponto pra
coller o tren das sete menos cinco" (el que sale de casa a las siete en
punto para coger el tren de las siete menos cinco). Añadía también otra muy
aguda, y la traduzco: "optimista es el que piensa que el hombre es bueno por
naturaleza". No descartaba lo escatológico. Para quienes no controlan el idioma diré que la palabra año en nuestra lengua es ano. Él definía el Ano
novo (Año nuevo) como el momento posterior a ser operado de hemorroides.
Algunas definiciones son muy graciosas, por ejemplo y traduzco "Amigo es quien nos ayuda a mentir en los juzgados". Por último, poniéndolo en boca
de un "fraile predicador", decía que "los besos no hacen niños,
pero tocan a vísperas". En fin, hasta sesenta y dos páginas de un opúsculo
de 20x14 cms, que era la medida estándar de sus publicaciones. Señalaba al
encabezar estas líneas que era el año más productivo, porque también publicó
"Esteticario" que en lugar de "definicionario" es un
"fraseario", es decir, un compendio de pensamientos. Este librito va
en español. "La virtud no debe ser cosa buena: no engendra envidia",
una de las muchas expresiones de este pequeño volumen. Y un tercer
"cuaderno" titulado "Contos de violencia intelixente"
(Cuentos de violencia inteligente). Aquí emplea el género del relato breve que
bebe habitualmente del anecdotario y las experiencias que Paradela vive en su
consultorio de médico, que tenía en el vecino Ayuntamiento de Narón. Álvaro Paradela Criado, un gran personaje en el olvido.
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