Ciento sesenta años atrás, en 1857, se construía la puerta del astillero que da frente al cuadro de Esteiro. Relevaba este nuevo elemento a una puerta de hierro, desaparecida por el mal estado de su conservación.
A la izquierda de este acceso a los astilleros estaba el cuerpo de guardia que servía la "Guardia de Arsenales" dependiente de las fuerzas de Infantería de Marina y a la derecha otro edificio de nueva planta destinado a cuarto de oficiales y ayudante, luego conocido como "Casa del Astillero" donde se alojaban los visitantes y se celebraban reuniones con altas personalidades e invitados.
El Cronista Oficial de la Ciudad, Ricardo Nores, escribía en "Ferrol Diario": "No tiene un valor artístico que obligue a su conservación, pero teniendo en cuenta que nuestro Ferroliño no puede presumir de piedras heráldicas, ni de notables monumentos históricos o artísticos, bueno es imponernos el deber de guardar estas muestras de la fundación de la ciudad moderna y de sus arsenales, ya que no se quiso conservar del antiguo Ferrol, por ejemplo, las casa de los Moreno en Ferrol Vello, ni se otorgó el título de edificio singular al noble caserón de los Caamaño, en la calle Dolores..."
Nores discrepaba del histórico Luciano Taxonera, que era mucho más crítico con la Puerta del Astillero. Este la calificaba de "pobre y raquítica y que no estaba en consonancia con la suntuosidad del establecimiento ni con las riquezas que dentro se guardan".
A la izquierda de este acceso a los astilleros estaba el cuerpo de guardia que servía la "Guardia de Arsenales" dependiente de las fuerzas de Infantería de Marina y a la derecha otro edificio de nueva planta destinado a cuarto de oficiales y ayudante, luego conocido como "Casa del Astillero" donde se alojaban los visitantes y se celebraban reuniones con altas personalidades e invitados.
El Cronista Oficial de la Ciudad, Ricardo Nores, escribía en "Ferrol Diario": "No tiene un valor artístico que obligue a su conservación, pero teniendo en cuenta que nuestro Ferroliño no puede presumir de piedras heráldicas, ni de notables monumentos históricos o artísticos, bueno es imponernos el deber de guardar estas muestras de la fundación de la ciudad moderna y de sus arsenales, ya que no se quiso conservar del antiguo Ferrol, por ejemplo, las casa de los Moreno en Ferrol Vello, ni se otorgó el título de edificio singular al noble caserón de los Caamaño, en la calle Dolores..."
Nores discrepaba del histórico Luciano Taxonera, que era mucho más crítico con la Puerta del Astillero. Este la calificaba de "pobre y raquítica y que no estaba en consonancia con la suntuosidad del establecimiento ni con las riquezas que dentro se guardan".
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