La zona del lavadero de Canido, convertida en la actualidad en espacio de recreo para los niños y niñas
Leo en El Pueblo Gallego, 11-09-1928: "Los obreros municipales clausuraron la fuente (de Ínsua) y
derivaron las aguas por conducto subterráneo hacia un lavadero. Las mujeres se
amotinaron y estos tuvieron que hacer su labor con gran dificultad". Me llamó la atención y me despertó el interés, entre otras razones, porque he vivido varias décadas muy cerca de lo que hoy es un espacio de recreo para la grey infantil. Así que le seguí la pista a esta rebelión de mujeres de Canido y esto fue lo que me encontré.
En El Correo Gallego, 11-08-1928: El médico del laboratorio municipal Santiago de
la Iglesia dictamina
"La infección fue acusada por los últimos
años del segundo tercio del siglo pasado (s. XIX) por mi, por el médico
municipal, don Ángel Linos, nuevamente por mi en 1875 como subdelegado de
Medicina y en varias juntas de sanidad, al mismo tiempo de las "De los
tres caños", Palomas, Dique y plaza de Armas. Solo logramos que se
destruyese la mortífera fuente de la calle Galiano que tantas vidas ha
segado".
Relata De la Iglesia otros estudios según los
cuales, la fuente de Insua era una de las más infectadas casi al igual que las
de San Amaro, Dique y plaza de Armas.
"La protesta del vecindario de Canido se
entiende -razona De la Iglesia- porque el vulgo confunde el grado de sabor del agua con su contenido
patógeno, que desconoce…"
El médico Santiago de la Iglesias y Santos
El 30-11-1928 en una sesión del Ayuntamiento (el alcalde era Antonio Usero) se da
lectura a una moción de varios concejales que piden que en vista de haberse
inutilizado la fuente de Ínsua, "donde acostumbraban acudir a lavar muchos vecinos
pobres del barrio", se proceda a la construcción de un lavadero al costado del
depósito del agua de la Puerta de Canido o en la Malata, en las proximidades
del túnel para los ramales del ff.cc. El pleno acordó, por de pronto, hacer la
ampliación del lavadero de la fuente de Ínsua y aprovechar el agua que sale del
túnel con el fin de hacer un lavadero en las proximidades de la zona de
Ferrolviejo (sic).
No obstante, parece que este asunto se aprobó dos veces o cuando menos se producen informaciones periodísticas contradictorias toda vez que, tres años más tarde, se vuelve a escribir sobre la ampliación del lavadero, tal como se desprende del siguiente suelto de prensa con fecha 13-06-1931: "Se aprueba el proyecto para la ampliación del lavadero de la fuente de Ínsua". La otra aprobación, como queda explícito, fue en noviembre de 1928.
Pero antes de este último hito en el procedimiento formal, en septiembre de 1929, el periódico local da cuenta de que los vecinos rompen los
precintos colocados en los caños para utilizar de nuevo las aguas cuyo uso se
había prohibido. El alcalde Usero dictó severas y radicales sanciones contra los que
en el futuro contravinieran la disposición municipal. A todo lo anterior es preciso señalar que en las primeras décadas del siglo XIX de esta fuente manaba agua de excelente calidad "las mejores aguas de la población", de acuerdo con el relato del historiador José Montero Aróstegui.
En este apunte trato de recordar una fecha histórica, el "Día de la Comarca" celebrada en Ferrol el 2 de septiembre de 1962, casi cincuenta y seis años atrás. Había sido un gran impulsor de este acontecimiento el fallecido médico forense Alfonso Couce Doce, a la sazón concejal, (ya en democracia llegó a ser alcalde del PP), ostentando la presidencia de la corporación el también recordado José María López Ramón. No era, todo sea dicho, una idea original pues ya se habían celebrado en los años cincuenta "días de" la comarca arosana, Ourense, Carballino, etc. El caso es que en Ferrol ese día 2 de septiembre hubo una gran fiesta -coincidiendo con la disputa del trofeo Concepción Arenal, que se llevó el Betis al vencer en la tanda de penaltis al Deportivo- llenándose las calles de excursionistas, unos 15.000 según algunas crónicas. Una de las notas destacadas fue el desfile de tractores de la Cooperativa de Castro, entonces viviendo una extraordinaria pujanza. Pero en el programa figuraban, entre otras iniciativas, batalla de flores en el Cantón, verbena y la quema de una falla que se había instalado en la plaza de Armas. Ese día el bastón de mando de Ferrol pasó a manos del alcalde de Narón, Marcial Calvo Hermida, que de esta manera representaba al resto de ayuntamientos participantes en este gran jornada, que dejó imborrable recuerdo en la memoria colectiva de la sociedad ferrolana y ferrolterrana. Precisamente, el padre de la palabra "Ferrolterra" fue el médico, escritor y poeta Álvaro Paradela, articulista muy leído que jaleó insistentemente en fechas precedentes la anunciada celebración. "Bocelo" (Pedro de Llano), entonces director de "La Voz de Galicia", había acudido al "Día de la Comarca" y escribió: "Volcando a la comarca en la ciudad, Ferrol acaba de crear una fiesta que perdurará mucho tiempo…es un vaticinio que se puede hacer sin el menor riesgo de equivocación". Pues en este caso erró en el pronóstico el prestigioso periodista porque nunca más se repitió. (Ilustraciones: recortes de prensa "La Voz de Galicia" del 04-09-1962)
Una de las calamidades que tuvo que soportar la villa de Ferrol durante el dominio de los condes de Lemos fue, además de una peste, un horroroso incendio que se declaró el 19 de junio de 1568 y que redujo a cenizas 370 casas de las 400 que había, según relata el historiador Montero Aróstegui en la "Historia de Ferrol".
Contaba entonces la primitiva villa unos cuatrocientos vecinos "y sobre dos mil almas", que vivían de la pesca y salazón. "Amaneció el sábado 19 de junio y, como de costumbre, los pescadores salieron a la mar. Eran las seis de la mañana cuando a la voz de fuego cundió la alarma por la población". El siniestro comenzó en una vivienda de la calle llamada Ferrería. Sus llamas se propagaron rápidamente. "El incendio era tan voraz y tan recio era el viento que soplaba de levante que hacía avanzar las llamas tres y cuatro casas más adelante del punto donde llegaba", subraya la crónica de Aróstegui.
Dice también el historiador que todos clamaban por sus padres, esposos y sus deudos que, ajenos a aquella terrible desgracia, se encontraban en la mar. El fuego no duró más de siete horas con el resultado ya narrado. De las aldeas limítrofes acudieron muchas personas para prestar auxilios "pero no bastaron salvar siquiera todos los muebles y ajuares de las casas".
Esta desgracia hundió a los antiguos vecinos de Ferrol en una espantosa miseria. Sin casas donde albergarse, desgarrados y perdidos, andaban errantes por los pueblos comarcanos implorando caridad pública y acogiéndose algunos en las casas de sus amigos y familiares. Se calculó el daño en más de ciento cincuenta mil ducados. Subraya el historiador que era tanta la importancia que ya entonces tenía el puerto de Ferrol y de tal magnitud el fomento de la salazón..."que no pasó mucho tiempo sin que se hubiesen en parte reparado las grandes pérdidas".
Ayer se descubría una placa en memoria de Pedro Guimarey
Filgueiras, escritor y periodista republicano asesinado por los falangistas en
el 1936, cuando tenía solo 31 años. El acto estuvo presidido por el alcalde
Jorge Suárez. La verdad es que, para los que seguimos fieles a los hechos y
figuras históricos, no deja de ser una sorpresa el rescate de este demócrata
ferrolano, sorpresa porque su identidad permanecía envuelta en la niebla del anonimato.
Un servidor puso inmediatamente en marcha el recurso de la
hemeroteca para obtener datos biográficos. Por lo que he visto y leído.
Guimarey Filgueira, practicante (ATS) de la marina civil, ha estado vinculado
al Centro Obrero de Cultura, del que llegó a ser bibliotecario. Desde muy joven
mostró buenas maneras para la literatura. Antonio Villar Ponte, prologuista de
su primera comedia dramática "Doña Tierra", lo calificó de
"esperanza de la literatura ". En ocasiones junto con Ricardo
Carballo Calero intervenía también en ciclos de conferencias.
Como periodista fue director del Semanario Republicano de Izquierda
"Renovación", que sale a la luz en 1932 y se mantiene hasta que se
registra la sublevación de los militares en el 36. Él, no obstante, dejó la
dirección en 1933. Esta publicación se tiraba en la imprenta Fojo de Ortigueira.
Fue también impulsor de "Nueva Infancia", subtitulado "Ensayo de
periódico para niños". Esta iniciativa tuvo corta vida por falta de
ayudas. Fueron colaboradores, Quintanilla Martínez, López Bouza y Fernández
Barreiro.
En un número especial de "El Pueblo Gallego", con
motivo del 25 de julio (1934) , Día de Galicia, Pedro Guimarey firma un trabajo
titulado "Los astilleros ferrolanos en la vida y en la literatura". Es
una auténtica recreación en el lenguaje, plagado de metáforas y otras figuras
literarias que van jalonando la descripción de los distintos talleres del
recinto fabril.
En el campo de las letras destacan la comedia gallega
"Pepa Andrea", la comedia castellana "Las luminarias de
Dios" y la obra "Nido de esclavos" que le valió el máximo galardón
del II Concurso Nacional de Teatro y Literatura", organizado por la
Asociación de Escritores y Artistas reunidos en Madrid. Con motivo de
importante premio le fue rendido un homenaje por un grupo de amigos en el hotel
"Ideal Room", en julio de 1934. El día 23 de junio, poco antes de que
fuera asesinado por los falangistas, se estrenó con gran éxito en el teatro
Jofre la comedia "Doña Tierra" por la compañía Montijano.
Pedro Guimarey Filgueiras (1905-1936) nació en la calle
Rubalcaba en donde ayer se descubrió una placa.
El Diario de Ferrol
se gestó en reuniones "clandestinas" entre Juan Ramón Díaz y yo. No
convenía estar demasiado expuestos en tanto la idea no cobrase cuerpo y
viabilidad. Juan Ramón ya había dejado la dirección de La Voz de Galicia, pero yo seguía en dicho periódico. Obviamente, era aconsejable imponer la mayor discrecionalidad al asunto. El
local elegido, un restaurante en las proximidades de Miño no tan frecuentado
desde que se abriera la autopista. No obstante, un día apareció en el mismo
establecimiento el obispo de la diócesis, entonces Gea Escolano, con una
reducida comitiva. Juan Ramón y yo comentamos en tono jocoso: "Esperemos que el boletín oficial del obispado no nos descubra la operación".
Porque hay que añadir que a esas alturas yase hablaba en corrillos periodísticos de que
se preparaba el lanzamiento de un diario en Ferrol e incluso se barajaban
varios nombres de colegas, nunca el mío, para la dirección. Se sabía que era
Juan Ramón Díaz quien capitaneaba el proyecto y por tanto si nos veían a Juan
Ramón y a mi en reuniones de mesa y mantel, las conclusiones no se harían
esperar. Algunos compañeros me preguntaban, porque viajaba con
frecuencia a Coruña por razones de representatividad laboral, si había oído algo
al respecto y yo tenía que reprimirme y hacerme el ingenuo y despistado.
Tras los primeros tanteos, ante el reto que me esperaba
como director, le arranqué el compromiso de que sí era verdad que creía en mi
debería permitir que yo dirigiese el periódico sin injerencias de ningún tipo.
Mi eficacia y la de mi equipo se reflejaría en los resultados económicos y si
estos no eran los deseados pondría mi cargo a su disposición. Arriesgué mucho, lo dí todo, pero valía la pena. Valió la pena. En efecto, Diario de Ferrol nunca ha dado
pérdidas, durante mi etapa
en la dirección. Al contrario, superábamos objetivos año tras año.
Las reuniones continuaron: plantilla, nombre de la cabecera,
número de páginas dedicadas a información de la ciudad y de la comarca, secciones de nacional, internacional, esquelas (elemento fundamental en un periódico)…De todo ello y mucho más hemos hablado mi director general
y yo hasta ponerle la fecha a la salida, elegir sede, recinto para la presentación en sociedad etc.
Aun cuando en los dos o tres últimos años antes de jubilarme
se produjeron discrepancias, alguna de fondo, la figura del
recordado Juan Ramón Díaz permanecerán siempre
en mi memoria Cuando abandonó La Voz de Galicia,
como portavoz de los trabajadores (ejercía la presidencia del Comité
Intercentros) le mandé una carta reconociendo su trabajo. Este periódico
alcanzó las mayores cotas de tirada y difusión durante su mandato. Nadie duda,
por otro lado, de que fue y es un referente en el periodismo gallego y, sin que
yo me lo imaginara, me concedió el honor de ser su elegido y darme la gran
oportunidad de mi vida profesional, esto es, poner en marcha en mi
ciudad natal un periódico con vocación de continuidad que fuese, sin filtros ni intereses interpuestos, la
expresión genuina de sus anhelos como comunidad.
Esto quiere ser un simple "aperitivo", de sello más
anecdótico que otra cosa, de un opúsculo que tengo en proyecto sacar en el que relate
la gestación y mis experiencias del Diario
de Ferrol. A ver si lo logro para el vigésimo aniversario.
La figura de Antelo ha
despertado siempre mi curiosidad y en uno de estos días de atrás me dediqué a
hacer un rastreo por los periódicos antiguos para saber algo más de lo que ya
conocía. Andrés Martínez Salazar,firmaba en "El Correo Gallego"
de 24 de diciembre de 1903: …"pocas ciudades podrán en el corto período de
un sigloostentar, como Ferrol,un cuadro más brillante y numeroso de hombres
ilustres en todas las manifestaciones del entendimiento y laboriosidad
humana".
Esta afirmación estaba
hecha a propósito de abordar el personaje Antelo, constructor de relojes
(Santiago, Lugo y monasterio de Sobrado), artífice de las máquinas de bombas de
los diques viejos, las primeras que se montaron en Europa, inventor de
quinqués, que llevaban su apellido, conocidos más comunmente como "velones
Antelo"…Tenía tanta habilidad que sin conocer los signos musicales hizo
varias mesas de música.
El historiador ferrolano
Guillermo Llorca dice en su obra "Ferroláns" (Biblioteca de
Ferrolterra. Edicións Embora) señala "Como exemplo da súa formación e
pragmatismo adapta varios muiños da zona e con eles tornea os cañóns que acadan
un magnífico rendemento". RecuerdaLlorca Freire que el ingenio y conocimientos de Antelo Lamas hacen que
alcance en 1811 la graduación de ingeniero extraordinario de la Real Armada.
Fue director de la fábrica de la moneda de Jubia en dos ocasiones y dirigió
talleres varios.
De las obras "imperecederas" de los ferrolanos da fe el titular de "La Noche" de fecha 14 de agosto de 1965, al abordar el reloj de la catedral de Santiago construido por Andrés Antelo Lamas. Es curioso, antes de seguir, que en uno de estos reportajes del citado rotativo, datado en el 6 de mayo de 1952, Jesús R. Alvite subrayaba "…su autor(del reloj) fue el ingeniero compostelano don Andrés Antelo, nacido en la inmediata parroquia de Conjo", cuando realmente nació en Ferrol el 27 de mayo de 1774 y falleció el 25 de mayo de 1844.Casi llega a nacer y a morir el mismo día del mismo mes con 70 años de diferencia.
Decía R. Alvite en
"La Noche", de 6 de mayo de 1952, que el reloj de la catedral de
Santiago, construido en 1831, nunca había sido sometido a reparación alguna
durante 27 años y en un alarde de periodismo divulgativo, explicaba que recibía
cuerda desde 1890 "por los servicios de la "Casa Gamallo",
cuerda que duraba 12 horas. En este menester actuaban dos personas y en la
operación invertían doce minutos. Utilizaban una manivela "y el trabajo
era un alarde fuerza". La pala de las horas pesa o pesaba 500 kilos, la de
los cuartos, 200 kilos. Las campanadas, escribía el periodista compostelano,
son audibles en La Estrada.
Encima del reloj se leen
dos inscripciones de clásico estilo, firmadas por Andrés Antelo, están en latín
y la de mayor importancia traducida dice lo siguiente: "Del mismo modo que
huye esta máquina al empujar las horas con sus no interrumpidos movimientos y
no permite la más pequeña dilatación así escapan los tiempos, así va corriendo
la vida de los hombres hasta que la corte con su güadaña la Parca poderosa".
Volviendo al personaje
Antelo, Borobó en su sección de "Anacos" escribió:
"Llegó a construir
mucho antes que los fantásticos técnicos de Yankilandia un "robot", o
sea, un hombre mecánico. El muñeco de Antelo anduvo por las calles de Ferrol
con una firmeza y un aplomo que causó asombro en la ciudad departamental. Una
evocación del robot de don Andrés paseándose entre las damiselas ferrolanas que
estrenan romanticismo, bien merece una glosa de una pluma más galana que la
nuestra en este tiempo de hogaño en que la cibernética está de moda",
acuñaba Borobó. El Ayuntamiento de Ferrol le dedicó una calle en el barrio de Esteiro y su nombre figuraba en la popa de un remolcador.
"Manuel Rivera formó
con Silvosa y Basterrechea la mejor media del Racing de todos los tiempos".
"Manuel Rivera fue el mejor medio centro que dio Galicia, intratable en el
juego por alto, completamente inútil discutirle un balón". "El hacer
un canto a sus méritos sería una labor inacabable y que en todo momento
resultaría pálida con la realidad. Fue el más grande futbolista que salió de la
cantera local".
Estos, entre otros, -solo
seleccioné unos pocos para no cansar- fueron titulares o valoraciones en prensa
de la época a la hora de enjuiciar la figura deportiva de Manuel Rivera, que
dio durante muchos años su nombre al viejo Inferniño. Al construirse el nuevo
campo de A Malata se ignoró la memoria de este gran jugador racinguista, que
merece cuando menos la erección de ese busto que con ocasión de un partido de
homenaje en los años cincuenta se proyectaba materializar y que, finalmente,
quedó pendiente.
En el aspecto físico y
humano se dijo: ancho de cuerpo, redondo de cara, rubio el color, dulces ojos,
noble dentro y fuera del campo. Con gran sentido del humor, apreciaba tanto a
su Ferrol y a su Racing que descartó ofertas importantes de equipos poderosos
de la época para quedarse defendiendo los colores verdes de su equipo. Pedro
Basterrechea precisó en aquel momento que pudo ser internacional de haber
alineado con el Madrid o Barcelona.
Tras retirarse se dedicó
en cuerpo y alma al club Ferrol. Sarmiento Birba escribió "Hizo de todo,
desde entrenador eventual a preparador físico,desde utillero y hombre del "agua milagrosa" a delegado en
viajes y concentraciones. El crítico deportivo propuso, tras su fallecimiento, que se le denominase honoríficamente"mister Racing".
Datos
biográficos
Nacido en A Graña en 1904
inició su carrera a los 18 años en el "Deportivo Ferrol", destacando
prontamente. Los coruñeses lo llevaron con Cancela al Deportivo para jugar,
primero contra el "Vigo" y el "Fortuna" y después contra la
fusión de ambos, el Celta. Más tarde, formando parte del equipo herculino jugó
contra la selección uruguaya. En todos los compromisos brilló Manuel Rivera
(Riverita) en su labor de medio centro.
En 1923 ingresa en el
Racing y realizó diversas excursiones por la península con el Deportivo y el
Eiriña de Pontevedra. Fue propuesto para "posibles" y
"probables" de Madrid impidiendo su elección "ciertas
zancadillas futbolísticas de ingrata recordación" escribía en El Correo Gallego el cronista que
firmaba "Ra-Ra-Ra". En el año 1928, solicitado por el Celta acompañó
al once vigués por América, pero, sorprendido por una dolencia no pudo alinear
en ninguno de los partidos.
En una especie de
biografía que publica el periódico ferrolano El Correo Gallego el 04-12-1928, "Ra-Ra-Ra" escribe:
"Rivera es el medio centro galaico por excelencia; ningún otro le aventaja
en el arte de distribuir juego, pocos poseen su chut y su clásico juego de
cabeza es de lo más hermoso que pueda darse. Tiene un defecto, ser modesto,
excesivamente modesto y una virtud, poseer el más acendrado espíritu de compañerismo".
Fotografía del equipo de los años veinte en cuya alineación aparece con un círculo
Partidos de homenaje en
vida: 1926 y 1932
Rivera fue objeto de tres
homenajes, dos en vida en los años 1926 y 1932 y otro póstumo en el 1955.
El 28 de septiembre de
1926 algunos periódicos daban cuenta de un homenaje a Manolo Rivera, rendido en
el intermedio de un Racing-Celta (1-2). El acontecimiento deportivo viene
recogido en "La Libertad" y "El Correo Gallego": "con
extraordinaria concurrencia se celebró el partido de homenaje al medio centro
Manolo Rivera. En el descanso recibió numerosos regalos, tales como 5.000
pesetas del Club y una sortija de oro con el escudo del Racing, obsequio de la
peña "Nuevo Club".
En agosto de 1932 se
celebró un partido de homenaje entre el Racing y un combinado gallego que
terminó con el resultado de 3-2 favorable a las filas locales. Dice una reseña
de este encuentro que de los dos goles de la selección uno fue en claro fuera
de juego. Este partido tuvo repercusión en la prensa especializada y páginas
deportivas de los periódicos nacionales. El rotativo Luz incluso concreta las alineaciones.
Racing: Juan; Pardo,
Moreno; Ginés, Rivera, Basterrechea; Toralla, Peguerul, Cupons, Barrios y
Miranda. Otros periódicos como La Tierra,
La Voz, el Heraldo de Madrid…dieron cuenta de esta cita en honor de una
"gloria deportiva como Rivera Martorell".
El homenajeado recibió,
entre otros numerosos regalos,una
valiosa estilográfica por parte del Racing y una medalla de oro del Celta de
Vigo.
La
polémica con el seleccionador nacional
En
el año 1931 se produce una polémica a raíz de una decisión del seleccionador
nacional Sr. Mateos que influenciado por su asesor en Vigo solapa a Rivera con
un jugador del Celta, Vega, para formar parte del combinado español. En El Eco de Santiago se recoge esta
protesta de los círculos ferrolanos por lo que consideran una injusticia
manifiesta. En el mencionado periodico santiagués se dice (sin firma) que
Rivera es el "único e indiscutible medio centro de Galicia y España, pese
a todas las campañas en contra". En esa ocasión España se enfrentaba a
Italia en San Mamés. El periodista que esto afirma invita al seleccionador
nacional a que vea él, personalmente, el juego de Manuel Rivera y que no se
deje influir por una actitud parcial de su asesor olívico. Y termina "Se
explica, Sr. Mateos, concejal del Ayuntamiento de Bilbao, redactor-jefe de la Gaceta del Norte, seleccionador, recién
casado…son demasiados oficios para desempeñarlos a conciencia".
En
este contexto, Manuel Rivera envía una carta al Heraldo de Madrid en la que entre otras cosas dice "…el mismo
hombre de confianza que ahora asesora al Sr. Mateos me ha llevado diversas
veces a jugar a Vigo y hasta me embarcó en la aventura de la Argentina con el
Celta, señal de que no era tan malo como ahora dice". En otro momento
agrega "Nunca tuve pretensiones de ninguna clase y menos de ser
seleccionado" y tras referirse a los favoritismos que se registran en los
altos órganos federativos apostilla "yo quiero terminar mi modestísima
carrera futbolística en donde la he empezado".
Muere con 48 años de edad
El día 15 de noviembre de
1952 fallece Manuel Rivera Martorell. Era joven todavía. Solo 48 años. Todas
las necrológicas destacaban su preciosismo en el campo de fútbol y su talla
humana como persona. Entresaco algunas afirmaciones de los obituarios del día
siguiente. Orestes en La Voz de Galicia
señala "Fue un extraordinario medio centro, el mejor de cuantos ha dado
Galicia y uno de los mejores del fútbol español". En otra necrológica que
no lleva firma se dice "modelo de deportistas y caballeros. El nombre de
Rivera está ligado a las épocas más fecundas y gloriosas del fútbol
regional…supo permanecersiempre fiel a
sus queridos colores desoyendo tentadoras ofertas de otros equipos…su fama
traspasó las fronteras de Galicia extendiéndose por España adelante y países
del extranjero".
El articulista
"META" dice "espejo de deportistas, modelo de esfuerzo al
servicio del club…fue el máximo puntal del Racing ferrolano en todos los
tiempos".
Manolo Rivera, entrenador
Partido de homenaje
póstumo: 1955
El encuentro de carácter
póstumo se celebró el 15 de mayo de 1955, tras haberse suspendido el previsto
para el 3 de enero de 1954 (combinado Ferrol-Celta contra el Deportivo) debido
a que la directiva del cuadro coruñés no quiso en esa ocasión enviar a sus
titulares para salvaguardar los intereses de la competición oficial.
Volviendo al 15 de mayo de
1955 he de resaltar que en aquel momento se hace constar en la prensa que con
la recaudación de este partido sería erigido un busto que debería ser instalado
dentro del estadio municipal que lleva su nombre, iniciativa, como antes
precisaba, que podría ser ejecutada el año próximo cuando se celebren los
fastos del centenario del Club, saldando así una deuda histórica, aunque sea
sesenta años después. De esta manera me sumo al emplazamiento que en el mismo
sentido hacía recientemente en las redes sociales, el critico literario, poeta
y amigo Vicente Araguas.
El partido
Racing-Deportivo, que terminó con la victoria de este por 3-1 fue arbitrado por Castiñeira -hombre
corpulento y atlético, al que tuve oportunidad de conocer ocasionalmente allá
por los años sesenta- al que se le entregó en el descanso el silbato de plata
con incrustaciones de brillantes que fue adquirido por suscripción popular entre
un grupo de aficionados como premio al ascenso de categoría del trencilla
local.
Recuperando el programa
del homenaje añadiré que antes del encuentro principal se disputó otro de veteranos
ferrolanos contra coruñeses que finalizó con el resultado de 2-1 favorable a
los locales. En el bando coruñés alinearon: Rodrigo, Ferrín, Ponce, Vigo,
Neira, Alejandro, Breijo, Triana, Elicegui, Chacho y Diz.
En los ferrolanos:
Yurrita, Moreno, Portugués, Silvosa, Basterrechea, Ferreiro, Toralla, Barón,
Nidáguila, Herodes y Vázquez. Marcaron por los locales Vázquez y Barón en el
primer período. El gol del honor de los herculinos se materializó en la segunda
mitad, obra de Ponce ejecutando la pena máxima.
Respecto al partido
central, el Deportivo alineó a: Otero, Tomás, Rodolfo (Zubieta), Irusqueta,
Celma, Juananco (Marín), Polo, Bazán (Lexo), Pahiño, Gárate (Casteleiro) y
Tino.
Por el Racing: Bernabé
(Zamorita), Anca I, Olavide (Laredo), Anca II, Carlos, Ares, Chillón, Rafael
Franco, Fábregas, Alcalde y Toñín.
Los tres goles de los
coruñeses fueron marcados por Pahiño (2) y Bouza. El del honor de los
ferrolanos, Chillón.
Ese día se llevaron a cabo
ofrendas florales en el cementerio de Brión en donde fue enterrado y se
descubrió un placa con el nombre de futbolista fenecido a la entrada del
estadio. Hubo quien pidió que se erigiera un busto y la corporación local
acordó, a su muerte, darle el nombre al terreno de juego del Inferniño,
auténtica cátedra de Manolo Rivera.
Con tal motivo, la emisora
de Radio Ferrol realizó un programa
especial.
Campeones gallegos
Anecdotario
Él era auxiliar primero de
servicios técnicos de la Armada y en los días de la sublevación militar contra
la República "yo tuve que salir -cuenta él mismo Rivera- de la oficina
para casa entre tiros, pero sin miedo alguno. Envez de esconderme de portal en portal iba por
el centro de la calle gritando con las manos en alto: Soy Manolo Rivera,
muchachos no me disparéis" y como por suerte todos me querían mucho llegué
a casa como había salido de la oficina".
En otra ocasión el equipo
tenía que desplazarse a Vigo, pero no había cuartos para afrontar los gastos
del viaje. Las crónicas señalaban que todo el mundo estaba muy quemado de poner
dinero. "Todos tenían los bolsillos muy castigados con el dichoso
Racing", se lee en una de la reseñas periodísticas. Pues bien, Manuel
Rivera se fue al domicilio de dos directivosy de un hombre de negocios y con el dinero en el bolsillo convocó a la
plantilla y al chófer del autobús y llegaron a Vigo con el tiempo justo para la
celebración del encuentro. Sin apenas descanso, saltó al terreno de juego y se
partía el pecho controlando el centro del campo y enviando balones de cabeza a
los extremos.
Una tercera anécdota.
Durante un partido en el Inferniño, un joven rival llegó a arrebatarle un balón
de cabeza, cosa muy rara, tal era la seguridad con la que actuaba Rivera, pero
este al ver el lance derribó al otro jugador trabándole las piernas. El
futbolista afectado le dijo "como me haces esto tú, Manolo" y Rivera
lo abrazó por los hombrosy le espetó
señalando al graderío: "si dejo escapar a un chaval como tú me pondrían a
parir durante toda la semana. A fin de cuentas no te hice daño alguno".
No obstante su gran bonhomía personal y nobleza deportiva se vio envuelto en algunas situaciones polémicas, pero que fueron debidas más a malos entendidos que a deliberadas actitudes del jugador, Por ejemplo, en el año 1929, tras ganar el campeonato gallego, el Racing entra en una caída libre perdiendo algunos encuentros con los colistas e inmediatamente la Junta Directiva le aparta del equipo, junto con otros dos o tres "equipiers" (denominación de la época), pero a los pocos días sorprendido y disgustado se dirige a la directiva pidiendo su reincorporación, siendo admitido inmediatamente.
En los años veinte es inhabilitado por tres meses e incluso penalizado por alinear indebidamente con el Deportivo, pero estas situaciones se dieron por supuestos "chanchullos" de los gestores del equipo coruñés a los que Rivera se confiaba en la creencia de que habían solicitado la debida licencia al organismo federativo correspondiente.