viernes, 20 de octubre de 2017

ENTREVISTA (con carácter retroactivo)


Revolviendo en mis papeles encontré esta entrevista aparecida en el digital Publicoscopia, que se editaba en Barcelona y que hoy ya no existe como tal. Pasó poco tiempo y creo que preguntas y respuestas tienen vigor todavía. La dejo ahí para quien tenga la paciencia de echarle un vistazo. Los subrayados son míos y con ellos trato de condensar lo esencial de las respuestas.
(La fotografía que aparece más abajo corresponde a una entrevista para la TV3 catalana, hace unos años. A falta de otra "ad hoc", trato con ella de romper la monotonía del texto)

1.      La Asociación de Periodistas de Galicia le concedió el Premio Periodístico Diego Bernal 2013 que supone un reconocimiento a su dilatada trayectoria periodística. ¿Qué ha supuesto para usted este galardón?

Germán Castro.-Un premio por definición siempre es motivador, pero el hecho de que el reconocimiento parta de los propios compañeros de oficio entraña un alto valor añadido. Sin duda, pone la guinda a mi voluntariosa trayectoria.

2.      Usted se ha jubilado como director en el Diario de Ferrol. ¿Cómo ve el periodismo actual?

Germán Castro.-Lo veo mal. Ha de tenerse en cuenta que el periodismo arrastra crisis superpuestas. Años atrás fue la provocada por la irrupción de internet y ahora, cuando no se ha solucionado la primera, soporta, como casi todos los sectores, la crisis general, con miles de profesionales que se han ido al paro. Sumemosle a lo anterior la crisis de credibilidad, que ha calado en amplias capas sociales, para colegir que el panorama no es alentador. Dicho lo anterior, el periodismo es necesario: Inevitablemente, la sociedad necesita que le cuenten e interpreten lo que sucede. El modelo es el que está en cuestión y por más asambleas mundiales que los editores celebran no parece que hasta el momento se les haya encendido la bombilla.

3.      ¿Cuál es el acontecimiento actual que más enganchado le tiene?

Germán Castro.-Me tiene asombrado, más que enganchado, en el sentido más indignante, el momento que atraviesa el país en general. Me alineo con quienes presentan el diagnóstico de una sociedad enferma y anestesiada, que sufre la perversión del sistema democrático con la solemnización de la mentira, la mutilización de las libertades y la corrupción institucionalizada, que socava los propios cimientos del Estado de derecho. El país está hecho unos zorros, si se me permite el modismo.

4.   Siempre se ha dicho que el periodismo debe ser objetivo. ¿Es eso posible o es preferible dejar claro de qué pie cojea cada uno para evitar malentendidos?

Germán Castro.-Muchos estudiosos y teóricos afirman que la objetividad no existe, es una utopía. Me ajustaría más al vocablo imparcial. Particularmente, entiendo la profesión como el ejercicio de un periodismo crítico, no alineado. Actualmente, lo que nos entra en casa a través de los debates y tertulias de la televisión y la radio puede derivar en la conclusión, para muchos ciudadanos, de que los periodistas o servimos al PP o al PSOE. Tal vez este fenómeno sea una de las causas de esa crisis de credibilidad a la que antes me refería.  

5.    Estos días se ha sabido que España es el país europeo que sufre un mayor aumento de la brecha social por la crisis. ¿Cree que es posible que esto mejore?

Germán Castro.-No le veo trazas. Me temo que tendrán que pasar algunas décadas para que el Estado de bienestar se recomponga. No obstante, a veces mal pienso que se ha "disparado" a su línea de flotación con aviesas intenciones. Puede que ya nada vuelva a ser igual y que, como algunos profetizan, estemos en la encrucijada de un cambio de ciclo o de valores.

6.   El gobierno español ha aprobado el Plan Hidrológico Nacional. ¿Cómo cree que éste puede afectar al ecosistema del Delta de l’Ebre?

Germán Castro.-Por lo que oigo y leo, el citado PHN pone en peligro la supervivencia del delta y en su elaboración adolece de falta de diálogo con plataformas y organizaciones que tienen informaciones y opiniones cualificadas al respecto. La gobernanza a golpe de decreto, orillando los acuerdos con partes interesadas, es una manera de distorsionar el espíritu democrático.

7.    Hablando de efectos medioambientales, este invierno Galícia y todo el litoral del norte de la Península han sufrido importantes destrozos debidos a los temporales de mar. ¿Es eso normal o ya se empiezan a apreciar los efectos del cambio climático?

Germán Castro.-No es habitual que se encadenen tantas borrascas en tan corto tramo de tiempo. Yo, que soy persona madura, viviendo siempre cerca del mar, no recuerdo este fenómeno. Desde luego, algunas playas, sobre todo las de mar abierto, han quedado irreconocibles. Los científicos parecen apuntar, en efecto, al cambio climático y, además, alertan de enormes daños a lo largo de este siglo, si no se toman medidas.

8.    En los últimos meses la monarquía española ha visto dañada su imágen con el caso de Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina, y con un monarca que no goza de su mejor salud. ¿Cómo cree usted que debería gestionar esta situación la casa real?

Germán Castro.-Sea como fuese la gestión, la imagen de la monarquía española, a mi modo de ver, está gravemente erosionada. Todo lo que está ocurriendo en el seno de la realeza, con independencia de ulteriores posicionamientos de la Justicia, y el propio papel del Rey que se ve obligado a pedir perdón por las anómalas situaciones en las que se ve metido, releva de mayor abundamiento. Como alguien ha dicho, con su comportamiento la monarquía está cosechando cada vez más adeptos a la opción republicana que, tarde o temprano, tendrá que ser repuesta.

9.  ETA se ha comprometido al desarme total. ¿Cree que el gobierno español está gestionando correctamente el fin de la banda armada?

Germán Castro.-ETA tiene que entregar las armas de una vez y dejarse de andar mareando la perdiz. Una vez que dé ese paso al Gobierno le corresponderá mover ficha porque la exigencia del desarme ya habrá perdido vigor, el argumento habrá desaparecido. Respeto a los avances que se han hecho en los últimos años, desde el punto de vista político más que atribuirle laureles a la gestión de los distintos gobiernos, tema susceptible de controversias por la manipulación electoralista que se ha venido haciendo, valoro la colaboración decisiva de las autoridades galas. Su posicionamiento firme ha sido absolutamente determinante.

10.   El pasado día 8 de marzo era el día de la mujer trabajadora. Con la ley del aborto del ministro Gallardón, se están tirando por la borda años y años de lucha de las mujeres. ¿Qué opina usted sobre esa ley? ¿Cree que va a tirar adelante?

Germán Castro.-Es probable que sea sometida a algún tipo de maquillaje, dado el clamoroso rechazo, pero no atisbo, lamentablemente, cambio de postura. La ley del aborto, siendo especialmente grave, forma parte de una serie de mutilaciones de libertades y derechos sociales que el Partido Popular está aplicando en el río revuelto de la crisis y la corrupción.

11.   ¿Qué opina sobre la situación que se vive en Catalunya? ¿El gobierno español debería permitir la consulta?

Germán Castro.-Creo que Mas ha partido del error de plantear la secesión desde posiciones arrogantes, con el sí o sí por delante, amenazas de actuaciones unilaterales y de pasarse la legalidad por el arco de triunfo, si fuese necesario. No he de ocultar, por otro lado, la impericia de los "populares" cuyo discurso beligerante reverdece una y otra vez el ánimo independentista. Por tanto, veo la situación en un callejón sin salida. Es el triunfo de la insensatez por ambas partes. Lo que hay que hacer es sentarse a dialogar y afrontar la reforma de la Constitución, que será el cauce lícito y natural que dé salida a este tipo de demandas.

12.   Si usted gobernara, ¿cuál sería la primera ley que aplicaría?

Germán Castro.-Restablecer los derechos sociales y laborales abolidos en nombre de la crisis, sería la prioridad. También bajar los impuestos para estimular el consumo y obligar a los que más pueden a que contribuyan en la parte alícuota a sobrellevar este "marrón" que, sin comerlo ni beberlo, nos han endilgado a las clases medias y bajas. Pondría también todo mi empeño en recuperar el sentido clásico y noble de la política y esto hay que hacerlo desde la escuela. Antes afirmaba que somos una sociedad enferma y creo que la causa está en que somos una sociedad mal educada en principios y valores de una sana convivencia democrática y con enormes reminiscencias de una larga dictadura.

Neus Martí Llurba, Publicoscopia

13 de marzo de 2014

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