V. M. Iglesias Viqueira |
Recientemente me ocupaba
de este periodista al que había reencontrado no sin antes hacer una prospección
vía internet, llamada a un ayuntamiento en el que lo habían premiado, etc. Está
contado en el post anterior. Pues bien, le pedí a este colega que me refrescara
un poco la memoria y que me pusiera al corriente de la evolución de su
trayectoria en estos años de distancia, entre 1984 y nuestros días. Él me envió
unas líneas que yo comento y traslado.
Víctor Manuel Iglesias
Viqueira (Vigo, 1947). Trabajó en Faro de
Vigo desde 1966 hasta 2008. Durante cinco años corresponsal de El Caso, colaborador de Sábado Gráfico, de Can sen dono y Xo! y
varias "publicaciones volanderas". Fue corresponsal de varios
periódicos y firma esporádica en "publicaciones de una vez". Colaboró
en varias emisoras de radio. Tiene diez títulos publicados y otros veinte
inéditos. En su larga trayectoria profesional estima (qué curioso el dato) que
ha escrito unos 100.000 folios: reportajes, entrevistas, crónicas, opinión,
crítica literaria.
Su humor va de lo poético
hasta lo vitriólico, del mero disparate a la sorprendente agudeza mental. Dice
que lo suyo no son greguerías precisamente, "aunque tengan mucho de ellas",
sino que, aduce, "exprimo los recursos
para, mansamente alcanzar un resultado demoledor" y pone un ejemplo:
"Pensar, lo que se dice pensar, la gente piensa menos de lo que
piensa".
Practica la novela, el
cuento (de humor negro y para niños) y afirma que aplica la estricta seriedad,
cuando esta es requerida, a su criterio.
También me traslada que es
feliz porque se lo trabaja y capaz de soportar una conversación tediosa por
extraer conclusiones. Está en posesión del "Julio Camba", apartado de
reportajes, por un texto enjundioso sobre Cela, el Nobel paisano: "Jodido,
pero contento". Empezó con Cunqueiro, admiró a Torrente y sintoniza con la
literatura en general, "particularmente con los innominados". Añade
que si volviese a nacer se repetiría a sí mismo, "valga la redundancia".
Uno de sus libros está en la Universidad de Mindanao (él, asegura que no lo
envió) y se considera bastante popular en su parroquia.
Trabajador de fondo y
forma, estuvo a pie de calle en las manifestaciones primeras "y sucesivos
botes de humo y esquivó porras (hechas de goma de pegar)". Está convencido
de que siempre ha hecho lo que fue menester en actitud beligerante adaptada a
las circunstancias. Se manejó con soltura en la finta de esgrima. Nos deja otra
"perla": "Todos los políticos son iguales y algunos incluso, peores".
Añade que un futbolista meta un gol por el ángulo se le antoja un espectáculo
(reality show) y que una marisconada es una dieta de patatas y verduras.
Termina "Podría
hablar largo y tendido en el sofá, de mi mismo, que los demás interpretan de
oídas, no de leídas". Y una última señal de identidad de este amigo cuando
remata su epístola de esta guisa: "Votes o no, te van a follar".
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