El
ayunador Papuss, en Ferrol
Papuss haciendo ayuno en una urna de cristal
El 29 de
julio de 1901, El Correo Gallego anunciaba en la primera página la
actuación de Papuss en Ferrol. Explicaba que se trataba de un ayunador que se
pasaba ocho días sin comer ni beber, metido en una urna de cristal y que
practicaba números de fakir. Decía la nota que este personaje tenía 35 años y
que había recorrido una gran parte del mundo. Se embarcó para las Indias en 20
de agosto de 1887, a fin de estudiar los indios fakires. Allí, en relación
directa con una tribu de frailes fakires, estuvo dos años. De vuelta a Europa,
decidió exhibirse en público.
El
espectáculo consistía en introducirse en una urna de cristal triangular como
una camilla. Una vez dentro de la urna, esta se cerraba con 25 tornillos. La
urna se sumergía luego en el interior de un tanque de hierro de 2,5 metro de
ancho por 3 de largo, que se llenaba de agua con cabida para 6.000 litros. En
el fondo del tanque había un ventilador eléctrico que comunicaba directamente
con la urna. Dentro de esta había varias bombillas eléctricas que a la vez
prestaban calor a Papuss y permitían que el público pudiera verlo durante la
noche. Así permanecía el ayunador los ocho días y el público podía entrar y
salir a verlo pagando la entrada correspondiente.
Papuss, que a
aquella altura había pasado por Madrid, Barcelona, Zaragoza, Vigo y Coruña, explicaba
en sus comparecencias ante la prensa que tenía que, previamente, evacuar de su
cuerpo toda materia sólida y seguir un tratamiento especial. Decía también que
quedaba en estado cataléptico y que absorbía éter sulfúrico y bebía antes de
dormir una materia especial “que no es evacuada de mi cuerpo o estómago hasta
que las experiencias terminan”. Al salir, al cabo de ocho días, aún le quedarán
fuerzas para levantar un peso de 100 kg.
La urna
fue colocada en el teatro Jofre
Y con esta carta
de presentación, viajó a Ferrol el 18 de agosto del citado año 1901 para
exhibir su ayuno en el teatro Jofre. A las 22:00 hizo su entrada en la urna con
grandes preparativos que sostenían la atención del público. Cuenta el cronista
que al ser introducido en la urna esta se empañó con el vapor condensado de la
respiración del ayunador. La urna se depositó en el vestíbulo del referido
coliseo. Durante la madrugada fue visitado por bastantes curiosos. Durmió de un
tirón hasta las 4:00 horas.
Dos días
después, se comentaba que la “encerrona de Papuss tenía intrigada a mucha gente
porque había quien no estaba dispuesto a creer ni concederle mérito”. No
obstante, la curiosidad por saber de qué manera saldría de aquella experiencia
mantenía en vilo a un sector importante de la población. El último día fue muy
visitado. A las 21:00 horas fue conducida la urna al centro de la sala del teatro
Jofre y colocada en dos caballetes de madera. Poco después se quitaron los
tornillos que sujetaban la entrada de la urna y empezó a sacar su cuerpo con
ayuda de dos empleados del teatro, actuando siempre de espalda al público. Seguidamente,
dando muestras de tambalearse, se acercó al escenario, retirándose para hacer
un rápido aseo. Luego cumplimentó el programa dando una vuelta al escenario
portando un peso de 100 kg, mientras el público allí presente le dedicó una
gran ovación.
Revelado
el secreto
Unos días
después, concretamente el 9 de septiembre, la Gaceta de Galicia, revelaba
el secreto de Papuss. Cuenta que poca gente creía que pudiera mantener el ayuno
durante ocho días “y ahora todo se ha descubierto gracias a haber reñido el
supuesto ayunador y su empresario. Este pensaba exhibirlo en Gijón, Santander,
Bilbao y San Sebastián, para lo cual se había dirigido a dichas poblaciones y
puesto al habla con los dueños de los respectivos teatros. Ocurrió que, durante
la clausura del espectáculo en Ferrol, Papuss tuvo la agudeza de dirigirse por
su cuenta a los puntos referidos contratándose directamente y por lo tanto en mejores
condiciones.
“Cuando
terminado su experimento en la ciudad departamental, salió al aire, le dijo el
empresario que se iban para Gijón y Papuss le contestó, “Me voy yo solo porque
me contraté directamente para exhibirme en aquel teatro”.
Despechado,
el empresario pensó en vengarse revelando el secreto de aquel número de circo
de Papuss que consistía en que por un tubito colocado cerca de la cabeza
recibía con mucho sigilo “y engullía con destreza trozos de pan, queso y
mortadela”. El cabreado empresario contó aquello a los gerentes de los teatros
a visitar y Papuss se quedó sin contratos, teniendo que marchar a Sevilla. Cuenta
la Gaceta de Galicia que aquel episodio “dio lugar a escenas violentas entre ambos,
enfrentamientos que hubieron de tener desagradables consecuencias”.
Detenido
en Alemania
Realizado por mi parte un rastreo en otros periódicos de la provincia, Galicia y resto de España, observé que siempre se hablaba de Papuss pero no se aportaban sus señas de identidad, su procedencia, incluso cuanto pagaba el público por acudir a ver este número. En unos casos se le denominaba como Jorge Papuss, en otros, Mr. Charles Bobill. En El Correo Gallego se le adjudicaba la edad de 35 años. En un periódico de Zaragoza se decía que el precio de entrada era de dos reales. Al fin, en una información en la que se destacaba que el ayunador había sido detenido por la policía en Alemania, hallé algunos datos sobre su personalidad.
Los agentes
fueron a sacar a Papuss de la urna, denunciado por estafar al público. Su
nombre era Jorge Vaillat, nacido en un pueblo de Francia y, según su pasaporte,
había pertenecido al Regimiento de línea de África. En el documento figuraba
como “artista lírico”. La propia policía denunció que Papuss se alimentaba por
un tubo
Los
ayunadores y Kafka
Los
ayunadores se prodigaron a finales del siglo XIX y principios del XX. El médico
Grande Covián decía que estos “padecen hambre varios días con el propósito de
ganar dinero para poder seguir comiendo”. En definitiva, el ayuno como medida
de supervivencia. Entre los más famosos, la literatura periodística destaca al
italiano Giovanni Succi, además de Papuss en España.
Al respecto,
para terminar, he de añadir que Kafka publicó en 1922 un relato titulado “Un
artista del hambre”, inspirado precisamente en el italiano Succi.