lunes, 9 de mayo de 2016

Ferrol fue la primera ciudad de Galicia en la que se celebró una corrida de toros "en plaza formal" (1803)

Un aspecto de uno de los festejos taurinos celebrados en Ferrol. (La foto no lleva fecha)
Según el historiador José Montero Aróstegui, la primera ciudad de Galicia en la que se llevó a cabo una corrida de toros "en plaza formal" fue Ferrol. Fue una idea del hermano mayor del Hospital de Caridad Dionisio Sánchez Aguilera que pensó en explotar este espectáculo en favor de aquel asilo de Caridad. Sánchez Aguilera creyó que había que aprovechar el trasiego de personal de tropa y buques que en esa época se registraba en la urbe ferrolana y logró el permiso que figura en una Carta Orden del Supremo Consejo de 19 de julio de 1803.
            Con tal motivo se levantó una plaza de bastante capacidad en el llamado campo de "Baterías" en el que, en el mismo año de 1803, se llevaron a cabo varias corridas "por la cuadrilla que los empresarios hicieron venir de Castilla". Acredita Aróstegui que de todos los pueblos de Galicia concurrieron gentes para gozar de una función "que por primera vez se presentaba en aquel antiguo Reino, pues aunque en La Coruña se habían corrido tres toros en el año de 1556, para solemnizar la proclamación del Rey Felipe II y después en 1860, con motivo de la paz ajustada con Francia y del casamiento de Carlos II con María de Orleáns, no se levantara plaza formal porque entonces era común en los pueblos correr por las calles novillos y toros que llamaba de cuerda, hasta que por Real Cédula de 30 de agosto de 1790 se prohibió esta costumbre por las muertes y daños que causaba".
            Puede, pues, asegurarse, insiste Montero Aróstegui que Ferrol fue el primer pueblo de Galicia donde con "plaza formal" y con cuadrillas ordenadas se dieron corridas de toros, "aunque más adelante se celebraron también espectáculos semejantes en Santiago, los años 1818 y 1852 y en La Coruña, los de 1850 y 1851". Las vicisitudes históricas por las que atravesó Ferrol no permitieron continuar llegando a destruirse la plaza provisional de "Baterías".
           
Cartel
Las corridas de toros se recuperarían en los años treinta del siglo pasado. En un artículo firmado por "Uno del uno", titulado "Ferrol taurino" y publicado en la revista de fiestas de 1927 se reivindicaba esta tradición. Escribe el articulista "En Ferrol hay dinero, hay aficionados a los toros (dígalo si no la peña ferrolana del tendido 1, ya famosa en la plaza de La Coruña) y ahora que es base naval...que tenga también una plaza de toros a la que un día acudirán los bañistas y acaso también los que hoy nos llaman salvajes que de sabios es cambiar la opinión".
            Rastreando el diario ferrolano El Correo Gallego encuentro que en el programa de fiestas del año 1934 ya se llama la atención de los aficionados con una exposición en la plaza de Armas del "Museo de arte taurino" en el que se recopilaban los hechos más salientes de la vida del gran torero y ya en 1935 se inaugura una plaza provisional en la "Puerta Nueva" en la que se celebra una becerrada el 18 de agosto y gran novillada mixta en la tarde del 25 de agosto, con los "Niños toreros sevillanos", de 14 años, descendientes de respectivas sagas de lidiadores. Por cierto que de la becerrada del primer día el cronista de El Correo Gallego señala "4.000 personas. Bien los becerros, pero los torerillos ¡Ay mi madre! salieron a la plaza con una canguelitis...no obstante, la gente salió complacida viendo como se ponían banderillas al ruedo, otras a las nubes y algunas, por casualidad, a los becerros".
            Recuerda el Cronista Oficial de la Ciudad, Ricardo Nores Castro (1907-1979), en un artículo publicado en Ferrol Diario el 11 de junio de 1970, que a finales del siglo XIX había un periodista taurino que firmaba "Coleta", que en su relato incluía poéticas alusiones:

                                               ¡Válgame Dios! cuanto rumbo
                                               y cuanta gentil morena,
                                               y cuanta mantilla blanca
                                               y cuanta mantilla negra.
                                               Allí no faltaba nadie
                                               de las provincias de Neda,
                                               de los imperios del Seijo
                                               y parte de La Coruña misma.
                                               Quiero decir que a la plaza
                                               fuimos a correr la juerga
                                               desde la princesa altiva
                                               a la que en ruin barca pescaba,
                                               porque en el circo, taurino
                                               no hay clases ni diferencias
                                               pues a las mozas se aplaude
                                               y al alcalde se jalea.
            Las fiestas taurinas se celebraron hasta las vísperas del comienzo de la Guerra Civil en el año 1936. A partir de ahí no se tienen noticias de que los ferrolanos volviesen a instalar el coso provisional.
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