Mañana se inicia la 18ª edición del Curso Gurméndez de
Pensamiento Contemporáneo, que organiza desde hace otros tantos años el Club de
Prensa de Ferrol con la colaboración del Campus de Ferrol de la Universidade da
Coruña. Es un curso muy apetecible por la actualidad de sus contenidos y que va
a contar con una magnífica matrícula, como todos los años, lo que lo acredita
como uno de los mejores, sino el mejor, de los cursos que se programan en
verano en Galicia y no exageraré si lo incluyo entre los más potentes de
España. Aborda en esta ocasión la "Filosofía del desencanto", bajo el
subtítulo de la "desmoralización social".
El alma
mater de esta actividad ha sido el recientemente fallecido Luís Mera que en los
últimos días de su vida remataba con sus colaboradores allí, en cuidados
paliativos del Hospital Naval, la presente edición. Genio y figura...Será
recordado, sin duda, en la sesión inaugural.
Precisamente,
con este post quiero hacer un desagravio póstumo a Mera Naveiras que sufrió
hace unos cuatro años el revés del Concello de Pontedeume al negarse el
gobierno municipal de entonces a continuar con el curso. He vivido y compartido
a su lado el sinsabor. El regidor eumés nos dijo que muerto el matrimonio
Carlos Gurméndez-Emilia Patiño ya no tenía sentido seguir con la actividad y
que en su lugar se llevaría a cabo una iniciativa parecida dándole el nombre del
hijo de la villa, el poeta Ramiro Fonte. El último curso celebrado en la
hermosa villa marinera fue hace cuatro años. Y, al día de hoy, ni Gurméndez ni Ramiro
Fonte. Posteriormente, la Universidad acogió la iniciativa en su paraninfo,
dando el relevo al convento de San Agustín de la mencionada localidad.
Digo que
fue un revés porque Pontedeume fue la cuna natural del Curso por ser (Centroña)
el lugar en el que el filósofo y periodista pasaba largas temporadas y en el
que inspiró buena parte de su obra sobre las pasiones y los sentimientos. Tal
es así que el propio Ayuntamiento, con una corporación anterior, lo nombró hijo
adoptivo y le erigió un monolito en un mirador visible de la villa, además de
convertirse en el depositario de la obra que aún permanece almacenada o quizás
arrumbada en el llamado Chalé Rosa.
Solo la
cortedad de miras, una acendrada miopía política y tal vez la influencia de
algunos detractores en la sombra de las actividades del Club de Prensa puede
justificar el "destierro" de Gurméndez de la villa eumesa, que todos
los veranos por el mes de julio, proyectaba su nombre en medios nacionales e
internacionales, además de tener el honor de ser el anfitrión de importantes
personalidades españolas de los diversos campos del saber. Así se escribe la
historia, en ocasiones con estas pobrezas de espíritu, pero eran esas
adversidades las que hacían crecerse a Luís Mera y a los que lo rodeábamos. Teníamos
y tenemos claro que la vida es un camino de rosas y espinas. El XVIII Curso
Gurméndez ya está aquí, bajo la coordinación de la profesora e historiadora
Esperanza Piñeiro de San Miguel, brazo derecho de Mera Naveiras en ediciones
anteriores, que tiene todo bajo control y que se convierte en la garantía de
continuidad de la actividad.
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