lunes, 23 de marzo de 2015

Susana Díaz ha dado en el clavo, pero ¿la corrupción no cuenta? y el bipartidismo continúa presente

Susana Díaz
Conocidos los resultados de la jornada electoral de Andalucía, ha de quedar sentado que Susana Díaz ha dado en el clavo. Deja atrás, con distancia, al PP, pilla con el paso cambiado al fenómeno Podemos, cuya infraestructura no estaba consolidada en esa región, hunde a su incómodo exsocio IU, que lo fagocita la formación de Pablo Iglesias, y legitima su mandato ya que hasta ahora era una presidenta dedocrática. Ha de quedar sentado también que el PSOE demuestra ser una fuerza irreductible en el feudo andaluz, sin acusar el desgaste de treinta años en el poder, algo insólito, y tampoco el hedor de la corrupción que lo rodea en los últimos años, que es lo inquietante. 
            Enlazando con lo anterior, aunque la lideresa andaluza no parece estar implicada y eso pudo haber surtido su efecto -la campaña fue absolutamente personalista- es obvio, como antes decía, que la gran corrupción de los ERES está asociada  al PSOE andaluz. Inevitablemente es un partido manchado por la "peste" que dice el Papa Francisco. Y, pese a todo, es la primera fuerza en las urnas, es decir, allí, donde se robó dinero a manos llenas, los ciudadanos han dado su apoyo al partido gobernante. ¿Podría concluirse que estamos ante un fenómeno paralelo al de los valencianos y falta por ver en el resto del país? ¿La corrupción no cuenta?
            En cuanto respecta a los emergentes, se observa que Podemos y Ciudadanos, a los que sin duda hay que felicitar, no se cansaban de afirmar que el bipartidismo había muerto. ¿De qué? Aunque con un varapalo morrocotudo a los "populares", las siglas  PP y PSOE o PSOE y PP siguen situándose como las dos prioritarias, según los sufragios andaluces.
            Si hacemos la extrapolación y en el marco de las generales se repite, más o menos, el signo de las elecciones de ayer, realmente ¿se puede hablar de cambios? ¿Se puede argumentar con giros copernicanos? ¿Tendremos que seguir oyendo lo de las élites, la casta, los resultados transversales y el empoderamiento de la ciudadanía, cuando solo cabe destacar la irrupción de dos fuerzas de nuevo cuño, que tienen mucho mérito porque parten de cero, que aglutinan -todo hay que decirlo- el voto de castigo, pero que se van a quedar en la oposición pura y dura, sin opciones de hacer variar sustancialmente el rumbo del país? Tal vez es mucho decir y especular porque queda tiempo por delante y las circunstancias son cambiantes.
            Nada que decir de UPyD. Me temo que mientras no le den "vacaciones" a Rosa Díez, por mucho que se atribuyan los logros en las denuncias de corrupción y esgriman su limpieza y transparencia, loable honor, dicho sea de paso, este partido parece haber quedado clavado o, mejor dicho, varado, que decimos en la jerga marinera. Háganselo mirar.

            

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