lunes, 30 de septiembre de 2024

 

En el centenario de la colectividad musical Ecos da Terra, de brillante pero efímera vida. Su trayectoria quedó truncada en julio de 1936 

 


Ecos da Terra fue una colectividad folclórica nacida hace ahora cien años (1924) que, junto con Airiños da Miña Terra y Toxos e Froles, rivalizó en los años veinte con los mejores de su género de Galicia. Esta sociedad incorporaba coro de unas cincuenta voces de ambos sexos, cuadro de declamación y danza. Era muy solicitada y actuó en los teatros gallegos más señeros, llegando, más allá, a llenar el Campoamor de Oviedo. El primer presidente fue Aquilino López Landrove, “jefe del Ejército”, según consta en referencias de prensa de la época.

Curiosamente, Ecos da Terra arranca, a efectos de ensayos, bajo el paraguas de una entidad deportiva, “Nuevo Club”, para emanciparse posteriormente hasta disponer de una sede propia en la calle Pardo Bajo, número 19.

Su estreno en el Jofre, el 26 de septiembre de 1924 logró tal éxito que tuvo que repetir la actuación en los días siguientes. “Todo el coro es bueno” subraya la crónica de El Correo Gallego. Y prosigue: “los notabilísimos Hermida y Charlón mantuvieron la hilaridad de los espectadores. Las monísimas niñas que con el simpático Valin bailaron muiñeira tuvieron que bisearla a petición del respetable. […] A conocedores de la música y cantos gallegos les escuchamos ensalzar los elementos del coro […] siendo casi todos desconocedores de la música”.

En los primeros años recorren diversos puntos de la comarca y de Galicia, ganándose un sólido prestigio, que era destacado en los titulares de la prensa local y gallega. En el año 1928, en el curso de las fiestas de Amboage actúan, junto con Airiños da Miña Terra y Toxos e Froles, y, según la crónica, el más aplaudido fue Ecos da Terra “viéndose obligado a repetir varios números”.

Actuación en el Rosalía de Castro

Una de sus primeras actuaciones se llevó a cabo en el Rosalía de Castro, de la vecina ciudad coruñesa, el día 5 de mayo de 1925.

He seleccionado la crónica del periódico El Orzán en la que un periodista no identificado deja su huella crítica haciendo un par de advertencias: respetar los originales de autor y unos consejos a las bailarinas. Veamos. Entresaco algunos fragmentos del relato informativo.

“[…] “La función de anoche, variada y entretenida, tuvo un momento interesantísimo en la tercera parte, un alalá típico y bello, muy bien cantado por un niño coreado por el resto de la colectividad. Este número eminentemente folclórico, serio y hermoso, puede ser interpretado en cualquier parte con seguridad de éxito, tal y como lo interpretó el cuadro ferrolano. El resto de la parte musical poco se puede decir, cantó el coro algunos otros aires del país y varios números a cuatro voces. Está muy bien que no desaparezca el género de música orfeónica, pues tiene un prestigio grande. Pero sería conveniente que los directores se pusiesen de acuerdo en respetar los originales de los autores, pues el empeño de hacer versiones absolutamente personales conduce a la anarquía. Por lo demás, el coro cuenta con excelentes voces, está perfectamente disciplinado y es capaz de acometer las obras de mayor empeño. […] Como se trata de una colectividad que empieza vida, aconsejamos a las lindas bailarinas que no sigan el ejemplo de sus colegas de otros coros. Las campesinas gallegas no brincan con los brazos en alto para bailar, por el contrario, sus manos van hacia abajo tocando las castañuelas o castañeando los dedos y sus pies apenas se separan del suelo, ni uno del otro, reduciéndose en su acción a unos pasitos menudos en puntillas. El hombre es el que brinca y hace toda clase de contorsiones para animar a la pareja”. Hasta aquí la crónica de El Orzán, que, como se ha visto, contiene carga crítica y pedagógica.

Agredidos por los “Guapos” de Pontedeume

Fruto del rastreo que llevé a cabo en los periódicos antiguos, hallo un episodio violento sufrido por esta colectividad. Lo cuenta así El Correo Gallego, 21-01-1930:

“Una comisión de coristas vino a nuestra redacción para denunciar un acto salvaje protagonizado por un grupo de jóvenes apodados los “guapos”, con motivo de un desplazamiento a San Martín do Porto (Puentedeume). Al término de su actuación, cuando los coristas se disponían a subir al ómnibus que los trasladaría a Ferrol, los “guapos” los hicieron objeto de insultos, primero y, luego, armados de navajas les agredieron. El gaitero Enrique Sedes Iglesias al pretender apaciguar los ánimos fue herido en ambas manos de varios navajazos, teniendo que ser llevado a la casa de socorro”.

Una de las actuaciones en las que merece la pena pararse es en la que llevaron a cabo en Santander, contratados por la oficialidad de la Armada, según obra en las informaciones consultadas.

Allá en Santander…

Dice el diario El Cantábrico que la numerosísima concurrencia que asistió a la función acogió a la artística agrupación popular gallega con una calurosa ovación “que duró largo rato”. No obstante, el cansancio por las incidencias del larguísimo viaje, los coristas pusieron todo su empeño en salir airosos ante el público santanderino, “lográndolo merced a un plausible derroche de energías”. Se cantaron todas las obras que constaban en el programa, entre otras, las orfeónicas “Negra Sombra”, de Montes, “A escala”, de Veiga y “Despedida do emigrante”, de Taibo […] “Fueron muy aplaudidas también algunas canciones típicas con acompañamiento de gaita. El director del cuadro de declamación del coro, don José Sánchez, dio con mucho gracejo y maestría un monólogo que celebró con grandes carcajadas el auditorio […] Puso fin a la fiesta el himno a Galicia que el público siguió puesto en pie. Remata la crónica que el coro ferrolano ha obtenido un éxito extraordinario al que han colaborado, tanto el director Carlos González, el gaitero, verdadero artista, julio Romero, el actor José Sánchez, como los demás elementos de la agrupación artística”.

En el mes de marzo de 1935, El Heraldo de Galicia señala que Ecos da Terra, “compuesta por jóvenes obreros”, ensaya “Gloria a Galicia” de la que son autores el presidente Federico Valeiro, con la letra y el exdirectivo Rogelio Lamas, que aporta la música.

Constantino Bellón, al Ecos da Terra

El Pueblo Gallego, 02-04-1935, señala que la junta de gobierno de Ecos da Terra presentará en breve su masa coral muy mejorada “y con elementos que hacen augurar grandes éxitos” y en este contexto subraya que el “famoso gaitero y músico del Reg. de Infantería nº 29 don Constantino Bellón se ocupará de la dirección del coro en la parte de cantos y bailes populares”.

Por otro lado, en junio del año citado, organiza un homenaje póstumo a Perfecto Feijóo al que le nombra presidente honorario, “dándole en lo sucesivo a la colectividad el nombre de “Coro Feijóo Ecos da Terra”.

Finalmente, en el mes de julio de 1936, días antes de que estallara la sublevación de los militares, Coro Feijóo Ecos da Terra preparaba la celebración del Día de Galicia, fiesta que tendría carácter benéfico ya que serviría para poner en marcha el Montepío de la masa coral, cuadro de declamación y bailes regionales. Por las trágicas razones antedichas, no se llegó a celebrar.

Publicado en el suplemento dominical Nordesía/Diario de Ferrol, 29-09-2024, bajo el título genérico de "Curiosidades ferrolanas", apartado de Historia.

La foto que encabeza el texto es de los años treinta, fue publicada en la revista Vida Gallega y lleva la firma de "Foto Blanco".

lunes, 16 de septiembre de 2024

 

Se cumplieron, el 28 del pasado mes agosto, 102 años del acto de inauguración del Dispensario Antituberculoso de la Cruz Roja

 


Se cumplen 102 años de la inauguración del Dispensario Antituberculoso de la Cruz Roja. Un 28 de agosto de 1922, en una pequeña sala dedicada a consultorio tuvo lugar el solemne acto. Al fondo de la mesa presidencial figuraban la bandera y el estandarte de la Cruz Roja. Asistieron familiares del doctor Ángel Linos, fallecido, que había sido el iniciador del proyecto ahora hecho realidad, que estuvo representado por sus hijos doña Dolores y don Daniel y su hija política, doña Vicenta Díaz Saborit. Doña María Fontenla de Casares, en representación de la sección de señoras de la Cruz Roja, el alcalde señor Sánchez Calviño y otras representaciones civiles y militares.

Los exploradores, la vanguardia de honor ante el edificio y los individuos de la ambulancia de la Cruz Roja, con su uniforme reglamentario, prestaban los servicios de vigilancia, unos y otros bajo la dirección de su jefe, don José Ferrer Cardona.

El párroco del Carmen bendijo el hermoso edificio, “alarde de esbeltez, luz y ventilación. con espaciosas dependencias y dotado de todos los elementos necesarios”, reza la crónica de El Correo Gallego. Seguidamente se procedió a la bendición de la nueva bandera de la Cruz Roja siendo su madrina la distinguida señora doña Dolores Linos de Pérez Chao.

Terminada la ceremonia, el presidente leyó el discurso de apertura. Creo que vale la pena reproducirlo literalmente, al menos algunos fragmentos, porque revelan las vicisitudes por las que atravesó el proyecto desde su gestación.

 “Señoras y señores, en nombre de la comisión departamental que me honro en presidir, gracias a todos por haberos dignado asistir a este acto de tanta importancia médico social. Porque si la honra de la nación debe salvarse con las bayonetas, su vida, se defiende escogiendo todos los medios posibles para combatir las enfermedades evitables. Sí, señoras y señores, hay que contribuir a salvar a España de los miles de habitantes que pierde al año arrebatados en la flor de la existencia por la perniciosa influencia del bacilo de Koch. Tenemos que trabajar para salvar a Ferrol del crecido número de víctimas que todos los años traidora y alevosamente nos causa la tuberculosis.

Aquí nos congregamos ahora para poner nuestro grano de arena en obra tan patriótica. Como entre el pensamiento del iniciador y la inauguración de hoy, han transcurrido 16 años. […] Retrotraeros en vuestra memoria al año 1903, en el que el malogrado doctor Ángel de Linos […]  concibió la plausible idea de fundar este Dispensario Antituberculoso de la Cruz Roja, cuya comisión departamental entonces presidía.

A los pocos meses, el 25 de enero de 1904, repentinamente pasó a mejor vida, llevándose consigo todo el plan de sus provechosas iniciativas. […] Como todas las obras grandes, la de este Dispensario ha corrido un verdadero calvario en su desarrollo. La poderosa palanca del dinero con un largo brazo de resistencia a las pesetas fue el principal obstáculo. […] En 5 de enero de 1906 pudo adquirirse este solar, pero hasta abril de 1913 no fue posible colocar la primera piedra. Si os fijáis en que son nueve años los que se han invertido en la construcción de este edificio, no negaréis las dosis de paciencia a cuyo tratamiento hemos estado sometidos. […] Hoy hemos corrido el riesgo de los propietarios infortunados que comienzan una casa sin tener metálico con que terminar.

La Cruz Roja de Ferrol no puede morir, decía el señor Reinos en su memoria del año 1899 al resumir los benéficos trabajos realizados en el Sanatorio, dedicado a los repatriados de Cuba y Filipinas, en el que se dieron albergue y tratamiento médico a 333 individuos y fueron socorridos 1140, todos del Ejército y de la Armada.

Hoy la profecía del finado presidente se ha cumplido. Hemos llegado a este día en el que presenciamos la inauguración de este Dispensario, centro de caridad, cuya alta misión no es solo consultar y recetar a los pretuberculosos y tuberculosos, sino que se ayudará a su mejor alimentación y a la higienización de sus viviendas. […] Señoras, vosotras, que sois unos ministros de Hacienda en vuestras casas y que sabéis también la relación que hay entre las pesetas y la administración de la vida doméstica, pensad que en un centro como éste lo que se ha de gastar no tiene límites, como no los tiene la caridad que Cristo inspira. Para desempeñar nuestra difícil misión necesitamos no solo dinero suficiente, sino una gran suma de buenas voluntades que nos sirvan de eficaz ayuda. Para repartir cuantiosos bienes dentro de este hermoso edificio planeado por el arquitecto don Julio Galán y dirigido por su compañero don Rodolfo Ucha, donantes ambos de sus honorarios en beneficio de la institución.

Memoria para los presidentes anteriores

Al hacer este bosquejo, no debo olvidar el celo e interés que por realizar esta benéfica obra pusieron los presidentes que me han precedido. […] Todos hicieron cuanto pudieron para que yo tuviese la inmensa satisfacción de cerrar con broche de oro tanta penosa y dilatada labor. Al recordarlos quiero también expresar mi acendrada gratitud a los compañeros de esta Junta tan inmerecidamente por mi presidida, que, con sinceridad y celo, me han ayudado en la espinosa senda de ultimar detalles para llegar a la festividad de este día”.

A continuación, el Sr. Meirás Hurtado informó a los allí presentes de que el laboratorio quedaría al mando de don José García Cupeiro, “cuya competencia en bacteriología es una garantía para todos” […] y que los médicos inscritos, renuncian todos a los honorarios en favor de dispensario”.

Terminó su alocución impartiendo algunos consejos y, tirando de fórmula académica con el “He dicho”.

El propio periódico local puso punto final al relato con las siguientes palabras: “Hemos oído muchas alabanzas de la actividad y celo con que el señor Meirás Hurtado ha trabajado para vencer todas las dificultades a fin de verificar la inauguración del Dispensario. Nosotros, al hacerlas públicas, creemos cumplir un deber de Justicia”.

Habrá que añadir que, a raíz de la inauguración del Dispensario Antituberculoso, otros médicos siguieron la línea de su compromiso incondicional, es decir, renunciando a sus honorarios. Pronto empezaría un convenio con el Sanatorio de Oza, hoy incorporado a la red del Sergas, en virtud del cual grupos de niños y niñas eran enviados a dicho centro a pasar temporadas. En sus inicios, se celebraron numerosas actividades con carácter recaudatorio. Andando el tiempo, en etapa republicana (1933) fallecía el que fue primer presidente del Dispensario, don Gumersindo Meirás Hurtado, padre de los periodistas Gonzalo (Chalín) y Antonio Meirás Otero.

Señalar también que en el pasado mes de enero, la sede de la Cruz Roja local, en la que nació el Dispensario Antituberculoso, fue trasladada al número 26 de la calle del Sol. El local se ha quedado pequeño y no se podía someter a reformas o ampliación porque sobre el inmueble recae una protección especial dado su valor patrimonial. Se trata de un edificio modernista concebido por el arquitecto asturiano Juan Galán Carvajal, con dirección de obra a cargo de Rodolfo Ucha.

El inmueble fusiona esquemas utilizados para las instalaciones sanitarias de la época con aportaciones modernistas. Posee una distribución central en planta, con elevación de un cuerpo para la iluminación natural de la sala de espera y también como medida higiénica. Está rodeado de un muro de mampostería con un enrejado de hierro en punta de lanza. Uno de sus elementos más llamativos son las cornisas con pináculos y la decoración de las fachadas. También destaca la redondez de las esquinas.

Publicado en el suplemento dominical Nordesía/Diario de Ferrol, 15-09-2024, bajo el título genérico de "Curiosidades ferrolanas", apartado de Historia.

 (La foto que encabeza el texto es de Jorge Meis)

domingo, 15 de enero de 2023

Carvalho Calero e Tomás Barros, ferroláns de culto

 


Ricardo Carvalho Calero e Tomás Barros Pardo convocaron o pasado venres no Centro Cultural Torrente Ballester ao Ferrol das esencias culturais, á alma literaria e intelectual dunha cidade que responde cando se tocan as súas fibras sensibles, as súas entrañas identitarias. Poden ser feitos ou poden ser figuras, poden ser episodios históricos ou personalidades que superan o listón do común para reinar na orla da excelencia e do rigor. Ou
ambos casos, que de todo temos. E a moita honra. A foto da sala chea, con xente de pé, non é a gráfica habitual dunha de tantas presentacións de libros.
O de onte era todo un acto de fe, unha liturxia que canonizaba valores referenciais que perduran e perdurarán no noso particular acervo, mesmo máis aló de As Pías, apontoan a cartografía das letras e as artes da Galicia dun “paso adiante e outro atrás” que cantou o ilustre vate vilarego Díaz Castro, por certo moi amigo tamén de don Ricardo.
É verdade, como destacou o profesor Freixeiro Mato, autor do libro “Correspondencia entre Carvalho Calero e Tomás Barros” (1947-1973) que estamos ante dous perfís de trazos moi diferenciados, un, don Ricardo, que xa figura -non sen tempo- no olimpo das Letras Galegas e outro, don Tomás Barros ao que “hai que reivindicar”, dixo Freixeiro, máis aliñado co pensamento e o ensaio filosófico, ademais do seu talento creador como pintor, escritor e poeta.
Freixeiro Mato, que confesou que descoñecía a intensa relación que existiu entre Carvalho Calero e Tomás Barros, falou da importancia e funcionalidade da correspondencia epistolar, “xénero en extinción” e do amor por Ferrol que profesaban ambas personalidades. Valores nos que tamén fixo fincapé o secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García Gómez, “nas cartas hai moitas historias, moitos matices que non contan os libros”, manifestou o secretario xeral de Política
Lingüística da Xunta de Galicia, quen así mesmo destacou o labor do Club de Prensa, póndoo como exemplo de elemento da dinamización cultural “e eu sei ben do que falo ao moverme por toda a xeografía galega”, eloxios que personalizou no intenso labor que desprega a presidenta Xulia Díaz Sixto. Os
parabéns
á entidade editora foron referendados por Freixeiro Mato, María Vitoria Carballo Calero Ramos, que recordou que algunha vez vira a Tomás Barros pola súa casa, Araceli Barros, que ao lembrar “Aturuxo” (revista de poesía) citou a Miguel Carlos Vidal para o que pediu unha digna homenaxe. O edil de Cultura, representou ao alcalde no acto e destacou a importancia do libro presentado, resaltando o activismo do Club de Prensa de Ferrol.
O volume ”Correspondencia entre Carvalho Calero e Tomás Barros. Unha amizade con Ferrol de fondo” (1947-1973) mereceu o apoio da Xunta de Galicia e do Concello de Ferrol. “Proyectos gráficos Aldine” realizou, unha vez máis, un atinado traballo de deseño e preimpresión, polo que tamén mereceu loubanzas na velada literaria de onte, que foi conducida pola presidenta do CPF, Xulia Díaz Sixto.

Nas fotos, arriba, o profesor Freixeiro Mato, autor do libro
Abaixo, pola esquerda, Freixeiro Mato, Antonio Golpe, concelleiro de Cultura de Ferrol, Valentín García Gómez, secretario xeral de Política Linguística, María Victoria Carballo Calero Ramos e os irmáns Araceli e Tomás Barros Cao.










miércoles, 1 de junio de 2022

¡Adeus, Humanidades!

 

Aínda que era a crónica dunha morte anunciada por baixa demanda, non por iso hei de deixar de recoñecer que me doe na alma o peche das Humanidades no campus ferrolán da UDC. Non sei se me afloran reminiscencias do meu paso polo Seminario (Mondoñedo, 1954-1961) onde estudei “Latín e Humanidades”, se se revolven nos meus adentros outro tipo de sentimentos que gardan relación co ingrato signo que leva ao lombo desde a súa orixe este Ferrol das crises cíclicas, do monocultivo industrial…

Nalgunha ocasión escribín que a única e feliz reconversión que se deu en Ferrol, tras o peche da actividade naval na antiga Astano e o adelgazamento da produción na antiga Bazán, foi a que experimentou o antigo Hospital de Mariña ao converterse no campus universitario da Universidade dá Coruña. Era unha alegría na casa do pobre, pero alegría, ao fin.

Neste contexto, recordo igualmente saudar alborozadamente a creación da Facultade de Humanidades. Máis ou menos cheguei a dicir que era pechar o círculo nunha cidade cartesiana, de matemáticos, que parecía buscar a outra cara da moeda, é dicir, a vía humanística no marco de Cidade da Ilustración que somos por historia.

Doe o que di unha graduada nunha reportaxe que asina en La Voz de Galicia, a xornalista Beatriz Antón. A alumna Cristina Teijido, da última promoción, manifesta que se senten tristes “non só porque nos despedimos da carreira senón que tamén a pechamos”.

E máis preocupante é o que sinala o profesor José Luís Tasset, no seu día decano desta facultade, cando afirma que todo se debe a unha decisión política- “A Xunta quería que o campus forte en Letras fose Santiago. Non lle interesaba un título de Humanidades en Ferrol”.

A desaparición da formación humanística “erosiona de maneira silenciosa e paulatina os fundamentos da sociedade”, sinala a filósofa estadounidense Martha Nussbaum no seu libro ·”Sen fins de lucro. Por que a democracia necesita as Humanidades”. Agrega que a elección á que nos enfronta a crise das Humanidades é unha educación para a sociedade ou unha preparación para a rendibilidade. De momento circulamos por este segundo carril. ¡Mágoa!

 

 

domingo, 8 de mayo de 2022

DESDE LA EMOCIÓN

 

El número 31 de la calle Galiano, sede hasta ahora del Diario de Ferrol, ayer enmudeció. Se apagaron los ordenadores, se cortaron las líneas de teléfono, los periodistas recogieron las carpetas que contienen 23 años de historias y relatos para trasladar todo ese background a un nuevo escenario habilitado para la redacción y la reflexión. En efecto, ayer fue día de mudanza, con los apuros y trastornos que implica un movimiento de este género y, sobre todo, con una singular carga emotiva.

Galiano 31 atesoraba un importante capítulo de la historia de esta ciudad y su comarca. Entre sus paredes -la maquinaria de impresión estaba en A Coruña- un valeroso equipo de periodistas, casi todos jóvenes y la mayoría mujeres, junto con un ajustado plantel de administración, publicidad y reparto, logró el “milagro”, esto es, dotar a Ferrol y su área de influencia de un periódico, de una voz propia. “Las cosas de aquí, contadas desde aquí”.
Entre sus paredes se fraguó y maduró una iniciativa en la que pocos creían, a sabiendas por ello, de que era imprescindible derribar auténticas barreras de escepticismo y actitudes de resistencia de parte de quienes pensaban, con peregrinas razones, que sería “flor de un día” y así lo pregonaban.
Entre esas paredes de Galiano 31, el equipo de DF, entregado a la causa y modelo de convivencia en el trabajo, convencido de que era imposible lo que no se intentaba, logró que el Diario de Ferrol empezara a medrar y madurar, convirtiéndose en tiempo récord en un referente de excelencia del Grupo La Capital al que pertenece.
Todos y todas funcionábamos como uno solo con criterios de libre ejercicio de la profesión, independencia de banderías políticas con respeto a la pluralidad y a las minorías, en busca de la verdad informativa y en el objetivo de rendir un servicio eficaz a los lectores y lectoras. La sociedad ferrolana y de la comarca captaron enseguida la fuerza y el ideal de nuestro trabajo y correspondieron generosamente, comprando el periódico, suscribiéndose y anunciándose. Quedó demostrado, díganmelo a mí, que Ferrol y su comarca es capaz de alimentar un medio de comunicación propio. Quedó probado que la orientación del medio, elemento decisivo, era la adecuada.
Referir las vicisitudes que hemos vivido, incluso resumirlas sería tarea de titanes. Es mucho el material que se agolpa en la memoria, desde aquellas jornadas primeras en las que cerrábamos la edición a las 3 ó 4 de la madrugada, entre gritos y apuros de la gente de Coruña que nos recibía y nos presionaba porque violábamos con creces los horarios previstos para la puesta en marcha de la rotativa, pasando por las horas felices de aquellas galas anuales, que se convirtieron en todo un clásico entre la sociedad ferrolana y ferrolterreña, o situaciones internas en las que poníamos a prueba nuestra capacidad creativa: suplemento cultural, Premios DF, Foro Ferrol Futuro…no digamos las propias celebraciones internas. No quedaba un cumpleaños por festejar o las reuniones gastronómicas en fechas especiales: fin de año, carnavales…Era tal la sintonía y el buen rollo que daba la impresión de que aquel equipo humano esperaba con anhelo el encuentro periódico fuera de las horas de trabajo. En fin…No voy a seguir. En todo caso, sería cuestión de verter esas vivencias en el “libro pendiente”.
El caso es que el Diario de Ferrol continúa. Son otras las circunstancias, pero ahí está, ahora en la calle Dolores (foto). Vaya nuestro cariño y ánimo a esos compañeros y compañeras que seguro que al dejar Galiano y volver la vista atrás, hicieron un pase rápido de la película de recuerdos, experiencias y nostalgias que hemos vivido en la ya vieja sede. Y, a lo mejor, hasta corrió una lágrima de emoción. Casi me pasa a mi escribiendo estas atropelladas líneas.
Ojalá que más pronto que tarde “Diario de Ferrol” pueda reverdecer ideales y situaciones.

jueves, 14 de abril de 2022

En el centenario de la exposición de Rodríguez Castelao en el Círculo de Artesanos de Ferrol

 

Bello Piñeiro: "La poderosa fuerza que emanan los dibujos de Castelao hace olvidar y desentenderse de cuanto es accesorio" (El Correo Gallego, 8 de abril de 1922)


Se cumple un siglo de la exposición que Rodríguez Castelao llevó al Círculo de Artesanos de Ferrol. Fue, obviamente, todo un acontecimiento que otro grande de la plástica, Felipe Bello Piñeiro, no ha querido pasar por alto. El gran paisajista publicó en El Correo Gallego una crítica, toda una oda en la forma y el fondo, de la obra que Castelao brindó en aquella ocasión a los ferrolanos. He decidido que mi blog sea un modesto depositario de esta pieza antológica que recupero en su integridad.

 

La exposición de dibujos de Alfonso Rodríguez Castelao merece por su excepcional importancia, por la novedad que aporta a la vida artística ferrolana, un comentario que yo no me atrevería a poner si no fuese bochornoso consagrar un silencio que no ha tenido precedentes en las anteriores exposiciones de arte realizadas en Ferrol. Digamos ante todo nuestro reconocimiento y admiración al autor de la obra expuesta. Expresemos asimismo nuestra gratitud a las personas a cuya gestión se debe el que hayamos podido admirar aquí ese conjunto de obras superiores que nos llegan precedidas del unánime y fervoroso aplauso de los más cultos públicos y de la más sabia crítica.

En el salón del Círculo de Artesanos, los organizadores de la exposición de Alfonso Rodríguez Castelao han instalado sobriamente los magistrales dibujos que ciertamente no precisan ser presentados con teatralidad, pues la poderosa fuerza que emanan hace olvidar y desentenderse de cuanto es accesorio.

Mejor que sobre damascos están sobre la humilde arpillera, estas obras, consagradas, a decir de los dolores humanos, obras que a la par que excitan nuestra admiración y asombro de amigos de las cosas del arte, provocan también nuestro remordimiento por la indiferencia que sentimos ante las miserias del prójimo. Ellos son otros tantos latigazos fulminados sobre nuestra conciencia.

Porque del fondo de todo el humorismo de Castelao y de sus recitados nacionalistas surge puro y sereno, como un lucero en el alba, un conmovedor sentimiento de inmensa piedad por las desgracias y miserias humanas. Que los frívolos pasen de largo ante estas pequeñas obras maestras. Ellas son trascendentales, ante ellas no cabe la risa y exigen de nosotros esa gravedad con que consideramos las estampas terribles de Goya y de Callot. ¿Se ha producido siempre Castelao en sus obras, tal como se nos presentan estas?No, Castelao ha sido en otro tiempo el inspirado y feliz comentarista de la socarronería y de la alegría gallegas; el amable evocador de nuestros bellos y rientes paisajes. En irreprochables acuarelas, él fue sintetizando, con alto sentido decorativo y pasmoso y refinado gusto, los más diversos aspectos de la tierra y del alma gallegas.

Las fiestas y camorras aldeanas, la psicología complicada de los labriegos, las frivolidades señoriales, la algarabía polícroma de los trajes típicos de nuestra región, los nocturnos en que triunfa el claro de la luna, llena entre el misterio de los sombríos pinos, toda una enorme serie de retratos -¿pueden llamarse caricaturas las obras de Shuusho y de Shunyei?- en la que figura toda la élite intelectual de la presente generación gallega, tal fue de extensa y variada la labor del artista en un período que puede fijarse, aproximadamente entre 1908 y 1912. Labor a la cual si se le quiere buscar un término de comparación con que expresar su frescura, espontaneidad y espíritu, había que buscarlo en la obra poética de Rosalía, en la parte que corresponde a los “Cantares”.

Mas, entre todo este conjunto de realidades pintorescas, lleno de luz, travesura y alegría, aparecen, sin embargo, los motivos que en lo sucesivo ha de ir desenvolviendo a lo largo de su gloriosa carrera, como el tema de una sinfonía y con los que producirá las obras más completas de su genio. En sus exposiciones del año 1912 figuraban en efecto ya unos “Ciegos” y una “Loca del monte”.

El año 1915 -en que Castelao fue laureado en la Exposición nacional- se ve al artista seguir nuevos senderos. Conservando siempre un bello sentimiento de lo decorativo y de armonía en todas sus obras, se cuida mucho de descartar de ellas lo superficial o lo simplemente amable, para expresar verdades profundas, conmovedoras, melancólicas. 

Sus paisajes ya no son risueños. Tienen la hosca tristeza de la tierra en los días de brétema. Son genuinamente pondalianos. Sus figuras alcanzan la más noble y austera grandeza. Marca esta etapa el famoso “Cuento de ciegos”, portentosa creación, maravilla decorativa, maravilla del sentimiento, maravilla de ejecución. Castelao abandonó definitivamente el reino de la alegría. Si antes hemos evocado los “Cantares” de Rosalía, al hablar de las primeras producciones del maestro, pudiéramos ahora recordarnos de “Orillas del Sar” para mejor comprender la obra del artista en su nueva y última fase. Como el de Rosalía en aquel postrer libro, el espíritu de Castelao se universaliza, pasa de las cosas que pueden complacer nuestra vanidad y cariño regional a una concepción más elevada de pensamiento. No ya más bellos y armoniosos efectos cromáticos, no más indescriptibles momentos de luz sobre los campos. 

Ahora es el ser humano, sus miserias, sus dolores, el que habla profundamente al corazón del artista. El “Fracasado de la emigración” está desnudo. Su cuerpo esquelético, las vértebras de su espinazo, causan una sensación tan poderosa en el alma como no las producen las más sabias y ricas armonías de color de “Mientras suena la gaita”. Por eso el arte del maestro adopta ahora procedimientos simples y sobrios. El negro y la sepia y su maravillosa línea le bastan para sugerirnos cosas espantosas que en la vida quisiéramos ignorar. Pero aún cuando no habla en este. tono, su arte conserva siempre un deje de amarga melancolía.

 Aquel cura de aldea que hace años nos presentó en “La rectoral” vuelve a mostrárnoslo de nuevo en “A felicidade”. No florece ya el manzano en el huerto, no es la mañana de primavera, con sus rayos de sol que alegran la sombría casona. Es en cambio la hora del “fusco, lusco” es la vejez solidaria, la decrepitud mirando en la soledad espantosa, la Iglesia reflejada en el cristal, como una pesadilla eterna y sombría. Sin duda un sentimiento terriblemente irónico dictó esta obra y sin embargo ella escita más nuestra compasión que nuestra burla.

La labor artística de Castelao en esta su última época es tan sorprendente como variada. Es también muy fecunda y en gran parte está repartida entre las revistas y portadas de libros, algunas de las que son insuperables.
Citemos la del libro de Cabanillas “Vento mareiro”, para la cual ejecutó Castelao, una de las más bellas marinas que hayan sido pintadas en España. Un fragmento de esa “sinfonía del mar” que un ilustre escritor paisano nuestro reclamaba de los artistas gallegos.

Hablemos algo de la técnica de Castelao y no en son de crítica que plumas más competentes que la mía han hecho resaltar antes de ahora todos los valores estéticos contenidos en esta admirable serie de 50 dibujos que se expone en el Círculo de Artesanos. Se nota en la técnica actual de Castelao dos tendencias verdaderamente opuestas. Una le lleva a sintetizar, a resolver con líneas de una belleza y exquisitez magníficas, poderosamente sugeridoras los problemas que plantean la ejecución de los temas elegidos.

En tal caso, su personalísimo estilo tiene una filiación que lo refiere a los modernos dibujantes alemanes del “Simplíssimus” y, sobre todo, a los maestros del apogeo de la estampa japonesa. Sharaku, Outamaro. Es prodigiosa la manera con que sugiere calidades, empleando con un supremo arte los más delicados recursos del lavado y de las tintas, o con resoluciones de desconcertante simplicidad.

En su otra tendencia, se produce dentro de la tradición pictórica, más genuinamente europea. Es un clásico. Si su potente personalidad permitiese referirlo a alguien en este caso lo haríamos a los primitivos castellanos y a los Gossart de Mabuse, Adrián van de Venne, Bronwer y otros de las escuelas nórdicas.

Exprésese, en una u otra forma, su técnica siempre es clara, perfecta, fina. No es posible contemplar sin asombro el prodigioso dibujo, titulado “O probe Xan”. A parte de cuanto como creación habla al espíritu esta apocalíptica figura, hay que admirar y readmirar el modo insuperable como están tratadas las viejas y rugosas carnes del pobre ciego, tan justas de calidad que llegan a sugerir absolutamente, a pesar de estar interpretadas solo a dos tintas, la sensación absoluta del color. Tendríamos que citar una por una todas las obras expuestas, para poder ser justos en el elogio.

¿Cómo no entusiasmarse ante la fuerza trágica de obras tan admirables como “A cega que ten que ganarse o pan”, “A tola do monte”, “El ciego” y, sobre todo, esa formidable que titula “O fracasado da emigración”? ¿Cómo no admirar ese mozalbete “que quer fuxir da terra”, la gracia pícara de rapacetas y cativos y esos tipos de aldeana en que toda el alma de la mujer gallega está sintetizada? ¿Qué no decir de la obra maestra, que es su autorretrato? La conmovedora y magnífica labor que Castelao ha tenido la bondad de mostrarnos va a ser reproducida y esas reproducciones se editarán en forma de álbum.

De desear fuera que la salud del maestro le permitiese pasar toda su labor al aguafuerte. Y aún anhelamos más. Creo interpretar los deseos de todos los aficionados a las cosas de arte que conocen a Castelao si digo que es indispensable reunir toda la labor del artista en una monografía que nos permita seguir la marcha gallarda de su genio desde las primeras y lozanas obras de mocedad hasta estas patéticas y profundas de su plenitud. ¿Sería pedirle mucho a Galicia que costease su edición? Es lo menos que podríamos hacer en honor de quien tan alto ha puesto el nombre del Arte Gallego y de aquel por quien la gloria ha dejado caer su rama de laurel al pasar en un vuelo magnífico, sobre la vieja tierra amada de los celtas.

BELLO PIÑEIRO

Seijo 8 de abril de 1922.


martes, 12 de abril de 2022

El liberalismo ferrolano en la construcción del modelo liberal gallego


Hay libros que llegan a uno, bien porque se los han regalado, bien porque los adquirió. Ocurre a veces que les echas un vistazo y los dejas para mejor ocasión o, en todo caso, si reúne las circunstancias, los sitúas en el apartado bibliográfico como documento de consulta. Uno de esos casos me ocurrió con la “Insurrección de Ferrol de 1872”, conocida como la “Insurrección de Pozas”, de Alfonso Gomis, Diputación de A Coruña, año 2000. Al andar estos días -como siempre- sumergido en los periódicos antiguos, me saltó a la vista este histórico episodio en “El Eco de Galicia, diario de la tarde” y localicé el libro para cotejar algunos datos.

Advertí que no tenía en la memoria el prólogo de este volumen. O no habría reparado en el texto o lo habría olvidado. Cualquiera de las dos circunstancias puede haberse dado.


El prólogo va firmado por el profesor Xosé Ramón Barreiro Fernández (foto). Y dice, entre otras cosas: 

Tienen razón cuántos, por razones objetivas y no localistas, ponen de manifiesto el escaso espacio que los historiadores dedicamos al liberalismo ferrolano en la construcción del modelo liberal gallego. La ciudad y comarca de Ferrol, cuna o residencia de prominentes liberales como Alonso y López. O’Connock, Ángel García Fernández, Moscoso de Altamira, Pita da Veiga, Fray Andrés de Villagelíu. Marini, Ángel Martínez, Díaz de Robles, Marqueli, Saturnino Calderón y Collantes, José María de Suances, Justo Gayoso, Francisco Suárez y Vicetto, por citar solo a algunos de los más relevantes. Colaboró en forma decisiva en la consolidación del liberalismo gallego. La desproporción entre esta contribución y el reconocimiento histórico obedece a varias razones, al difícil acceso a una documentación amplia y serializada por encontrarse dispersa (téngase en cuenta que el principal archivo de Ferrol está en un pueblo de Ciudad Real, el llamado Archivo Museo de Bazán de El Viso, una de tantas incongruencias del centralismo archivístico) […] En el Archivo Universitario de Santiago se encontraron varios legajos procedentes del archivo de Capitanía General, en su día tirados al realizar las obras de ampliación de Capitanía y que habían sido adquiridos por el ilustre Patricio compostelano Blanco Cicerón y en la actualidad depositados en el archivo universitario, que incluían riquísima información sobre esta insurrección.

Conclusiones: los hechos nos conducen a pensar que tenemos que continuar poniendo en valor aspectos que enriquecen nuestra particular historia, como es el caso del liberalismo ferrolano que destaca el profesor Barreiro Fernández, quejándose de que se halle envuelto en el manto del olvido, afirmación que aún hoy tiene vigor.

Las "cosas" de Ferrol en Ciudad Real

En segundo lugar, la verdad del centralismo archivístico. Algo tenían que hacer las autoridades ferrolanas para ver de acercar “el principal archivo de Ferrol”, que está nada menos que en un pueblo de Ciudad Real.

Finalmente, el poco caso que a veces dan las propias instituciones a las fuentes documentales. Según relata el prologuista con motivo de unas obras en Capitanía se habían tirado unos legajos que, menos mal, fueron recuperados y depositados en el Archivo Universitario de Santiago. Este caso me recuerda a otro que comenta la científica ferrolana Ángeles Alvariño (foto) en una de las cartas que se cruzó con un servidor (relaciones del Club de Prensa con la investigadora) en la que manifiesta:

En 1968, estuve unas semanas en España patrocinada por Scripps Institution of Oceanography (Universidad de California) donde trabajaba. El objeto de mi visita era obtener datos climáticos históricos sobre California, para lo cual efectúe mis investigaciones en los Archivos Navales, Simancas y los de Indias. El día qué me despedí en el Archivo Naval vi tirados debajo de una preciosa mesa de estilo renacimiento español, un libro grande con ilustraciones originales a todo color de peces. Recogí esos legajos del suelo y le pregunté al subdirector, con quién estaba hablando, de dónde procedían. Me contestó sin darle importancia que procedían de la expedición Malaspina. 

Entonces me dispuse a examinar con detenimiento aquellas magníficas reliquias científicas y pedí que hicieran copias en diapositivas de todas estas ilustraciones. A mi regreso a los Estados Unidos comenté con entusiasmo sobre este gran hallazgo. Cuando recibí las ilustraciones en diapositivas, me dispuse a obtener información sobre esta expedición y preparé conferencias que presenté en Scripts y en varias universidades y centros de investigación científica.

Es todo. Y no es poco para la reflexión.