Contra el
lagrimeo, el hipercriticismo, el quejido permanente que, no sin alguna razón,
se nos atribuye a los ferrolanos y ferrolanas, conviene, si uno quiere como método de
terapia, recrearse en aquellos hechos y figuras que dan o dieron relieve a
nuestra tradición y acervo cultural. Hoy me fijaré en una iniciativa
decimonónica que cosechó inmejorables resultados, la Escuela de Artes y Oficios,
escuela libre fundada el 9 de diciembre de 1881 -estamos en el año del 135
aniversario- que luego se convirtió en la Escuela Elemental
del Trabajo y más tarde en centro de FP. Fue la primera de Galicia de estas
características y la segunda de España, después de la de Bilbao, de cuyo
reglamento bebieron los impulsores del proyecto ferrolano.
Nació con
un claro objetivo social, el de "proporcionar a los obreros, pobres,
asilados, cabos, soldados y marineros de los institutos armados, instrucción
gratuita en todas aquellas materias aplicables a los distintos oficios y artes
que pudieran ser de utilidad para el trabajo inteligente en esta Factoría Naval
y en los distintos talleres de la población", como reza una reseña
publicada en Vida Gallega en la
primera decena del pasado siglo XX.
El Correo Gallego de la época informa de que el 9
de diciembre de 1881 se reunió por primera vez la Junta de Administración bajo
la presidencia de Linares Rivas, diputado provincial por Ferrol, y se nombraron
las primeras comisiones. Por cierto, la de Enseñanza estaba presidida por el
célebre historiador local José Montero Aróstegui.
Esperanza Piñeiro de San Miguel y
Andrés Gómez Blanco,
en el libro "Historia de la
Escuela de Artes y Oficios de Ferrol (1881-1930)" salido
a la luz en diciembre de 1994, dan cuenta de los pilares financieros de la Escuela : "Anualmente,
la Diputación
concede 10.000 pesetas y el Ayuntamiento, 4.000 encargándose también de
proporcionar el edificio". Andando el tiempo también contribuyó la Marina de Guerra.
En
principio, las enseñanzas, que eran gratuitas, solo se cobraba a las clases
acomodadas, se limitaban a los varones, pero más tarde, 1885, se ampliaron a
las mujeres obreras y pobres. El plan para varones contemplaba enseñanzas gráficas, plásticas y
teórico-prácticas. Para mujeres, enseñanzas gráficas, labores (bordados, corte
y confección, encajes) y teórico-prácticas.
(Del libro citado en la primera foto) |
Pasaron
por la Escuela
de Artes y oficios personalidades tales como el arquitecto Ucha Piñeiro, el
escritor Gonzalo Torrente Ballester, militares como los hermanos Franco
Baamonde, pintores como Segura Torrella, González Collado, Imeldo Corral, Bello
Piñeiro y entre las mujeres destacan Angeles Alvariño Saavedra, Pilar
Franco, Mercedes Rubia Barcia y Fina Pena Casal, ceramista, casada con González
Collado.
Entre los
profesores, Ucha Piñeiro, arquitecto, Ramón de Arana y Andrés López Otero, (matemáticas) Santiago de la iglesia (Física y Química) y Vicente Díaz (dibujo).
La obra
de Esperanza Piñeiro y Andrés Gómez publica estadística y anota que en total
pasaron por la Escuela
7.367 hombres y 5.142 mujeres.
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