Monumento levantado en Esmelle al Mago Merlín en diciembre de 2006, obra del ceramista Francisco Pérez Porto |
Este es el último párrafo
de un artículo publicado por Álvaro Cunqueiro y rescatado en mis modestas
peregrinaciones por las hemerotecas, en este caso de La Voz de Galicia, 17 de enero de 1954, que llevaba el antetítulo
"Retratos imaginarios" y el título "Las estancias de
Esmelle" y que arrancaba de esta manera:
Para la fantasía de mis historias, hubo un tiempo
en que solía imaginarme una selva, la antigua y lejana selva de Esmelle y en la
selva un palacio o un castillo, al que llamaba Narahío. Ambos nombres están en
la toponimia galaica…
En esta columna
periodística, el propio Cunqueiro se recrea definiendo los espacios imaginarios
sustentados en la obra de "Merlín y familia" por los nombres de
Esmelle y Narahío, ambos curiosamente ubicados en la comarca ferrolana,
narración de una gran belleza literaria, como la que preside toda la obra del
autor de "As crónicas do sochantre".
No resulta extraña la
invocación de los nombres de Narahío (San Sadurniño) y Esmelle (Ferrol) toda
vez que Cunqueiro, además de echar una temporada de casi dos años en
Ortigueira, visitó Ferrol en más de una ocasión. El crítico literario e investigador
Armando Requeixo escribió al respecto de Cunqueiro y Ferrol:
O mindoniense Álvaro Cunqueiro foi sempre grande
amante de Ferrol, cidade na que trabaría imperecedoiras amizades con escritores
que, andando o tempo, figurarían entre o máis granado das literaturas
peninsulares. Non é de estrañar, pois, que a vida e obra de Cunqueiro amosen
interesantes elementos de relación coa cidade departamental…
Como hijo de Esmelle me es
grato compartir estas vinculaciones de mi tierra natal con la literatura, en este
caso cunqueiriana, si bien procede añadir que también este pequeño y hermoso
territorio esmudiense tiene que ver con otro ilustre periodista y escritor como
es Wenceslao Fernández Flórez, cuyo padre procedía de esta localidad, según
consta en "Wenceslao Fernández Flórez. Formación autodidacta de un cronista
parlamentario (1885-1917) de la autoría de Alicia Longueira Moris (Congreso de
los Diputados, 2014).
En el primer caso, Esmelle
cuenta ya desde el 2006 con un monumento al Mago Merlín, en un espacio verde
muy próximo a la iglesia parroquial, al pie de un regato, obra del nombrado ceramista
Francisco Pérez Porto.
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