Los titulares del El Correo Gallego de la época |
En el
contexto de una crisis generalizada influida por los efectos de la primera
Guerra Mundial, crisis que motivó estallidos sociales durante los siglos XIX y
XX, Ferrol y zonas urbanas periféricas
vivieron una rebelión conducida por las mujeres campesinas entre los días 11 al
16 de marzo de 1918 en cuyo transcurso murieron siete personas y se registraron
numerosos heridos. Es lo que se ha dado en llamar "conflicto de subsistencias".
No es inédito este episodio, pero quedó ahogado en
las hemerotecas. Creo que está pendiente
de reconocerse de manera manifiesta en el haber de las mujeres ferrolanas esta lucha, que costó vidas y que no tenía otro objetivo que
rebelarse contra la carestía de la vida, de manera especial en los artículos de
primera necesidad para tratar de evitar un período de hambruna.
La falta
de trigo y harina en Neda y Narón fue el detonante. A las campesinas de Jubia y
Neda se unen todas las de las parroquias de San Martín de Jubia, Caranza, San
Juan de Filgueira y parte de Serantes y Ferrol. Un lunes 11 de marzo de 1918,
comisiones de afectadas se apostaron por la Carretera de Castilla,
Caranza, Malata y Cobas (hoy Covas) llegando hasta las puertas de acceso a la
población impidiendo la entrada de todas aquellas mujeres del rural que
portaban algún tipo de mercancía para el mercado en el que se notó la escasez
de legumbres, leche y otros artículos. Un autobús de la empresa "Oriente"
fue apedreado al negarse a parar. Las campesinas movilizadas a la altura de
Freixeiro, querían saber si llevaba mercancía. Un coche que venía de Valdoviño
con 340 litros
leche para establecimientos y Hospital de Marina fue detenido , rompiéndosele
los cristales y los huevos que iban dentro. El coche tuvo que volverse y la
leche fue vendida a precio de coste en Narón y Jubia. Una lancha que llegaba al
muelle con cajas de sardinas, tampoco pudo descargar y la embarcación regresó
al puerto de procedencia.
Gravísimos incidentes: dos muertos
El
comercio comenzó a cerrar sus puertas y en algún momento llegó a haber saqueo y se apedrearon establecimientos, uniéndose los hombres a la movilización de
las mujeres lo que motivó que los agentes de vigilancia y seguridad hicieran
disparos, resultando herido grave un niño de 12 años, que
falleció al día siguiente, y un obrero de Monturas del
Arsenal, que murió en el acto. A la
vista del cariz que tomaban los acontecimientos fueron acuarteladas las tropas
y por la noche salieron dos compañías de Zamora que se situaron en la plaza de
Amboage y otras dos de artillería en la plaza de Armas. Además, en el Cantón, 3
piquetes de Infantería. La presencia del Ejército restableció inmediatamente el
orden.
Al día
siguiente, 12 de marzo, continuó la agitación. Los comercios cerraron. En las
afueras, numerosos grupos de mujeres cortaron la entrada de artículos de
consumo en la ciudad. A las 8 de la mañana entró un carro con 1.150 litros de leche
procedente de Curtis que el día anterior quedara depositada en la estación del
ff.cc. El carro venía custodiado por 10 artilleros a las órdenes de un oficial.
Por la tarde, los obreros del astillero y Arsenal llevaron al cementerio una
corona y dos pensamientos para colocar sobre la tumba del compañero, aunque no pudieron cumplir su propósito porque no se verificara
el entierro al estar pendiente la autopsia.
En Fene,
un grupo de mujeres formó un tumulto, dirigiéndose a la casa del alcalde que se
hallaba enfermo. Apedrearon la vivienda e hicieron que el alcalde se levantase
al que pidieron que se rebajase el precio de los artículos de consumo. Los
trenes tenían que ser controlados por soldados. Durante todo el día hubo
numerosos grupos de mujeres "en actitud levantísca" en la Puerta Nueva e inmediaciones.
Estas rechazaban a cuantos hombres pretendían unirse. Ante los tumultos
acudieron fuerzas de Infantería y Artillería. También llegaron a Ferrol
refuerzos de la Guardia Civil.
Asalto a trenes y amenaza de los
panaderos
El día 13
se mantiene la movilización de las campesinas. A las 10 horas se practicaron en
el cementerio las autopsias a los cadáveres del niño, Juan José Torres y del obrero, Valentín Dapena Pereira, que luego
recibieron sepultura. La presión motivó que se rebajara el precio del pan,
agotándose las existencias. No obstante, los panaderos amenazaron con el cierre
de sus tahonas y causar baja en la contribución aduciendo que no podían
elaborar el pan al precio que se pedía. Aunque abrieron bastantes comercios,
poco a poco fueron cerrando a lo largo de la mañana. Un día más no entra en la
ciudad artículo de consumo alguno y el Mercado cerró sus puertas debido a la
presión de las mujeres. Las instalaciones quedaron custodiadas por el Ejército.
Tampoco en el matadero se sacrificaron reses. En el puente de Freixeiro se
apostaron mujeres "armadas con mocos", las barberías fueron obligadas
a cerrar. En Maniños fueron asaltados trenes y se produjeron destrozos en la
estación del ff.cc. Las mujeres se pusieron delante de las máquinas y abrieron
los vagones apoderándose de 22 sacos de harina, de una partida de cien que venían
destinados al Sr. López Suevos. Los sacos sustraídos fueron valorados entre
1.250 y 1.500 pesetas.
Los
trenes comenzaron a circular con agentes de la Guardia Civil a bordo y parejas
montadas patrullaban la ciudad. A las dos de la tarde de ese día 13 se llevó a cabo
una imponente manifestación de duelo en el cementerio protagonizada por los
obreros que acudían a visitar las tumbas de los dos fallecidos. En esa
concentración hablaron los compañeros José López Bouza y Antonio F. Vieites,
que protestaron contra la represión que había ocasionado la muerte de dos
personas. Por la tarde, el personal del astillero y Arsenal hizo un paro.
Varias entidades pidieron al Gobierno que la autoridad militar de la plaza se
encargase del mando en vista del giro que tomaban los sucesos. A las 4:30 de la
tarde una gran muchedumbre desfiló hasta la Casa Consistorial , ocupando el
Cantón, Paseo de Molíns y calles adyacentes. Subieron a hablar con el alcalde y
concejales tres mujeres y tres hombres que pidieron al regidor que llevara cabo
gestiones para el abaratamiento de los artículos de primera necesidad.
En
reuniones con comerciantes se acordaron unos precios de emergencia a la baja.
También reclamaron la rebaja de los tejidos y que el precio del calzado fuera
igual al que regía antes de la Guerra.
Igualmente exigieron a la Cámara Oficial de la Propiedad la rebaja del
precio de los alquileres.
Tumultos en la Feria del 13 de Sedes: cinco
muertos.
Sin salir
del día hay que reseñar los luctuosos sucesos ocurridos en la Feria del 13 en Sedes, en los
que resultaron muertas cinco personas. Se celebraba con gran concurrencia la Feria de ganados, bajo la
vigilancia de agentes de la Guardia Civil.
"De repente", señala la crónica de El
Correo Gallego, hombres y mujeres comenzaron a apedrear la casa del
alcalde, Juan Fernández, situada en el campo de la feria, produciendo graves
destrozos. Seguidamente hicieron lo propio con la casa del industrial Manuel
Fortúnez y cuando se disponían a incendiar la vivienda del alcalde entró en
acción la Guardia Civil ,
revolviéndose contra los agentes los "amotinados" a pedradas y -dice
el periódico ferrolano- a tiros. El caso es que cinco paisanos recibieron heridas tan graves que no pudieron salvar sus vidas y fallecieron en días sucesivos. El periódico ferrolano solo da las identidades de dos de ellos, Francisco Delgado Villarnovo (Valdoviño) y Manuel Romero Romero (Sedes-Narón)
El día 14
no varían las circunstancias. Cierre de comercios, asalto a trenes en Maniños
con sustracción de bidones de leche. Un barco que llegó a puerto también fue
asaltado. Traía aceite y harina. El pescado se vende a bajo precio en el
Mercado. En Jubia se resuelve el conflicto con rebajas decretadas por el sector
del comercio.
El día 15
es el primero en el que no se producen incidentes enojosos y El Correo Gallego lanza una especie de
editorial en el que, entre otras reflexiones, dice "Es ciertamente
angustiosa la situación que atraviesan las clases poco pudientes, tanto de la
clase obrera como de la media -acaso la más castigada- y no son injustos los
clamores de los que piden abaratar las subsistencias". Este día no hubo
movilizaciones y el comercio abrió sus puertas, aunque en Maniños continuaron
los asaltos a trenes.
El día 16
se llevan a cabo unos funerales en Sedes por las cinco víctimas de los sucesos
ocurridos en el campo de la feria.
El día 17, ante los acuerdos de abaratamiento de artículos de primera necesidad que se fueron alcanzando, se restablece la normalidad poco a poco y al día siguiente se retiran los retenes del
Ejército.
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