El viernes próximo, día 28, se cumplirá el 78 aniversario del accidente considerado de mayor gravedad ocurrido nunca en el área de pasaje marítima de la ría de Ferrol, al colisionar la lancha de Mugardos “La General” (Generalísimo Franco), (foto de arriba) propiedad de Jerónimo Vila, con el destructor de la Armada Sánchez Barcaiztegui (foto inferior). El resultado fue de trece muertos y varios heridos.
La tragedia
ocurrió en el servicio que la citada lancha hacía al mediodía en el sentido
Ferrol-Mugardos. El cantautor y escritor, natural de dicha villa, Xoán Rubia
describió con todo detalle lo ocurrido en la revista número 15 de
FerrolAnálisis, que edita el Club de Prensa de Ferrol:
“O destrutor
Sánchez Barcaiztegui xa tomaba a canle do rumbo a fóra da ría, coa tripulación
no seus postos a piques de iniciar unha xornada de prácticas. Nito e Manuel
Lourenzo mantiñan na ponte da lancha unha distendida conversa cando se escoitou
unha voz que quixo alertar da proximidade do destrutor […] Dende o barco, os
mariñeiros de proa berraban tratando de chamar a atención, pero non houbo tempo
para máis e a proa afiada do destrutor bateu contra o costado de babor da
lancha, penetrando nela coma un estilete. O impacto foi terrible e a lancha
escorou bruscamente a estribor […] deixando na banda de babor un tremendo
buraco polo que a auga penetraba a borborotos facendo que esta se afundira en
poucos minutos, ó tempo de deixar a pasaxe abandonada á súa sorte”.
El Correo
Gallego, el 1 de marzo relataba que la noticia había causado la general alarma acudiendo
al muelle de Curuxeiras numeroso público para tener noticias de familiares y
amigos que viajaban a bordo de “La General”. Al lugar del suceso acudieron los
remolcadores de Marina, así como numerosas lanchas y otras embarcaciones que se
hallaban en la bahía. También salieron del Arsenal otros servicios para prestar
auxilio, así como los buzos de la Armada. Desde el Sánchez Barcaiztegui se
prestó auxilio a los náufragos, trabajando denodadamente para recoger el mayor
número de ellos.
En el lugar
del suceso, inmediatamente se personó el comandante de Marina de este puerto,
capitán de fragata Aquiles Vial de Leste que dictó las medidas oportunas para
salvar el mayor número posible de náufragos.
A medida que
transcurría la tarde aumentaban los comentarios, pero no había nada concreto
respecto al número de víctimas, pues mientras unas personas decían que la
lancha iba atestada, otras aseguraban en el muelle que no pasaban los
tripulantes de 50. Desde luego, la impresión era grande, porque precisamente
esta lancha de mugardos de las 14:00 horas de la tarde acostumbraba a llevar de
regreso a todas las pescaderas que vienen al mercado de Ferrol, así como a las
familias de los obreros que aquí trabajan, a los que les traen la comida, así
como a a los alumnos que vienen a estudiar a Ferrol.
Por este
motivo, se creía que en esa lancha iría toda esta clase de personas y la
ansiedad por conocer su suerte era, como es natural, tremenda. La mayoría de
los viajeros de la lancha eran, desde luego, de Mugardos.
“Nosotros -afirma
el cronista de El Correo Gallego-hemos estado también y hemos podido interrogar
a algunos de los supervivientes, los cuales muy impresionados, nos decían que
no era posible asegurar el número de personas que había a bordo, así como
tampoco el de víctimas”. A la enfermería del Arsenal fueron llevados a algunos
heridos y cadáveres.
Al
transcurrir del tiempo, las informaciones se sucedían y, lamentablemente, el
número de víctimas mortales iba creciendo.
La nota
oficial
No faltó la
nota oficial del Estado Mayor del Departamento que decía lo siguiente: “En la
tarde de hoy a las 14:15 horas en la colisión habida entre el destructor
Sánchez Barcaiztegui y la lancha que hace el servicio de este puerto a Mugardos,
que transporta aproximadamente unas 50 personas, se hundió rápidamente.
Van
recogidos seis cadáveres sin que pueda precisarse el número de desaparecidos,
pues los supervivientes fueron trasladados a Mugardos y a esta ciudad por las
embarcaciones de los distintos buques que inmediatamente acudieron al lugar del
accidente. Las autoridades de Marina proceden a instruir las oportunas
diligencias”. Durante las últimas horas de la tarde, primeras de la noche,
continuó la gente en los muelles en espera de noticias del siniestro, mientras
los buzos continuaban trabajando para recuperar más cadáveres.
El destructor Sánchez Barcaiztegui había salido de su fondeadero del Arsenal para hacer el viaje de práctica semanal con alumnos de la Escuela de Mecánicos. Es obvio señalar que el suceso causó una impresión grandísima también en todo Ferrol.
El Correo
Gallego del día 3 de marzo informaba de nuevos detalles del dramático percance.
Así por ejemplo que la lancha se hundió en tres minutos, desapareciendo
totalmente bajo las aguas. El accidente ocurrió en el lugar conocido por Cabo
Leiras, a la entrada de Mugardos. Un bar de la Real Villa fue requisado por
orden de la autoridad y en él se estableció una especie de clínica de urgencia
con servicio de médicos, practicantes y farmacéuticos que se emplearon con gran
intensidad.
La Guardia
Civil del puesto montó un servicio especial y lo mismo hizo el celador del
puerto mugardés. Como no podía ser de otra manera, se activó la solidaridad
vecinal de modo que en varias casas particulares próximas al muelle se
organizaron servicios para auxiliar a los náufragos. La lancha siniestrada fue
recuperada por las grúas y llevada a remolque hasta la dársena del Arsenal.
La
relación de víctimas
Esta fue la relación
de víctimas dada a conocer: María Casteleiro Rebón, de 55 años, viuda, vecina
de Mugardos; Teresa Cancela Pereira, viuda de 35 años; Aurora Ruso González,
que vivía nos Casás (Mugardos); Julia López Álvarez, de 47 años, casada, de Mugardos;
su hermana Adela López Álvarez, de 41 años, casada, de Mugardos; Teresa
González Ferrer, de 63 años, viuda, natural de Mugardos; Teresa Troche Yáñez,
de 62 años, casada, de Mugardos; Emilia Pintos de Jesús, portuguesa, de 55
años, viuda, que vivía en A Redonda (Mugardos); Mercedes Romero Quintillán , de
dos años, también de Mugardos y Teresa Maceiras Cantos, de 68 años, viuda,
vecina de Ares. Los inicialmente desaparecidos Josefa Díaz, Os Casás, Mugardos,
Avelina Doménech Cudilleiro, de 45 años, casada, vecina de Mugardos y Fernando
Rivas Catoira, natural de A Coruña y vecino de Ferrol, casado, 40 años, se
añadieron a la lista de los fallecidos. Como puede apreciarse, todas las
víctimas, salvo un caso, eran mujeres.
El patrón de
la lancha siniestrada se llamaba Juan Fernández, conocido por Nito, el fogonero
Juan Rey Casal y el proel Aniceto Sixto. Los tres sobrevivieron a la
catástrofe.
El
Ayuntamiento de Mugardos acordó hacer constar en acta el sentimiento de la
corporación, ondeando la bandera a media asta como señal de duelo y en algunos
balcones de la ciudad se colocaron colgaduras de luto.
En Mugardos
se han recibido numerosos testimonios de pésame, habiendo llegado también de La
Coruña el gobernador civil de la provincia, que expresó su pésame a las
familias de las víctimas. La asociación de Artes y Música de la Constructora que
había organizado una fiesta, la suspendió en señal de duelo.
De Madrid
llegaría también el delegado de Industria y Comercio con objeto de hacer
efectivas ayudas a los familiares de las víctimas.
El entierro
de los fallecidos constituyó una imponente manifestación de duelo, con
asistencia de autoridades civiles y militares.
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