Estos días muevo muchos papeles, actas, recortes de
periódicos, documentos audiovisuales y sobre todo fotografías, porque pronto
saldrá a la luz la "Historia
gráfica del Club de Prensa de Ferrol 1987-2012", con motivo del 25
aniversario de la entidad. Al manejar este material, ante mi han pasado numerosos compañeros y
compañeras, colaboradores, columnistas, críticos literarios, como no podía ser
de otra manera. Con independencia de que a lo mejor en otra ocasión lo haga con
mayor detenimiento porque, sin duda, el personaje lo requiere, voy a referirme sucintamente a un socio fundador que ya no está entre
nosotros. Se murió demasiado pronto, a los 56 años, en agosto de 2006. Se trata de Bernardo Castelo Álvarez, al que pedí en el momento de la puesta en marcha
de la publicación que formase parte del Consejo de Redacción de FerrolAnalisis.
Por su manera de ser no le resultaba fácil granjearse simpatías. Actuaba bajo
criterios y razones selectivas. No solo rehuía de los lugares comunes sino que
radiografiaba con exquisita exigencia a sus posibles amigos. Era una persona culta, informada, que esgrimía un discurso de rigor y una ética esmerada. No menos
cuidadoso era en su estética personal. Su presencia física era impoluta,
combinaba con estudiado gusto su vestimenta, era un tipo alto, erguido en su
mirada y pose, en fin, puede afirmarse que respondía a un hombre de acusando
acento dandy. Tenía una trayectoria de mucho mérito:
estudiaba mientras prestaba servicios en el despacho de una notaría de la ciudad.
Con su esfuerzo personal, sacando horas a su tiempo libre y
ocio, se licenció y doctoró en Historia del Arte, especializándose en
arquitectura y urbanismo. Era profesor titular de la Universidade da Coruña. Precisamente su tesis doctoral dio lugar a un
documentado trabajo que editó la UDC "Ferrol. Morfología urbana y
arquitectura civil 1900-1940". En la revista FerrolAnalisis dejó
publicados interesantísimos trabajos "Con las huellas de la historia sobre
la piel urbana" (FerrolAnalisis nº 1) y "Desde el Santo Hospital de
Caridad al Centro Cultural Carlos III" (FerrolAnalisis nº 2). Es autor también de uno de los
"Cuadernos FerrolAnalisis" sobre "Pasado y futuro del teatro
Jofre". Castelo y un servidor hemos discutido y debatido largo y tendido sobre temas culturales,
el propio concepto de la cultura, asuntos sociales, políticos, etc. A mi modo
de ver, de ahí mi llamada al fundarse la entidad, era un pilar fundamental en
la salida del Club de Prensa y nunca las diferencias empañaron una amistad y
reconocimiento mutuos. En sus columnas periodísticas, Bernardo Castelo Álvarez
firmaba siempre como vocal de la directiva fundadora del Club de Prensa de
Ferrol, una actitud que le honraba. Andando el tiempo, por tener que dedicarse
a los estudios y más adelante optar a la docencia en la Universidad, se produjo
cierto distanciamiento con las actividades del Club de los periodistas
ferrolanos.
jueves, 14 de noviembre de 2013
martes, 12 de noviembre de 2013
José Alonso López y Nobal, el liberal ferrolano de las Cortes de Cádiz que murió perseguido y arruinado
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| La calle que lleva su nombre en el barrio de Canido en donde vivía y por el que al fallecer decían que vagaba su alma en pena |
El pasado día 2 se cumplió el 250 aniversario del nacimiento
de un ilustre ferrolano, José Alonso López, diputado en las Cortes de Cádiz y
autor de un estudio de seis tomos titulado "Consideraciones generales
sobre varios puntos históricos, políticos y económicos, a favor de la libertad
y fomento de los pueblos y noticias particulares de esta clase, relativos al
Ferrol y su comarca". Debido a la represión de la época editó en el
extranjero bajo seudónimo y con sus ahorros. El estudio fue retirado en 1823 de
las librerías y la mayoría de las ediciones fue vendida a su muerte por la
viuda como papel al peso para envolver. Al morir -cuenta Isaac Otero en
"Crónicas de la emigración"- se corrió el rumor de que su alma vagaba por
las sombras nocturnas en forma de fantasma por los aledaños de su casa, muy
próxima al Crucero de Canido, por donde actualmente discurre una calle que
lleva su nombre. Resultó ser un ayudante de plaza ferrolana, un
"oscurantista" furibundo que caminaba sobre zancos, con una luz en la
cabeza y una campana en la mano, lanzando gritos desesperados. Fue detenido
como miembro de la reacción clerical que, de esta manera, tomaba venganza del espíritu liberal del
marino e ingeniero. Se cuenta también que su biblioteca fue saqueada y
destruida en parte por por el fanatismo del cura de la villa que se presentó en
la casa mortuoria conminando a la hermana política a que se la franquease "quemando
en el patio de la casa muchas obras científicas escritas en francés e inglés",
añade Isaac Otero. El recordado se decía que tocaba con gusto y perfección seis
o siete instrumentos musicales. Llegó a ser segundo alcalde de Ferrol. Toda una
figura del liberalismo que padeció en sus carnes la represión por sus
convicciones. José Alonso López y Nobal nace en 1763 en Ferrol (A
Coruña). En 1787 ingresa en la Armada, primero como piloto y posteriormente
como profesor de matemáticas en la Academia de Guardiamarinas de Ferrol.
Desarrolla también numerosas actividades como cartógrafo, astrónomo, ingeniero,
etc. En 1808 forma parte de la junta de defensa de Ferrol en el levantamiento
contra los franceses. En 1810 es elegido diputado por Galicia en las cortes de
Cádiz, labor que desarrollará hasta 1814 participando activamente en la
elaboración de la Constitución liberal. Al retorno de Fernando VII se exilia a
Francia. En 1820 regresa a España y participa en el levantamiento liberal. De
nuevo es elegido miembro de las Cortes durante el trienio liberal. Muere en
1824 en Ferrol, perseguido y arruinado, como queda dicho.
domingo, 10 de noviembre de 2013
María Victoria Fernández Paredes
| María Victoria Fernández Paredes vista por Siro (1976), que empezaba a publicar sus viñetas humorísticas en Ferrol Diario |
viernes, 8 de noviembre de 2013
Serafín Lorenzo: un fotógrafo cuya obra a punto estuvo de ir a parar a un contenedor de escombros
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| El fotógrafo Serafín Lorenzo, con su esposa, uno de los documentos salvados por la iniciativa de Paulino Gasalla. |
martes, 5 de noviembre de 2013
José María Cabado (1940-2013)
| A la izquierda, Cabado Martínez ejerciendo el derecho al voto y a la derecha, el primero por la izquierda en la fila delantera del salón de plenos. (Archivo del autor) |
José María Cabado Martínez acaba de dejarnos. Tenía 73 años.
Fue un luchador antifranquista, activo sindicalista de CCOO de la antigua
Empresa Nacional Bazán, en la que trabajaba como soldador. A raíz de los sucesos
del 10 de marzo del 72 en los que perdieron la vida los obreros Amador y Daniel, abatidos
por las balas de la policía del viejo régimen, Cabado Martínez tuvo que
exiliarse en Francia. A su regreso, fue readmitido en Bazán y este hombre
mantuvo su compromiso con las libertades y la democracia, tanto desde el
movimiento vecinal como en la órbita política, habiendo sido concejal de la
primera corporación democrática, en las filas del Partido Comunista de Galicia (PCG). Por razones de mi oficio
he conversado con él muchas veces, como es lógico, y la imagen que me queda es
la de un convencido defensor de los derechos y libertades, persona muy dialogante,
muy racionalista, identificado por consiguiente con el sello de la ciudad, y
políticamente honesto y noble. Llegó a gobernar con bastante acierto la
hacienda municipal cuando esta atravesaba por momentos de serias dificultades. De
aquella corporación salida de las urnas en plena transición democrática ya han
fallecido unos cuantos ediles, entre ellos el primer alcalde Jaime Quintanilla
Ulla, hijo del que también fuera alcalde en la República, Jaime Quintanilla Martínez, que murió fusilado en
el año 1936. Para el año que viene se cumplirán 35 años de ayuntamientos democráticos
y oportunidad tendremos de recordar aquel hito de elecciones locales libres
tras un período de cuarenta años de dictadura. Mientras tanto, quede el
recuerdo para José María Cabado Martínez que ayer, lunes, era enterrado en el
cementerio municipal de Catabois.
lunes, 4 de noviembre de 2013
Gregorio Baudot, músico y compositor (1884-1938)
Hoy, 4 de noviembre, se cumple el 75 aniversario del
fallecimiento del músico y compositor Gregorio Baudot Puente, nacido en Colmenar
Viejo, pero ferrolano de adopción. En el año 1928, cuando acudía a Madrid a
estrenar la ópera Cantuxa de neto sabor gallego, respondía así a
las preguntas de un periodista "Soy de Colmenar Viejo, pero llevo 18 años
en Galicia recogiendo folclore. He recorrido aquello palmo a palmo". Es preciso recordar al efecto que Baudot
Puente vino a Ferrol para dirigir la Banda de Música de Infantería de Marina y
aquí se quedó, aunque hacía incursiones a la Villa y Corte para mostrar su arte
y talento. De hecho, en nuestra ciudad se le ha dado el nombre a una calle y la
Sociedad Artística Ferrolana creó un premio que también lleva el nombre de
compositor del pasodoble Lugo-Ferrol. Gregorio Baudot nació el 14 de marzo de 1884 y
realizó sus estudios musicales en el Conservatorio Madrileño alcanzando las
máximas calificaciones, con premios en solfeo, armonía, flauta y composición.
Tras titularse en 1906 inicia una carrera como flautista con el Quinteto de
Instrumentos de Viento de Pérez Casas, con el que realiza una gira americana.
Al casarse en 1909 se presenta a las oposiciones para la plaza de director de
la Banda de Música del Segundo Regimiento de Infantería de Marina en Ferrol de
la que toma posesión en 1910, a donde llegó para quedarse, aunque según cuenta
Juan José Rodríguez de los Ríos en una documentada biografía que hizo del músico (Gregorio Baudot, el músico, el hombre, 1911), Baudot llegó en algún momento a acusar cierto desánimo al no poder marchar a Madrid, aunque lo intentó, en el convencimiento que la gran metrópoli sería la mejor caja de resonancia para su talento creativo. En su producción tiene
dos óperas, seis zarzuelas, tres escenas dramáticas, cuatro poemas sinfónicos,
cuatro composiciones para solista y orquesta, quince obras para banda civil y
diez para banda militar, una gran misa y siete piezas religiosas, entre otras que evito citar para no cansar.
Del éxito de la ópera Cantuxa, con letra del coruñés Adolfo Torrado, daban
cuenta, con críticas generosas en calificativos, los periódicos de Madrid de la
época. Por su parte la colonia gallega -el estreno tenía lugar en los primeros días de
junio de 1928 en el teatro de la Zarzuela- organizaba una comida en homenaje a
ambos protagonistas. Termino con una aportación parcial del escritor Gonzalo Torrente Ballester, leída por el hijo del músico en el centenario del nacimiento de su padre, el 12-03-1984, en Colmenar Viejo y publicada en el número 24 de la revista FerrolAnalisis, que edita el Club de Prensa de Ferrol. "Lo evoco principalmente al frente de su Banda de Infantería de Marina, con la batuta como arma suficiente, dueño y señor del viento, de la madera y del metal, dominador de los ruidos de los bombos y los platillos...también lo recuerdo centrando el corro de sus maestros en los conciertos de Capitanía los jueves por la tarde...en los entierros solemnes de marinos ilustres...fue el maestro musical de todo un pueblo (se refería a Ferrol) y de muchas de sus generaciones". Gregorio Baudot Puente, todo un artista que vino a
Ferrol para quedarse en Ferrol y con Ferrol.
sábado, 2 de noviembre de 2013
Agnóstico del sistema
No es que no esté deseando la recuperación, la deseo fervientemente, como todo el mundo, sin duda,
pero tengo la sensación estos días de que estoy viendo la sesión de fuegos
artificiales que se lanza al aire en mi pueblo en la noche del 31 de agosto.
Montoro que vamos a asombrar el mundo, las exportaciones que se duplican, una
agencia que deja de ponernos el suspenso, la prima que baja, el precio del bono
a 10 años que se sitúa a niveles del 2010, algunos parados menos, "aterrizaje"en
nuestra propia ciudad ferrolana de
grandes áreas comerciales, como ya comenté, que levantan la paletilla a
quinientos convecinos...en fin, qué queréis que os diga, amigas y amigos, que
todo está muy bien, o regular, o como sea, pero la incredulidad me tiene
maniatado y en tanto no vea realmente, con signos claros, bajar los índices del
desempleo y erradicar con datos convincentes las estadísticas de pobreza severa
y mientras no dejen de apretar las tuercas de la desdichada austeridad y hasta que reactiven las prestaciones sociales para los más desfavorecidos, el I+D, la sanidad, la educación, la cultura...yo no celebro nada. Además, también lo confieso, mientras no vea que los partidos
políticos y las organizaciones sindicales se regeneran y rompen con el pasado,
de palabra y obra, y que la Justicia deja de dar la imagen patética -afortunadamente
hay excepciones-de jueces y fiscales que actúan de correa de transmisión del
poder establecido y mientras no vea a todos los "chorizos" que nos han estado robando
y presumen de ello, metidos entre rejas... pues va a ser que no voy a celebrar
nada. A pesar de que se extingue la luz del final del túnel, que incluso el
túnel ya no existe, que el periscopio de los gobernantes avista tierra firme y
horizontes despejados...no tengo ganas de celebrar nada. Veo un país decadente
económica, social y moralmente, con el fenómeno de corrupción metido hasta las entrañas
del propio Estado, sin distinción de colores, haciendo bandera de la mentira de
la manera más reprobable y descarada... Es que aquí y ahora no puedo celebrar
nada. Ah, pero nadie me va a arrancar la esperanza de que vamos a salir de este
lodazal, pagando, eso sí, un alto
precio, pero saldremos porque creo en el papel corrector de la sociedad y en la recuperación
de valores perdidos, imprescindibles para una convivencia democráticamente
sana. Actualmente, soy un agnóstico del sistema, pero me aferro a la esperanza. Vuelo en las alas de la utopía.
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