El médico, escritor y poeta, en una reunión de colaboradores de "La Voz de Galicia" (Archivo del autor) |
Un año más he de recordar la figura de Álvaro Paradela, al
cumplirse en esta ocasión -el día 13 del mes que viene- el 35 aniversario de su
fallecimiento, atropellado por un coche cuando se disponía a pasear su perro
por la Carretera
de Castilla, en cuyas inmediaciones tenía su residencia y consulta como médico
rural. Paradela (Amaro Orzán) es un personaje completamente olvidado de los ambientes
literarios gallegos y, sinceramente, sin tener, dadas mis limitaciones, la vara
de medirlo como lo haría un profesional de la crítica, no obstante, creo que
relegarlo al olvido es una injusticia manifiesta. Yo, pobre de mi, he llegado a
editar "Diálogos con Álvaro Paradela. Ensaio, poesía e xornalismo"
con la sana intención de recuperarlo, pero fue un vano intento. Es verdad que
su obra (La Rosa
que canta, esquelete espiritual dun home, asimetría glandular, la Galicia que duele, Irmaus
tolos...) llegaba solo a los amigos, -únicamente se salva
"Sabencias", que fue editada por Galaxia-ya que lanzaba ediciones no
venales. Su popularidad como columnista y también como poeta fue muy notoria en
los años sesenta y setenta. Era un gran aficionado a los neologismos, el caso
más "glorioso" es el vocablo Ferrolterra y defensor de la
galleguización de la toponimia. Freijeiro pasó a ser Freixeiro desde que el
"aterrizó en Narón", por citar un ejemplo bien cercano. Llegó a
hablar también de la posibilidad de crear un "tebeo" gallego para
adultos, con historietas, retrancas paisanas, noticias, resúmenes literarios en
color, caricaturas, etc. Como poseo toda su producción en narrativa breve
"los "Cuadernos de Amaro Orzán" no descarto que algún día, si
tengo el apoyo pertinente, podría llegar a editarse una antología de aquellos
cuentos, preñados de un gran sentido del humor irónico y crítico, con los que,
en su cumpleaños, obsequiaba a una amplia relación de amistades, incluidos
periodistas de aquí y de allá que daban siempre acuse de recibo en sus
respetivas columnas de prensa. A nivel ciudadano, hace bastantes años se dio su
nombre a una plaza de Narón, más recientemente, una calle en A Coruña a
propuesta de la Asociación
de Prensa coruñesa y en Ferrol, la
Sociedad de Artistas Ferrolanos (SAF) convoca anualmente un
concurso de relato corto. Amaro Orzán, pseudónimo que también popularizó, había
nacido en A Coruña en donde ejerció como médico y su trayectoria profesional se
desenvuelve, además en Curtis, período breve y en Narón, en donde se estableció
definitivamente, etapa a la que corresponde su mayor producción creativa como
narrador, poeta y columnista. Llegó a militar en el movimiento anarquista y
estuvo a punto de ser "paseado" en el 1936.
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