En la foto, el vapor Comercio, similar al Pájaro de la Marola
Curiosamente, siguiéndole la pista al vapor Pájaro de la Marola (embarcación de pasaje Ferrol-Coruña y viceversa) fui a dar con un acontecimiento singular que también me llamó la atención, como fue el gran recibimiento hecho a la fragata Blanca, que retornaba victoriosa de la campaña del Pacífico en la segunda década del siglo XIX. La euforia popular le adjudicó a la tripulación el apodo de “Los héroes del Pacífico”, de ahí el titular de esta colaboración.
Inicialmente
traté de investigar lo del “Pájaro de la Marola”, porque me parecía un hallazgo
-el historiador Bernardo Máiz lo registra en su obra As embarcacións de pasaxe
das rías galegas, Xerais, 2000- y porque me hizo gracia el nombre.
He observado
que, generalmente, se parte del vapor Hércules y de ahí al Comercio, Marqués de
Amboage, El Ferrolano y otros. Pues, resulta que el Hércules tuvo como
antecesor inmediato precisamente al Pájaro de la Marola y este, a su vez, a los
vapores Tigre y León.
Sigamos un
orden. Encontré el vapor que me ocupa en la crónica de los festejos celebrados
para recibir a la fragata Blanca, crónica publicada en El Buscapié el
04-11-1866.
A remolque
del relato periodístico de la época reproduzco […] “Púsose también en marcha el
vapor de la carrera Pájaro de la Marola. La barca atravesó a la distancia por
frente del muelle y se dirigió a la fragata. Al llegar a su altura un gran
resplandor iluminó la bahía. La Blanca y el Pájaro de la Marola se iluminaron
con luces de bengala hasta los topes”.
A raíz del
recibimiento tributado a la Blanca, la cita del vapor se multiplicó en los
distintos medios de alcance local y nacional. En este último caso mencionaremos
a título de ejemplo: La Reforma, La España, El Español, La Corona, Alcance,
Diario Oficial de Avisos, entre otros.
En el año
1868 advertimos el siguiente aviso: “El vapor Pájaro de la Marola, que hacía el
servicio entre La Coruña y Ferrol, ha reanudado sus interrumpidos viajes”. Once
años más adelante, en El Correo Gallego de fecha 14 de agosto de 1879, volvemos
a ver citado el vapor Pájaro de la Marola, con motivo de las fiestas
organizadas para la inauguración del Dique de la Campana. En la página 3 leemos
un anuncio: los días 18-19-20 y 21, salida de La Coruña a las 08:00 y 12:00
horas; salida de Ferrol a las 10:00 y 24:00 horas.
En la
narración de una especie de cuento “El Trasno”, también en El Correo Gallego
(21-01-1897), leo: “No lejos del muelle de la ciudad hallábanse fondeados
varios buques de guerra y mercantes sumándose entre estos últimos el Hércules,
el ligero y lindo vaporcillo sucesor del Pájaro de la Marola, el Tigre y el
León, que diariamente va y vuelve a La Coruña”.
Otra novela
“El retorno de Pedro”, del que es autor el médico Díaz Rubio, obra que se sitúa
temporalmente entre 1869 y junio de 1918, sobre la emigración, se cita
igualmente al Pájaro de la Marola. Por último, en una lista de inscripción de
buques publicada en la Gaceta de Madrid se puede leer: “Pájaro de la Marola,
antes catalán, vapor con fecha de asiento de enero de 1860, construido en los
astilleros de Barcelona que, en octubre de 1866, pasa a La Coruña”. En el
trabajo de Máiz Vázquez se cita al armador Requejo y posteriormente Eduardo
Seijas Cabral, concreta que se trata de un vapor de 60 metros de eslora y 80 hp
“de gran lentitude”. También se dice que fue baja en 1899, si bien el que
suscribe lo pierde de vista como vapor de carrera Ferrol-Coruña-Ferrol en 1879.
Como queda
escrito y a mayor abundamiento, el Pájaro de la Marola sucedió a los vapores
Tigre y León. Ningún dato pude extraer de mis investigaciones acerca del segundo,
pero sí tengo algunas notas del Tigre, por ejemplo que en el año 1874 trata de
establecer una sociedad por medio de la cual todo aquel que se suscriba con 20
0 10 reales mensuales tendrá derecho a hacer en un mes seis viajes de ida y
vuelta a La Coruña, “en popa o en proa” Se deduce que “cohabita” con el Pájaro
de la Marola.
El Tigre
aparece también en diciembre de 1878 como protagonista de un episodio al soltar
amarras debido al temporal, aunque no sufrió daños de consideración. En ese
mismo año, en agosto, se anuncia subasta pública del citado vapor, tasado en
40.000 pesetas y al mes siguiente se denuncia públicamente, apelando al capitán
del Puerto para que tome medidas, su estado deteriorado, sin botes salvavidas y
“con muchos agujeros”, lo que obligó a que se sometiera a algunas reparaciones.
Llegada de
la fragata Blanca
Recién entrada en servicio, la fragata Blanca (foto) participó en operaciones en la Guerra de África y posteriormente en la escuadra que convoyó la expedición del general Prim a México, “pero en donde su papel resaltaría con más fuerza fue durante la Guerra del Pacífico en 1865-66”, señalan Agustín Ramón Rodríguez González y Juan Luis Coello Lillo en el libro “La fragata en la Armada española. 500 años de historia”, editado por la antigua Empresa Nacional Bazán en el año 2003.
Agregan los
autores que tras la victoriosa campaña y el duro viaje de vuelta “con una
reparadora escala en Río de Janeiro, el 6 de septiembre de 1866 partió la
Blanca de vuelta a España, llegando a Ferrol el 19 de octubre, pues era el
primer buque de la Escuadra del Pacífico que regresaba a la patria”.
Acerca del
recibimiento que se le tributó, varios periódicos locales y nacionales se
hicieron eco del episodio, unos con más generosidad de espacio y tipografía que
otros. Por ejemplo, La Reforma de Madrid cuenta que unos días después de su
arribada, concretamente el 26 se le sirvió al comandante y oficiales, en la
Sala de Armas, un popular banquete en el que estaban representadas todas las
clases “y al lado de un jefe de alta graduación se veía sentado a un humilde
artesano”. Más adelante, el citado periódico señala “ha sido una verdadera
fiesta continua. Los nueve días se pasaron en bailes, convites y serenatas”.
Cuando de día bajaba a tierra la tripulación, “iban las músicas a recibirla y
de todas partes llovían ramos, flores y dulces. Cuando bajaban de noche dos
larguísimas hileras de jóvenes del pueblo, confundiéndose fraternalmente todas
las clases, la precedían siempre con hachas encendidas”. El cronista de La
Reforma hace referencia igualmente a la “noche mágica” protagonizada por la serenata
a la veneciana que dio a la fragata el Liceo de Artesanos.
Por su
parte, a la tripulación se le rindieron dos convites, uno del Ayuntamiento y
otro de la Marina.
En el plano
urbano, se improvisaron himnos y barcarolas, se levantaron arcos de triunfo y
se construyeron templetes alegóricos. En todas estas actividades “estaba
representada La Coruña por el vapor Pájaro de la Marola”. La imprenta del
Brigantino se distinguió particularmente por haber adornado la fachada con una
iluminación de buen gusto y El Eco Ferrolano por haber tirado un número con
letras de oro consagrado a la Blanca, número especial que se repartió entre la
oficialidad, autoridades civiles y militares y notables de la ciudad.
La quilla de
la Blanca se puso en Ferrol el 4 de abril de 1855, fue botada el 24 de febrero
de 1857 y puesta en servicio en septiembre del mismo año. Tras algo más de tres
décadas de vida activa, fue apartada del servicio hacia 1889.
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